" La iglesia no patrocina ninguna forma ni ideología política, y si alguien utiliza su nombre para cubrir sus banderías, está usurpándolo manifiestamente. La iglesia en cambio, sí debe proyectar la palabra de Dios sobre la sociedad.

La iglesia exigirá (a las autoridades) que estén al servicio de la comunidad entera; que respeten sin discriminaciones ni privilegios los derechos de la persona; que promuevan y protejan el ejercicio de la adecuada libertad de todos  y la necesaria participación común en los problemas comunes y en las decisiones de gobierno; que tengan la justicia como meta y como norma y que caminen decididamente hacia una equitativa distribución de los bienes de la Tiera.

Pido finalmente Señor (al rey), que nosotros, como hombres de la Iglesia, y vos, como hombre de gobierno, acertemos en unas relaciones (iglesia-estado) que respeten la mútua autonomía y libertad, sin que ello obste nunca para la mutua y ecunda colaboración desde los respectivos campos.

Que sea vuestro reino un reino de vida. Que ningún modo de muerte y violencia lo sacuda. Que ninguna forma de opresión esclavice a nadie. Que todos conozcan y compartan la libre alegría de vivir".

Del Cardenal Tarancón, (misa del Espíritu Santo de la Coronación de Juan Carlos I como rey de España). Noviembre de 1976 (extraído de "Así se hizo la transición", de Victoria Prego).

                                 Cardenal Tarancón