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Dar que pensar

Theodor Adorno Theodor Adorno (1903 - 1969)

Análisis crítico del ocultismo

¿Qué respuestas han proporcionado, qué enigmas han resuelto o qué avances han impulsado las denominadas "ciencias ocultas"? Con duras palabras se juzgan sus ideas y su tipo de discurso que al igual que en la especulación metafísica no sólo se pierde por derroteros incontrastables sino además terriblemente pueriles al asimilar el más allá a las reglas del sentido de lo cotidiano.

"El ocultismo es la metafísica de los mentecatos. La condición subalterna de los medios es tan poco accidental como lo apócrifo y pueril de lo revelado. Desde los primeros días del espiritismo, el más allá no ha comunicado cosas de mayor monta que los saludos de la abuela fallecida junto a la profecía de algún viaje inminente. La excusa de que el mundo de los espíritus no puede comunicar a la pobre razón humana más cosas que las que está en condiciones de recibir es igualmente necia, hipótesis auxiliar del sistema paranoico: más lejos que el viaje hacia donde está la abuela ha llevado el lumen naturale, y si los espíritus no quieren enterarse es que son unos duendes desatentos con los que más vale romper las relaciones. En el contenido burdamente natural del mensaje sobrenatural se revela su falsedad. Al intentar echar mano a lo perdido allá arriba, los ocultistas no encuentran sino su propia nada. Para no salir de la gris cotidianidad, en la que, como realistas incorregibles, se hallan a gusto, el sentido en el que se recrean lo asimilan al sinsentido del que huyen. El magro efecto mágico no es sino la magra existencia de la que él es reflejo. De ahí que los prosaicos se encuentren cómodos en él. Los hechos que solo se diferencian de los que realmente lo son en que no lo son se sitúan en una cuarta dimensión. Su simple no ser es su qualitas occulta. Proporcionan a la imbecilidad una cosmovisión. Astrólogos y espiritistas dan de un modo drástico, definitivo, a cada cuestión una respuesta que no tanto la resuelve como, con sus crudas aseveraciones, la sustrae a toda posible solución. Su ámbito sublime, representado en un análogo del espacio, requiere tan poco ser pensado como las sillas y los jarrones. De ese modo refuerza el conformismo. Nada favorece más a lo existente que el que el existir como tal sea lo constitutivo del sentido."

Theodor Adorno: Mínima moralia (1951), tercera parte

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Fecha de creación: 28 Enero, 2007
Fecha de la última actualización:
9 Julio, 2017