Apunts Jota'O

Material de suport de l'assignatura de filosofia per alumnes de primer i segon de batxillerat

 

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HISTÒRIA DE L'ÈTICA


Ramón Valls


GUIÓ


Introducción
La experiencia histórica de lo ético
- La antigüedad
- La Ética clásica
- La Ciudad de Dios
- Los Estados soberanos
- La domesticación democrática de Leviatán
- Más allá de la utilidad

 


INTRODUCCIÓN.

Filosofia/filósofos: profesionales de la duda metódica.
Ética – Moral
Ética: Amasijo confuso de instinto moral con creencias subjetivas, prejuicios y supersticiones.
Los deberes son la ética real y vivida, o sea, las obligaciones que se nos imponen a lo largo de los días. La reflexión viene detrás, si viene, y analiza la consistencia de los deberes (Moral)

LA EXPERIENCIA HISTÓRICA DE LO ÉTICO

La Antigüedad

A partir del fuego la domesticación de la naturaleza no ceso. Cocer el barro y forjar los metales elevaron la condición humana a casi divina... Se inició un camino de emancipación progresiva respecto de las inclemencias de la selva.

La Ética clásica

Como ética vivida en forma de costumbres y obligación de cumplirlas la ética existió mucho antes que la filosofía, pero entre las dos hay que intercalar a los médicos y los matemáticos. Ambos grupos de sabios significaron un paso importante hacia la racionalidad... Que los filósofos tuvieron muy en cuenta la Medicina.

Para Aristóteles la Ética queda incluida dentro de la Política. La consideración de las leyes en cuanto pautas de comportamiento colectivo, de poco sirven si los ciudadanos no las hacen suyas. Ellos han de convertirlas en hábitos de su conducta cotidiana porque sin esa práctica las pautas no existen realmente. Y son precisamente las costumbres públicas interiorizadas por las personas lo que se llama virtudes en las fuentes clásicas... Además lo consideraban hermoso (kalós kai agathós) con una belleza que sólo percibía el entendimiento. La Retórica, para los antiguos, no era el arte de engañar al prójimo sino de convencerlo con argumentos plausibles. La Retórica era considerada completamente necesaria para la Política y la Ética. En el campo de las acciones humanas, en efecto, muchas cosas buenas e incluso necesarias para una vida decente no pueden ser objeto de demostración científica. La retórica resulta entonces imprescindible para lograr consensos a partir de probabilidades sólidas, dicho sea en lenguaje actual.

La obligación social puede también llamarse ética para distinguirla de la obligación de conciencia que tendemos a designar como moral en sentido restringido.

Los sistemas éticos del helenismo

La ética del helenismo consistió en una incorporación de la moral estoica y neoplatónica al monoteísmo. Sobre todo, la neoplatónica. Ésta, a su vez, fue una continuación simplificada y fuertemente intelectualizada del platonismo vulgar, cargada de animadversión hacia la materia, el cuerpo y la satisfacción de los deseos carnales. Esta operación afectó a las tres religiones que se consideraban a sí mismas descendientes de Abraham.

El proceso de convergencia espiritual

A grandes rasgos, el proceso ocurrió así. La ética clásica había sido ante todo político-social. Aceptaba la costumbre pública como pauta reconocida de las virtudes ciudadanas. Con el tiempo, sin embargo, se dio más importancia a la ley que a la costumbre, y la ética pasó de la noción de justicia legal a la de justicia ideal como punto de apoyo para la crítica de las leyes escritas. De todas maneras, antes de la supremacía de la ley, ya había cuajado el concepto de virtud (areté, excelencia) como hábito subjetivamente adquirido por los individuos mediante la asimilación de la costumbre preexistente (ethos) en la sociedad políticamente organizada....

En aquellas sociedades los mismos cultos religiosos estaban políticamente regulados por los magistrados de la ciudad. Esta concepción, filosóficamente formulada, ingresó en las obras de Platón y Aristóteles como lo más fundamental de ellas, pero dado que el grueso de las obras de Aristóteles no lo conoció la cristiandad latina hasta que la escuela de traductores de Toledo (s. XII) transcribió los libros al latín a partir de la versión árabe, la filosofía dominante en la primera etapa de la Edad Media fue la platónica. Incluso Cicerón, que todavía en la época clásica transmitió la filosofía griega a Roma, se había formado en el platonismo decadente profesado por los autores llamados académicos.

Por el otro lado, el cristianismo en sus orígenes no fue tanto una religión, sino más bien una espiritualidad. El cristianismo procedía del judaísmo, pero a la contra. De hecho socavó aquella religión dominada por el sanedrín sacerdotal, los escribas y los fariseos, o sea, funcionarios del templo, beatos hipócritas vale decir. Y de hecho, históricamente, el cristianismo en sus comienzos actuó no tanto como religión organizada sino más bien como fermento de espiritualidad.

Las dos corrientes fueron aproximándose. Por lo que se refiere a la ética clásica, sin romper aún con el politeísmo, evolucionó claramente hacia una moral más individual e interior, mientras el cristianismo, por su parte, evolucionaba desde la espiritualidad hacia la institución religiosa. Para comprenderlo recordemos que la palabra bárbaro, si bien había calificado originariamente al que no hablaba griego, sirvió más tarde para significar a quien vivía sometido a un déspota. Una persona libre, por consiguiente, no era un bárbaro, hablara griego o no. Si a eso añadimos la convicción formulada por Isócrates de que es la educación, y no el origen, lo que hace al griego, resulta comprensible que en el imperio fundado por Alejandro Magno fueran tenidos por helenos no sólo los que lo eran por nacimiento, sino todos aquellos que asimilaban las costumbres procedentes de las poleis. Fue pues en virtud de esta asimilación que todos los individuos no esclavos que habitaban su territorio alcanzaron la ciudadanía del imperio en tanto cifraron su dignidad en la apropiación de aquella cultura ética de procedente política.

El paso siguiente, desde el panhelenismo al cosmopolitismo, ocurrió cuando de hecho las costumbres de la polis se disolvieron en el gran espacio imperial. Las relaciones humanas capaces de satisfacer a los individuos en una ciudad de tamaño reducido, con una manea cierta de ejercer la democracia directa, resultaban imposibles entre individuos que flotaban sueltos en un océano político demasiado grande para propiciar la participación articulada de todos los ciudadanos: individuos aislados como átomos inconexos entre sí que no podían alcanzar una identidad político-social bien definida sino tan sólo cultural.

La dificultad aumentó en el imperio romano y fue seguramente por eso que en su seno proliferaron las sectas que divulgaban doctrinas de salvación individual, fuera ésta religiosa (religiones mistéricas, culto a Mitra) o filosófica (escepticismo, epicureísmo, estoicismo): Corrientes muy distintas entre sí.: Coincidencia: El iniciado en tales religiones debía buscar la ley de su conducta en la conciencia propia.

Dentro de una sociedad que lo era apenas por su poca cohesión, y en la que el individuo se sentía perdido, hay que destacar la aparición de la doctrina filosófica de Plotino. Se trataba de una cierta puesta a punto del platonismo para las nuevas circunstancias sociales.... Había sido inventada para revitalizar el paganismo y cortar el paso al cristianismo ascendente; de hecho se convirtió, mediante la reelaboración a la que fue sometida por la gran personalidad de San Agustín, en la doctrina teológica y espiritual que se hizo dominante en la Iglesia, especialmente en la latina.

Tesis de Plotino:

1. Acentuaba la separación de lo eterno-divino respecto del universo material. Situaba la divinidad en lo Uno, un más allá trascendente, incontaminado por la materia y eternamente inmutable. Lo Uno ocupaba el vértice de la realidad por encima de una larga serie de seres sometidos al cambio cada uno de los cuales procedía del anterior.. La serie se concebía de manera fuertemente intelectual, como derivación de conceptos... En cualquier cso, los seres de esta procesión desde lo divino hasta el mundo material debían ocupar el lugar de los dioses menores del paganismo convenientemente desmitizados.

2. El neoplatonismo era también una doctrina de salvación personal. A través de la mortificación de las bajas pasiones vinculadas a la sucia materia, el alma individual se purgaba y desandaba la procesión descendente. Ascendía así gradualmente por la escala de los seres hasta la serena contemplación de lo Uno, máximamente simple y uno... Era una doctrina pensada de hecho para absorber la creencia pujante en el Dios único, propagada sobre todo por la tradición semítica del judaísmo y el cristianismo. Y por lo que se refiere a la larga procesión de los seres intermedios entre lo Uno y la materia que dentro aún del paganismo podían equivaler a los dioses secundarios, en el neoplatonismo cristiano se identificaron en primer lugar con la Purísima virgen (dos palabras casi sinónimas en aquel contexto), justo en el límite de la pureza máxima de lo Uno, y a continuación quedo ubicada la innumerable legión de los ángeles sin cuerpo, jerárquicamente bien organizados, eso sí.

LA CIUDAD DE DIOS
La espiritualidad cristiana y San Agustín (354-430)

Si bien es cierto que la aproximación del monoteísmo cristiano a las doctrinas estoicas se inició en los primeros siglos de nuestra era, quien selló definitivamente la síntesis de cristianismo y helenismo fue San Agustín, sobre todo para Occidente. El componente cristiano lo tomó él preferentemente de San Pablo, y el componente helénico dominante en él no fue ya el estoicismo sino el neoplatonismo de Plotino... Esfuerzo para seguir a los platónicos lo más lejos que permitía la fe católica.

El cristianismo se propagaba de manera relativamente fácil como un modo de vida inspirado en la pasión y muerte de Jesús (perpetrada por las autoridades políticas y religiosas).. Los primitivos cristianos, siguiendo a Jesús, ofrecían una interpretación decididamente moral y no social-política de los diez mandamientos de Moisés.

Habéis oído que se dijo: No adulterarás. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha adulterado con ella en su corazón

La ley de los judíos, de suyo externa, se convertía así en código moral interior que debía empapar todas las relaciones humanas. Esta característica distanciaba ya aquella espiritualidad de la Ética clásica, primordialmente exterior y política. Y por si esto fuera poco, la fe en Jesús borraba la divisoria entre amigos y enemigos, entre judíos y gentiles, y abrazaba de esta manera a todos los humanos en un mismo amor fraternal... Con una moral tan decididamente espiritual, el cristianismo se propagó por todo el territorio del Imperio romano e incluso más allá de él (Etiopía desde luego, la India quizá).

El neoplatonismo cristianizado de Agustín, el verdadero bien, fuente de la felicidad completa, lo ofrece Dios gratuitamente y de manera sobrenatural a todos los humanos, pero sólo llega a poseerlo realmente el que abraza la fe. Pero Agustín añadía que los cristianos no poseen este bien separadamente, cada uno de por sí, sin conexión con los otros, sino que lo tienen todos ellos juntos, uniéndolos. Los hombres que aman a Dios están unidos a él por su común amor a Dios derramado por el Espíritu Santo. Y dado que un pueblo o una sociedad, es el conjunto de hombres unidos en la prosecución y amor de un mismo bien, se sigue de ahí que existen dos ciudades. Por un lado, los humanos que se unen en pueblos temporales a fin de conseguir los bienes necesarios para la vida terrenal forman una especie de gran ciudad esparcida por todo el mundo. Su bien más alto, puesto que implica todos los demás, es la paz. Paz que se define como tranquilidad que nace del orden justo. Pero además, cualesquiera que sean sus ciudades temporales y los trazos que asignemos a su agrupación universal, todos los cristianos de todos los países, y sólo ellos, hablen la lengua que sea y vivan en cualquier tiempo, se hallan unidos por su común amor al mismo Dios. De donde resulta que forman un gran pueblo cuyos ciudadanos se reclutan en todas las ciudades terrenas, y cuyo territorio místico, más allá de todas las barreras del espacio y del tiempo, puede llamarse la ciudad de Dios. Existen pues dos ciudades: una espiritual y otra temporal, que coexisten entreveradas y que tienen fines distintos. A partir de ahí, el problema será más tarde la articulación de las dos, especialmente entre las autoridades de ambas. De todas maneras, la patria principal del cristiano quedaba desplazada al cielo.

La iglesia jerárquica

De hecho la ciudad de Dios, espiritual de suyo en su origen, se identificó cada vez más con la Iglesia jerárquicamente organizada sobre la tierra. Y el cristianismo pasó paulatinamente de religión perseguida a aliada del poder... Poco a poco se les impuso la mediación de la Iglesia jerárquicamente organizada, la cual insistía en que fuera de ella no hay salvación. Trasponía así la ciudad de Dios mística a la Iglesia terrenal dotada de autoridades propias, bien visibles por cierto.

Aunque no son del todo claros los motivos por los que los cristianos provocaron tanta irritación a los paganos, lo cierto es que las persecuciones se sucedieron hasta que el edicto de milán, promulgado por el emperador Constantino el año 313, concedió libertad para que cada uno siguiese la religión que quisiera. En esta nueva situación de libertad, y contando incluso con cierta protección imperial, tuvo lugar el año 351 el Concilio de Nicea, formado solamente por obispos, el cual significó un gran paso hacia la organización de la Iglesia tal como la hemos conocido: un credo y una moral, un culto y una jerarquía. De suyo, el concilio se centró en la definición de un credo con filigranas bizantinas, que proclamaba solemnemente que Jesús de Nazaret era verdadero Dios como único hijo natural de Dios, sin que ello significara que hubiera dos dioses o, con el Espíritu Santo, tres. El dogma trinitario, formulado como realidad de tres personas distintas en una sola naturaleza físico-divina, dejaban sin embargo el cabo suelto de la procedencia del Espíritu Santo. Problema en el que se volcó el bizantinismo teológico que sirvió más tarde como manzana de la discordia en el conflicto de poder de la Iglesia griega con la latina, superpuestas ambas a las dos mitades en que se partió el viejo Imperio romano.

El Concilio de Nicea dejó fuera de la ortodoxia a un conjunto de comunidades cristianas preexistentes que no entraron de hecho en esa complicación. Mantuvieron la creencia de que Jesús de Nazaret era simplemente un hombre, tan excepcional como se quisiera, pero hombre solamente. Esta doctrina fue profesada, sobre todo, por las comunidades arrianas , que se denominaban así porque Arrio había sido el obispo opuesto de mil maneras a San Atanasio, principal factor del credo de Nicea.

Doctrina del Arrianismo: Simplificando puede designarse como la doctrina del Jesús buena persona. Y éste fue precisamente el cristianismo que conoció y reconoció Mahoma para quien Jesús era profeta del único Dios verdadero, pero no era Dios de ninguna manera.

El caso es que las dos concepciones del cristianismo, la de Arrio y la de Nicea, sirvieron de bandera a los dos bandos en que se partió la monarquía visigoda en España y, fue por eso, que el bando arriano decidió llamar en su ayuda a los musulmanes del norte de África. Mucho más tarde, en el tiempo de la Ilustración, se dio el caso de que algunos filósofos racionalistas, como Kant, mostraban simpatía hacia el Islam por causa de su monoteísmo sin fisuras.

Puede afirmarse seguramente que el arrianismo subsiste y seguramente subsistirá en el seno del cristianismo, como mínimo como corriente subterránea ajena a teologías... Sea como sea, el cristianismo que se atribuyó a sí mismo la recta opinión (ortodoxia) quedó constituido en Iglesia jerárquica (de ecclesia, asamblea) en la que el simple laico (de laos, pueblo) contaba ya poco... La proclamación de la divinidad de Jesús de Nazaret se asoció a un culto litúrgico solemne, cercano a las ceremonias del palacio imperial, lo cual acarreó la fijación de una arquitectura para los templos (desde Santa Sofía al románico), y una iconografía (el Cristo pantocrator en la mandorla y la virgen María madre de Dios en todos los iconos)... Así pues, a lo largo del siglo IV, la Iglesia consolidó unos rasgos aún hoy reconocibles, al mismo tiempo que estabilizaba fuertes relaciones institucionales con el Imperio...El cristianismo pasa a ser confesión de Estado: la unión del altar y el trono...

Dos categorías de cristianos.

El súbito incremento del número de cristianos los sumergió en un océano demasiado grande, semejante al que había anegado a las ciudades griegas. Si toda la población era cristiana, difícilmente se podía sostener que los cristianos fuesen personas selectas... La popularización del cristianismo creó una Iglesia universal en la que se disolvían las pequeñas iglesias locales con sus diferencias. Y así vinieron a establecerse dos categorías de cristianos: los más cercanos a la vulgaridad, y los cristianos más selectos. Los selectos eran seguidores muy cercanos de Jesús, que emprendían un camino de purificación de las pasiones muy próximo a las propuestas del estoicismo y de los primeros peldaños del ascenso espiritual predicado por el neoplatonismo. Estos cristianos de élite, siguiendo adelante con la meditación e imitación del ejemplo de Jesús, podían llegar a la contemplación mística de la divinidad pura y simple. Fueron primeramente los monjes ligados por los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, cuyos monasterios se enclavaban en regiones desérticas. Pronto, sin embargo, los monasterios se acercaron a los núcleos de población, y esto les permitió influir en la educación cristiana del pueblo.

A partir de la extensión del cristianismo a toda la población del Imperio, se consolidó una separación casi abismática entre pueblo cristiano y clero jerárquico. El pueblo novia más allá de una vida cristiana muy imperfecta, mientras la clerecía en todas sus modalidades aspiraba oficialmente a la perfección según el modelo espiritual del neoplatonismo convenientemente bautizada como vida de imitación de Jesucristo.

Dos imperios y dos poderes en cada uno de ellos

En Oriente, la autoridad política de los emperadores se mantuvo fuerte y pudo imponerse de hecho sobre el poder espiritual de los patriarcas de Constantinopla. En Occidente, en cambio, el desplome de la autoridad imperial por causa de las invasiones de los pueblos bárbaros acarreó la asunción fáctica del poder político por parte del obispo de Roma, reconocido como Patriarca de Occidente pero que pasó a denominarse Papa. Los Papas ejercieron esa autoridad, y no sólo precisamente como poder espiritual, sino como príncipes o reyes de los llamados Estados pontificios.

Imperio de Occidente. Desaparición el 476 dC. Odoacro.
Imperio: Se restablece el año 774 en la persona de Carlomagno
Estados pontificios: Hasta el siglo XIX en que las fuerzas de Garibaldi asaltaron el Vaticano para que éste dejara de impedir la unidad política de Italia.

Inicio del proceso de secularización

El autoritarismo eclesiástico estuvo acompañado del intento de subordinación del poder político.: Una moral teóricamente rígida, pero acomodaticia en la práctica... La modernidad en consecuencia olvidó la Ciudad de Dios y se ocupó solamente de la felicidad terrenal convenientemente fragmentada en las unidades gobernables que fueron las monarquías modernas. La religión no desaparecía, pero iniciaba un camino hacia la privatización por un lado o hacia una religiosidad abstracta... La modernidad en sus inicios puso una gran fuerza en el repudio de la moral religiosa como conductora de la política, y rechazó de plano que el clero fuera oráculo de esa moral. O el clero se resignaba a administrar la religiosidad interior o debía subordinarse a la autoridad civil.

Quedó legitimado el deseo y la pasión del individuo, mientras no generara conflictos sociales y se exhortó al pueblo a dar el consenso al nuevo orden por razones de utilidad principalmente. De ahí precisamente, o sea, de la utilidad político-social nació la nueva Ética con un piso inferior hedonista, uno intermedio de utilitarismo y un ático de moral de justicia clásica transmutado en la modernidad en ideal de autonomía y dignidad de la persona.



LOS ESTADOS SOBERANOS.
Nueva sociedad, Ética nueva

El Renacimiento hizo que la concepción clásica de la Ética reapareciera entre nosotros. Surgió así una nueva Ética (moderna) que sin ser una simple reproducción de la antigua, regresaba al fundamento social y político. Esta base no era ya la polis clásica, sino lo que llamamos Estado, cuya primera fase fue monarquía absoluta. Concentrado al comienzo en una sola persona. Se llamó rey. También príncipe en el sentido de primero... La vinculación entre Ética y Política se ejercerá ahora, a partir del siglo XIV como crítica filosófica a los poderes medievales y legitimación de los modernos.

Alianza entre monarquía y burguesía = enriquecimiento. Los burgueses recibían protección de los reyes al mismo tiempo que les daban carta de exención respecto de los poderes feudales ya caducos. Los burgueses no debían ya obedecer ni pagar tributo a los señores feudales.

La fisura por la que se introdujo la crítica al orden viejo fueron las malas relaciones entre los emperadores del Sacro Imperio y los Papas. Los primeros críticos eran teólogos y juristas que discrepaban de las elucubraciones de sus colegas a favor del poder papal (los franciscanos. G. Occam)

El postulado de moralidad homogénea

Consistía en dar por supuesto que cualquier unidad política debía construirse sobre una plataforma de unidad ideológica que, para el caso, consistía en el acatamiento del credo y la Moral predicados por la Iglesia, siempre interpretados por la jerarquía... Mediante la distribución geográfica de las diferencias: Proclamando que la religión y l amoral de cada territorio debía ser la de su príncipe, no ya la de los clérigos. La consecuencia era clara: quien no profesaba la religión del príncipe (o sea, la de aquel estado) debía elegir entre convertirse o largarse. Los musulmanes de Granada primero, moriscos y judíos después, hugonotes franceses más tarde, etc., pasaron por este trance de limpieza étnica.... O sumisión o expulsión.

Partiendo pues de la previa homogeneidad moral, se constituía ésta como principio de legislación civil. Francisco de Vitoria. 1533: la intención de cualquier legislador es hacer buenos a los hombres, virtuosos. En síntesis, Francisco de Vitoria enseña que el rey debe trasponer a la legislación civil y aun penal la moral enseñada por la Iglesia (el rey debe obligar a los súbditos a hacerlos amantes de la virtud, puesto que ésta procura felicidad...)

Política y moral modernas

Contra esa concepción se rebeló la modernidad europea. Se reivindicó el carácter específico de la política. Aunque la nueva política no prescindía ni podía prescindir de toda legitimación ética. Su primer argumento fue la utilidad y de ahí surgió el utilitarismo moral, pero esta línea de legitimación a pesar de su solidez, mostró también su insuficiencia. Surgió entonces, y en ello estamos, una nueva moral de la dignidad humana anclada en la libertad, cuyo ejercicio no podía subordinarse a la sola utilidad. Diversidad, pluralismo y tolerancia pasaron así lógicamente a valores positivos, pero ara evitar la dispersión y consiguiente disolución social que podían acarrear, fue preciso buscar un principio de coherencia en la misma libertad. Fue éste la democracia como procedimiento para poner ley y orden en una sociedad de hombres libres, y conseguir suficiente consenso social en un espacio de diferencias y tensiones.

Concentración del poder político
Primer acto del proceso:
- Maquiavelo (1469-1527)
- Hobbes (1588-1679)
- Spinoza (1632-1677)

Continuaron la demolición de la legitimación medieval del poder político ya iniciada por Guillermo de Occam y Marsilio de Padua. Repensaron la cuestión originalmente, proclamando enérgicamente la independencia del poder civil respecto del eclesiástico en tanto éste venía considerándose el único intérprete de la moralidad.

“El Príncipe” de Maquiavelo: (La soberanía). La política tiene reglas propias que el político sigue por instinto. De manera eminente las siguen incluso los Papas cuando actúan políticamente. La regla de oro del político, la primera: conquistar el poder y conservarlo. Para lo cual necesita evidentemente armas propias, es decir, no mercenarias. Después ha de afianzarse y aumentar su poder, cosa que no podrá hacer si no gobierna con buenas leyes (buenas leyes y buenas armas)... Las palabras de Maquiavelo expresan las nuevas convicciones son palabras que se dirigen contra los que hablan de Moral (medieval) queriendo hablar de Política (moderna)... Sin poder no hay buen orden legal. Y eso es así porque el peligro de hundimiento de la organización política es constante... Los tiranos no son verdaderamente fuertes. El fuerte legisla bien por la cuenta que le trae, es decir, porque todo lo sano tiende a autoconservarse. Y serán entonces las buenas leyes, es decir las que propicien buenos negocios, las que legitimarán el ejercicio del poder y le proporcionarán el consenso popular... Que el gobernante deba además guardar las apariencias y mentir o engañar si hace falta, no es culpa de la política misma ni del político, sino del vulgo y de los malos políticos, incapaces todos ellos de entender el funcionamiento real de la cosa, empeñados en querer someterla a reglas pretendidamente morales... Las reglas de lo político son, por tanto, objetivas. Se asemejan a las reglas de un oficio técnico, y éstas, como es obvio, no son en sí mismas ni morales ni inmorales.

- Soberanía: El soberano no obedece a ningún otro poder. No reconoce superior, dice ya claramente, contra las pretensiones medievales del poder espiritual. Dentro del territorio, la soberanía no es responsable ante ningún otro poder.

Hobbes profundiza la argumentación. Para reforzar la unidad de la soberanía, prosigue la tarea típicamente moderna de socavar la independencia del poder eclesiástico, no su existencia... El poder debía concentrarse en el rey, incluso como poder doctrinal... El clero debía someterse, no fuera a dar cobertura a los enemigos favoreciendo la sedición y con ella la guerra civil. Y ésta es el mal político por excelencia que el estado debe impedir a toda costa.... Necesidad el poder político único... El sometimiento al poder tiene inconvenientes, pero su utilidad es mayor. Nos conviene
-Dos columnas: estado de naturaleza y estado civil.
El paso al estado civil nos conviene en virtud de una especie de cuenta de pérdidas y ganancias muy británica.
La primera corrección de la postura de Hobbes aparecerá un poco más tarde de la mano de Locke con su doctrina sobre el derecho natural racional.

Spinoza (1632-1677). Fiel discípulo de Hobbes, remachó primero el clavo contra la religión y sus representantes... Un poco más optimista que Hobbes respecto de la fuerza de la razón, Spinoza atribuye a esta la capacidad de administrar la energía de las pasiones y convertirlas en acción eficaz. En el terreno específicamente político se acoge a la segunda alternativa de Hobbes optando a favor de una asamblea para regir la república. Dio un impulso decisivo al pensamiento laico proclamando la libertad de pensamiento y la necesidad de la tolerancia.
Evolución posterior de la doctrina política: Girará en torno a las garantías que el poder ha de ofrecer a los gobernados de que cumple con sus obligaciones. Una exigencia ética. Y la fisura por la que se introdujo la nueva doctrina ético-política fue la de la expresión un hombre o una asamblea de hombres. Por el agujero de esta o se coló la democracia.

LA DOMESTICACIÓN DEMOCRÁTICA DE LEVIATÁN

Liberalización del Estado: Distribución del poder
Segundo acto de la formación de la Ética moderna:
- Locke (1632-1704)
- Montesquieu (1689-1755)

Se trataba de razonar una nueva distribución y articulación del poder político frente a la total concentración del mismo en la monarquía absoluta. Se arrastraba un problema mal resuelto: poner límites fácticos al poder excesivo de los reyes, porque esos límites no estaban garantizados en la versión del pacto social que ofrecía Hobbes... Era obvio, sin embargo, que la burguesía era tan protagonista de la modernidad como la monarquía, y detrás de los dos, no se podía tampoco ignorar que el pueblo en circunstancias extremas podía rebelarse... La solución fue, una vez más, empírica, es decir, previa a la reflexión y subsiguiente teorización por parte de Locke. (La nueva relación entre la Corona británica y el Parlamento).

Inglaterra (1688): Ingresaba allí la dinastía de los Orange, procedente de los Países Bajos con el detalle de que la nueva familia real venía tocada de liberalismo frente al talante absolutista de los Estuardo: En Holanda se habían experimentado con éxito formas de gobierno más liberal: con mayor participación de los honrados burgueses... Esta mudanza venía acompañada por caballeros británicos exiliados, entre ellos se contaba John Locke: El Parlamento ganó protagonismo. Fue lo que se llamó Gloriosa Revolución porque había sido incruenta. La Cámara de los Comunes asumió la representación de la burguesía y enseguida vio ampliada su facultad de legislar (Bill of Rights, 1689). Por el otro lado se iniciaba un proceso de recorte de las prerrogatigvas reales y de los privilegios de los nobles terratenientes representados en la Cámara de los Lores.

El pacto fundacional del Estado moderno fue por razones prácticas y no de pensamiento político... El absolutismo de los Estuardo había sido un desastre porque había perjudicado al comercio y a la navegación, mientras la mayor prosperidad aportada por el liberalismo a la burguesía de los Países Bajos aconsejaba inspirarse en aquella experiencia... División de poderes fue pues la solución, pero cuidando que el funcionamiento conjugado de los distintos poderes mantuviera la unidad del Estado, el cual, en el fondo y en su conjunto, siguió fiel a su absolutez original aunque la persona del rey la perdiera... El Estado liberal lockiano no deja de ser un Estado absoluto. El rey ha dejado ser absoluto, pero el Estado no.

- Tolerancia religiosa. La marginación de la cuestión religiosa por parte de la política da un paso de gigante: Ya no se requiere ningún tipo de unidad religiosa como cimiento de un Estado; los eclesiásticos no han de tener poder sobre las instancias políticas ni sobre la filosofía. Ha de reinar la libertad de pensamiento, la misma que Spinoza ha vindicado en los Países Bajos: una nueva concepción de la tolerancia: La nueva tolerancia positiva afirma ya que la diversidad de opiniones no es mala en sí.
- Estado de naturaleza .. Sigue el esquema hobbiano de estado de naturaleza – pacto –estado civil, pero lo rescribe... El derecho natural es más amplio que el de Hobbes y Spinoza, puesto que comprende el derecho a la vida y a la propiedad. Derechos que obligan a los demás y que han de ser reconocidos por la ley civil, no simplemente otorgarlos... La inseguridad viene dada por la simple posibilidad de que alguien que viva cerca de mí no respete mi derecho. Se impone entonces obligarle aunque sea a la fuerza.

Los castigos han de ser proporcionados a los delitos. .. Resulta que si en el estado de naturaleza hobbiano estaba siempre presente la amenaza de guerra, en el lockiano además de subsistir esta amenaza se le añade el peligro de injusticia... Los humanos somos naturalmente libres y propietarios, cierto, pero para hacer efectivos tales derechos tiene que haber una instancia imparcial con poder coactivo al servicio de la injusticia y al cual podamos recurrir cuando falte el ejercicio espontáneo del derecho natural. Se requiere en síntesis más seguridad que la ofrecida por el derecho natural solo.

La doctrina de Locke se dirige directamente contra Hobbes porque sienta un principio de limitación del poder... La experiencia de Locke era la de los excesos del poder absoluto... La solución del problema sigue estando en el estado civil políticamente organizado, estado que se alcanza mediante el pacto social. Locke da un paso adelante respecto a Hobbes y especifica que la finalidad del pacto como protección del derecho a la vida y a la propiedad. El Estado por tanto no sólo ha de protegernos de los criminales, sino también de los ladrones.

Primero es el pacto de unión para apartarnos de la desagregación individualista del estado de naturaleza; después, un segundo pacto en alguna medida de sumisión, porque una vez unidos debemos elegir autoridad política, aunque ésta, por supuesto, no pueda limitar la libertad, sino protegerla y a lo sumo guiarla.

- División de poderes y límites del poder en general. Tiene por fin dar cumplimiento por medio de la política a la exigencia ética de asegurarse contra la tiranía y es por ello que la división de poderes significa una modificación en profundidad del absolutismo del Estado moderno que queda así considerablemente mejorado y civilizado.
- Poder federativo: No queda bien dibujado. Se podría concebir como una especie de Ministerio de Asuntos Exteriores. No tuvo más trascendencia en el pensamiento posterior. La división de poderes que marcará historia será la de Montesquieu

Lo importante en cualquier caso es que los dos poderes principales deben distinguirse realmente, lo cual implica que no pueden estar en las mismas manos...Ello se impone para evitar el abuso... Y es aquí donde Locke luce sus conocimientos psicológicos haciendo un largo análisis de cómo los humanos nos las arreglamos para corromper lo mejor.

Los dos poderes no son rigurosamente iguales en su distinción. El legislativo es superior, sagrado y soberano... Pero no por ello el ejecutivo es meramente delegado del legislativo puesto que su soberanía no equivale a absolutez. El carácter absoluto lo tiene el Estado solamente en su conjunto, no en uno de los poderes.

- Derecho a la rebelión. Para dar una mejor respuesta a la cuestión mal resuelta por Hobbes y Spinoza de cómo se podrá distinguir limpiamente el Estado tiránico del absoluto... La paz vale mucho, dice Locke. Dado pues que el pueblo la quiere, sólo se rebelará cuando la opresión se le haga insufrible... Entre la anarquía y la tiranía tiene que haber término medio real. Y éste consiste en una sociedad políticamente organizada sobre el respeto al derecho natural, para nosotros la Ética, y la distinción de poderes...

El derecho lockiano es más burgués que natural... El derecho burgués a disponer libremente de la vida y los bienes propios se convirtió en seguida, quizá por la fuerza misma de la palabra libertad, en el derecho más propio y radical del ser humano.

Montesquieu (1689 – 1785)

El sedimento histórico cultural vale para Montesquieu como segunda naturaleza. Interpretando correctamente a Hobbes, entiende que el estado de naturaleza es una mera hipótesis abstracta, porque todos nacemos en sociedad y en ella vivimos.... En síntesis, para Montesquieu, el hombre es esencialmente un animal social e histórico, transformador de la naturaleza... El legislador tiene que aplicarse al conocimiento de la situación concreta e intentar regularla según la idiosincrasia histórica de aquel pueblo. La razón, por tanto , no precede a la historia.

Montesquieu, igual que para Locke, la ley de por sí no restringe la libertad sino que la asegura... La tiranía es simplemente el abuso de un poder que sin el mal uso sería legítimo. No se trata de borrar el poder sino de que el poder frene al poder...

Nunca el controlado controla a su controlador. Han de ser más de tres, pero tampoco demasiados, porque entonces el control se diluye en un laberinto de relaciones...

Tanto Locke como Montesquieu aportan al pensamiento político moderno elementos que han arraigado en nuestra cultura y nos son tan familiares que casi los consideramos de simple sentido común.: Contra la concentración de poder propia del absolutismo, distribución de este poder y equilibrio dinámico de los tres poderes resultantes.

MÁS ALLÁ DE LA UTILIDAD

Moral moderna

Al igual que la Ilustración, la filosofía ético-política se encuentra bajo el signo de la utilidad.... Vamos a asistir a una maduración de la moral moderna que la elevó por encima del valor utilidad hasta el valor dignidad.

Antecedente: Spinoza, cuando en su Ética aparece y se subraya una utilidad especial y superior del ser humano respecto del ser humano. Nada más útil a un humano que otro ser humano... Es utilidad recíproca. Y fue pro ese camino que la moral moderna se hizo mayor. Lo hizo sobre todo por obra de la Revolución Francesa en lo político y de Rousseau (1712-1778) y Kant (1724-1804) en lo filosófico.... En resumen, la moral moderna nace de la pasión de Rousseau por la libertad y en la elaboración conceptual que de ella hizo Kant. Tal libertad, sentida y conceptualizada, ha venido a ser el componente básico e irreversible de la Moral de nuestra época. Se ha consolidado como opinión común en nuestra civilización y busca expandirse en forma de ideal para todos los humanos.

Libertad moral

Rousseau hallo en sí mismo en clave pasional la libertad moderna; no la vivió como profundidad de su espíritu individual, sino que la experimentó como esencia de lo humano. En Rousseau se encuentra ya la tesis que pocos años después enseñará Fichte recibiéndola a través de Kant, de que la libertad no es una dimensión entre tantas del ser humano, sino su esencia más irrenunciable.

Rousseau sigue de cerca de Hobbes en su esquema tripartito de naturaleza – pacto – civilidad, corrigiendo muy a fondo la doctrina del pacto... Con toda claridad y directamente contra Hobbes, Rousseau repudia el contrato de sumisión como fundamento legítimo de la sociedad por la poderosísima razón de que la libertad es la esencia irrenunciable de los seres humanos, y un contrato de sumisión acarrearía la contradicción de una esclavitud voluntaria.

La libertad de la que está tratando Rousseau no es una libertad mermente externa, como la de Hobbes, ni tampoco la libertad psicológica contemplada por Locke de tomar decisiones sobre la vida y propiedades. No es tampoco la libertad política teorizada por Montesquieu. La libertad de Rousseau es libertad moral que decide sobre bien y mal ante uno mismo. Por ello, la profundización de tal libertad conduce al pensamiento de la autonomía moral. Sólo puedo sentirme responsable de obrar aquel bien y m al que yo mismo me impongo. Como veremos en Kant, la voluntad moral es legisladora. No vivimos sin ley, ciertamente, pero es ley promulgada por nosotros mismos, nuestra ley. Por eso podemos decir que no dejamos de ser súbditos (Hobbes no ha muerto del todo) Pero ... Nos afirmamos como soberanos porque sólo nos sometemos a una ley que nos damos nosotros mismos. Y ley, además, que no puede quedarse en meramente moral sino que ha de pasar a libertad política, es decir, a soberanía popular o de todos los ciudadanos....

El totalitarismo de Rousseau no se refiere solamente a la totalidad de la persona, sino a toda la humanidad

Reelaboración kantiana de la libertad moral y política

Para Kant el pacto originario es sencillamente una idea de la razón pura práctica, no un acontecimiento histórico propiamente dicho. Rosseau preparó ya muy de cerca la liquidación final del esquema hobbiano... Toda la filosofía de Kant se construye sobre una primera dicotomía que en él se enuncia como naturaleza y moralidad. El mundo de la naturaleza es el objeto de la razón teórica y el mundo de la moralidad está presidido por la razón práctica.

Kant nos invita a iniciar una nueva investigación de los fenómenos morales. Aduce en primer lugar el ejemplo de la física newtoniana. Apela a la ciencia química para aplicar su método al conocimiento de la moralidad. El método consiste en el análisis de los cuerpos con el fin de descomponerlos en sus elementos simples. Hagamos pues lo mismo con los fenómenos morales, dice Kant, y obtendremos por separado los elementos puramente racionales (conceptos de deber, de derecho, etc.), por un lado, y los empíricos (satisfacciones subjetivas, motivos psicológicos) por el otro.

El paso de lo natural a lo humano según Kant

Se trata de buscar en primer término de buscar la utilidad mediante el apartamiento del fanatismo y la superstición (valores típicamente ilustrados). Por tanto hay que hacer una ojeada al mundo natural como base del mundo moral... Kant evoca el estado de naturaleza hobbiano y encuentra en el hombre tendencias antagónicamente opuestas que le impulsan unas a la vida social y otras a la desagregación. (antagónicas). Un estado de abundancia y sin problemas, como el Paraíso que pinta la Biblia, habría mantenido a los seres humanos en estado de aborregamiento perpetuo. Hay que salir de este estado para que el hombre desarrolle sus posibilidades más elevadas, cosa que sólo puede alcanzar en la lucha interior de cada individuo entre sus tendencias sociales y asociales, sobre todo mediante el trabajo.

El problema mayor del género humano, continúa Kant, consiste en llegar a una sociedad civil que administre el derecho en general, cosa que sólo podrá alcanzar mediante una constitución civil perfectamente justa: habrá de dársela a sí mismo como artificio capaz de administrar justamente la coerción que lleva consigo el derecho.. Ello es difícil porque el hombre es un animal que, cuando vive entre sus congéneres, necesita de un señor. Pero cualquier señor que él designe necesitará a su vez un señor que le obligue a su vez a respetar la justicia y así adelante en un proceso sin fin... Las circunstancias favorables para esta difícil tarea se darán raramente. Han de iniciarla héroes.

Finalmente, Kant sienta una relación entre el problema anterior y el problema de una relación legal exterior entre los Estados. Y es aquí, en esa especie de globalización del pesimismo, donde Kant encuentra un asidero para la esperanza. Siendo el estado de guerra entre las naciones semejante a la guerra hobbiana de todos contra todos, serán los desastres de la guerra los que acabarán empujando a los humanos hacia la racionalidad y crearán entonces una sociedad de naciones que introduzca el derecho en las relaciones internacionales y de rebote en el interior mismo de las naciones particulares.

¿Progresamos?

Las instituciones políticas, según Kant, son la realización social de las predisposiciones morales inscritas en la naturaleza humana. ¿Progresamos?: es decir, si los hombres reunidos socialmente sobre la tierra lograrán en un tiempo futuro mejorar sus costumbres morales... ¿Cómo podremos contestar la pregunta? Debemos recurrir a determinados hechos históricos, extraordinarios y privilegiados, que se muestren como cumplimiento de determinadas predisposiciones morales. Un hecho de tal índole lo encuentra Kant en la Revolución Francesa. Toma distancia de sus aspectos más crueles y sanguinarios, pero ve en ella la realización de una disposición moral común... Con la Revolución francesa se produce un cambio social histórico que consiste en el derecho de los pueblos a darse la constitución que quieran (soberanía popular) y en orientar los estados democráticos surgidos de esta disposición moral hacia la paz. La esperanza de que esta finalidad se cumpla, Kant la cifra más en la valoración negativa que despierta la experiencia de la guerra que en una convicción positiva a favor de la paz.

Concepto de derecho

Kant deslinda netamente el derecho, sea éste moral o jurídico, de la simple virtud moral. Afirma tajantemente el carácter externo del Derecho en amplia concordancia con los juristas de su tiempo.

Kant pone tres condiciones que ha de cumplir una definición correcta de derecho:
- la externalidad
- la relación entre voluntades que se suponen libres
- la independencia del concepto respecto de su materia o contenido.
Esta doctrina descansa sobre el derecho más fundamental a la libertad, el cual sólo puede ser restringido por una ley universal que obligue a todas las voluntades... Por su misma naturaleza, el Derecho es coactivo, pero no se puede decir que ejerza violencia. Es coactivo porque puede obligar a ser cumplido a la fuerza, pero no es violento porque esta fuerza es consecuencia inevitable de una primera violencia que ha ejercido quien no cumple la ley... Es pues evidente que para Kant otdo el mundo del derecho como poder de obligar, incluso con la fuerza, descansa sobre la libertad. Éste es su supuesto básico.

Libertad, único derecho innato
La libertad, que Kant considera el único derecho subjetivo de todos los humanos, anterior a todo ordenamiento jurídico concreto. Es el único derecho que nos corresponde por el solo hecho de haber nacido.
 

 

 

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