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Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
CÁNDIDO
NOCEDAL Y RODRíGUEZ DE LA FLOR (1821-1885).
Font:
DD.AA.: Enciclopedia de Historia de España,vol IV
(Diccionario biográfico). (1991). Madrid: Alianza
Editorial. 910 pp.
Text:
Nació el 11 de marzo de 1821 en La Coruña, hijo de un
comandante de la Milicia Nacional. En 1836 marcha a
Alcalá de Henares a estudiar la carrera de derecho.
Allí participa activamente en los movimientos
estudiantiles que concluyeron con el traslado de la
universidad a Madrid. Ya en esta ciudad, continúa sus
estudios en Seminario, Salesas Nuevas y Noviciado,
graduándose en ambos derechos en 1840, año en que
también se colegia y comienza a trabajar como abogado.
Militante en el Partido Progresista, se presenta como
partidario de Espartero en los sucesos de 1841, siendo
nombrado poco después promotor fiscal de uno de los
juzgados de primera instancia de Madrid. Durante el
desempeño de su cargo (20 de julio- 1 de diciembre de
1841) destaca por su intransigencia a la hora de suprimir
periódicos moderados y republicanos. En 1843 ocupa el
cargo de redactor primero de La Gaceta de Madrid,
dimitiendo poco después al ser elegido diputado por
Zaragoza, dando comienzo su vida parlamentaria y su
peregrinar político. En 1847 se encuentra formando parte
de la tendencia «puritana» en las candidaturas que los
moderados presentaron por Madrid. Por estas fechas tiene
comienzo su amistad con Narváez, al salir en su defensa
frente a los ataques de que era objeto por parte de la
prensa progresista, y da comienzo su carrera dentro de la
administración moderada: en 1847 es nombrado fiscal del
Consejo Real y, en 1851, subsecretario de Gobernación y
consejero real. Desde l 851 a 1854 permanece apartado de
toda actividad política, presentándose únicamente a
las elecciones, por desacuerdo con la política sostenida
por Bravo Murillo y Sartorius. Participa inicialmente en
la «Vicalvarada», suscribendo incluso el Manifiesto
de Manzanares. Elegido diputado por Pontevedra,
destaca en las Constituyentes por su decidida defensa de
la Unidad Católica, siendo su discurso el que mayor
resonancia obtuvo en aquellas Cortes.
Su actividad durante el Bienio Progresista fue decisiva
para la supervivencia del Partido Moderado, ya que se
propuso salvar su unidad y coherencia frente a la
naciente Unión Liberal, para ello mantuvo continua y
fluida correspondencia con el duque de Valencia,
sirviéndole de enlace con la reina para preparar la
contrarrevolución. Con este fin editó el periódico
satírico-político El Padre Cobos, en el que
participaron algunas de las plumas más ilustres del
periodismo neo-católico. Atacó duramente al gabinete
Espartero-O'Donnell, tanto desde el Parlamento como desde
el periódico. Fruto de toda esta activdad será la
cartera de Gobernación que ocupa en diciembre de 1856.
Desde el ministerio organiza las elecciones que llevarán
al Parlamento una mayoría sumisa que votará las leyes
represivas que destruyeron los logros revolucionarios,
destacando entre todas la Ley de Imprenta que lleva su
nombre, la más restrictiva de su época. El 27 de
octubre de 1857 presenta su dimisión, dedicándose
durante la administración unionista al ejercicio de la
abogacía.En 1857 es nombrado académico de Ciencias
Morales y Políticas y, en 1860, ingresa en la Academia
de la Lengua. Vueltos los moderados al poder, decide
incorporarse a la política activa presentándose a las
elecciones. Elegido por Toledo, no llega a ocupar su
escaño por discutírsele el acta, motivo por el cual
también renuncia a la gran Cruz de Carlos III que se le
había concedido. Ya en estos años (1863) inicia
lentamente su apartamiento del moderantismo,
considerándosele como el inspirador del grupo
neo-católico. En este sentido, es muy significativo su
discurso contra el reconocimiento del reino de ltalia
(1865), que encierra duras críticas a la política
religiosa tanto de unionistas como de moderados. En 1866
es nombrado presidente de la comisión que debía de
proponer la reforma de la legislación penal en Ultramar,
vocal y presidente de la sección tercera del Real
Consejo de Instrucción Pública.
En 1867 se le ofrece la embajada de Roma y la presidencia
del Congreso que no acepta, ya que pretende presidir un
gabinete de resistencia a la revolución que se
avecinaba, formado por moderados y neo-católicos. Para
ello, empieza a publicar La Constancia (1867),
en donde inicia su vida periodística su hijo Ramón. El
estallido revolucionario de septiembre de 1868 acaba con
el diario y con su militancia en el moderantismo. En 1869
comunica a Isabel II el abandono de su causa y en 1871
ofrece sus servicios a don Carlos. Éste, atraído por su
personalidad e influencia política, le confía primero
la organización electoral del partido y en 1872 la
jefatura del mismo. En 1873 le nombra, junto al obispo de
La Habana, Jacinto María Martínez y Sanz, su
representante oficial en España. Desde el primer
momento, su jefatura es fuertemente cuestionada por
amplios sectores de la Comunión Católico-Monárquica,
pero don Carlos confirma a Nocedal en su cargo aún
después de terminada la guerra. Durante el año 1874, y
ante el peligro de ser detenido por las autoridades
revolucionarias, marcha a Portugal, volviendo a España
en los primeros meses de 1875. Durante los primeros años
cIe la Restauración alfonsina, se dedica a reorganizar
el partido carlista según su propio criterio, y conforme
a los principios sostenidos por los neos y, para ello,
decide publicar un nuevo diario que ejercerá notable
influencia entre los sectores militantes del catolicismo
español: El Siglo Futuro (1875-1936), el cual,
desde un principio, será consideracIo como más
nocedaliano que carlista, provocando una vez más los
recelos de los carlistas ortodoxos. Convencido de que
únicamente la defensa de la causa de la Iglesia y del
Pontificado podía atraer al electorado católico hacia
su partido, organiza sendas peregrinaciones a Roma en
1876 y 1882, que son consideradas por las autoridades
españolas como provocaciones carlistas. Los últimos
años de su vida, por tanto, estarán caracterizados por
la pugna con los unionistas de Pidal y Mon por un lado y,
por otro, con los miembros de su propio partido. Así, a
su muerte, acaecida en Madrid el 18 de julio de 1885, el
carlismo estará prácticamente dividido entre sus
propios partidarios, que, consecuentes con la ideología
tradicionalista inspirada por Donoso, aceptarán la
jefatura de su hijo, Ramón, y los antiguos carlistas,
que permanecerán fieles a Carlos VII. (BU) (616-617 pp.)

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