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Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
EMILIO
CASTELAR Y RIPOLL (1832-1899)
Font:
DD.AA.: Enciclopedia de Historia de España,vol IV
(Diccionario biográfico). (1991). Madrid: Alianza
Editorial. 910 pp.
Text:
Nació en Cádiz en 1832. Fue, además, uno de los
grandes prosistas españoles del pasado siglo. Él mismo
recordaría siempre los primeros años de su vida como
una época de persecución y de tristeza, debido a la
represión absolutista que sufrió su familia. En 1836
inició sus primeros estudios en Elda (Alicante) y, más
tarde, en el Instituto de Alicante, Se marchó
posteriormente a Madrid, donde cursó derecho y
filosofía. Empezó su carrera política a raíz de su
primer discurso, a los 25 años en un mitin celebrado
tras el levantamiento de Vicálvaro (1854). Desde ese
año, fracasada su candidatura a diputado, se centró en
una doble actividad, académica y periodística, siendo
colaborador, entre otros, del diario La Discusión,
órgano del partido demócrata fundado por Nicolás
María Rivero en 1856. En 1857 ganó las oposiciones a la
Cátedra de Historia Filosófica y Crítica de España de
la Universidad Central, que convirtió en auténtica
tribuna política. Fundó su propio periódico, La
Democracia, en 1864. Definirá entonces su
republicanismo a través de lo que llamó la
"fórmula del progreso". En 1865 fue expulsado
de su cátedra por la publicación de su artículo El
Rasgo, donde censuraba el comportamiento de la
reina, Isabel II. Intervino en el pronunciamiento del
Cuartel de San Gil (1866), y se libró de la represión
huyendo a París, con la ayuda de la reina. Permaneció
fuera de España hasta la revolución de 1868 que
provocó la caída de Isabel II y en la cual participó.
Proclamada la I República ocupó la cartera de Estado,
desde la que los decretos de abolición de la esclavitud
en Puerto Rico, de los títulos nobiliarios, y de las
órdenes militares. Ante la situación de desórdenes
generalizados, se vio obligado a establecer un
republicanismo de corte centralista, teniendo que hacer
frente a los carlistas, cantonalistas, a la insurrección
cubana, e intentando, al mismo tiempo recuperar la
Hacienda Pública. Restaurada la monarquía borbónica en
la persona de Alfonso Xll, permaneció durante un tiempo
alejado de la política, llevando a cabo una serie de
viajes por el extranjero. En las primeras Cortes de la
Restauración representó a Barcelona. Defendió entonces
con ardor el sufragio universal, la libertad religiosa,
entendida ésta como libertad de cultos, y el servicio
militar obligatorio. Frente a los radicales de Ruiz
Zorrilla, formó el Partido Republicano Posibilista, que,
tras la inlplantación del sufragio universal y la Ley de
Jurados, se integró, por consejo propio, en el Partido
Liberal (mayo de 1893), bajo la jefatura de Sagasta. En
los difíciles momentos de la crisis finisecular
española criticó vigorosamente la actuación de los
gobiernos españoles. En 1899 moría en San Pedro del Pinatar
(Murcia). (PDM) (200-201 pp.)

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