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Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
JUAN PRIM Y
PRATS (1815-1870).
Font:
DD.AA.: Enciclopedia de Historia de España,vol IV
(Diccionario biográfico). (1991). Madrid: Alianza
Editorial. 910 pp.
Text:
Hijo de un notario que, por las circunstancias de la
invasión francesa, se enrola en el ejército, nace en
Reus (Tarragona) el 6 de diciembre de 1814. En 1834, al
generalizarse el conflicto carlista, ingresó en un
cuerpo voluntario cristino, En 1840 es ya coronel y, tres
años antes, se había hecho acreedor a la Laureada de
San Femando. Se afilia al Partido Progresista, siendo
elegido en 1841 diputado por Tarragona. En 1843, después
de haber cubierto en Andalucía un destierro como
subinspector de carabineros, participa en el movimiento
contra el regente Espartero, al sublevar la zona de Reus
y orientar, desde Barcelona después, la implicación de
toda Cataluña, hecho por el que es recompensado con los
títulos de conde de Reus y vizconde del Bruch. Pero,
triunfante el golpe, es encargado de contener a la Junta
barcelonesa que ataca a las nuevas autoridades por no
cumplir sus promesas liberales, misión que le hace
perder gran parte de la popularidad adquirida.
Disconforme con el rumbo político que desarrollan las
nuevas autoridades gubemamentales, solicita autorización
para viajar por Europa. Más tarde sufre un procesamiento
al acusársele de conspiración contra Narváez. En 1847
se reincorpora al ejército, siendo nombrado capitán
general de Puerto Rico, cargo en el que permanece escaso
tiempo en razón a la impopularidad que se granjeó, pues
a pocos gustaron las severas medidas de contención del
orden público adoptadas, ni su plan de fortalecer la
economía de la isla a partir del asentamiento de nuevos
colonos.
De regreso a la Península alcanza en 1851, acta de
diputado por Vich y, en 1853, por Barcelona, año,
además, en que se le concede permiso para que, como
observador, asista al desarrollo de la confrontación
ruso-turca. Al año siguiente, triunfante la
«Vicalvarada», integra las Cortes Constituyentes. En
1855 es nombrado capitán general de Granada y ascendido
a teniente general en 1856. En este período es cuando
abandona su militancia en el Partido Progresista para
encuadrarse en la Unión Liberal. Cuando estalla el
conflicto de Marruecos (1859). se hace cargo de un cuerpo
de reservistas que alcanza señalados éxitos
(Castillejos y Tetuán 1860), valiéndole la concesión
de grande de España y el marquesado de los Castillejos.
En 1861 se le encomienda el mando de la expedición
militar española que, junto a una francesa y otra
inglesa, se dirige a México para presionar a Juárez y
conseguir el pago de la deuda exterior, lo que consigue,
tras la firma del convenio de La Soledad (febrero de l
862), y después de ocupar San Juan de Ulúa y V eracruz.
Pero, enterado Prim de la pretensión francesa de crear
un imperio satélite en México, sin órdenes expresas de
Madrid, ordena embarcar a sus tropas y se retira a Cuba.
Ese mismo año llega a Madrid y abandona su militancia en
la Unión Liberal, reingresando en el Partido
Progresista, facción que en el ámbito político ignora
a la Corona, asumiendo cada vez más la idea de propiciar
un cambio dinástico. Tales planes quedan al descubierto,
y se ve obligado a exiliarse, aunque sin renunciar a su
empeño. Con esa esperanza ejecuta una serie de
pronunciamientos fallidos (desembarco en Valencia, en
junio de 1865; cuartel de San Gil un año después), que
le conducen a replantearse su estrategia: abandono del
área estrictamente militar en las acciones, y búsqueda
de apoyos civiles -por la derecha la Unión Liberal, y
por la izquierda los demócratas- que se pactan en los
acuerdos de Ostende (agosto de l 866) y París (julio de
1867), disipándose finalmente el camino cuando, en
noviembre de l 867, muere O'Donnell y se suman a la trama
los unionistas. En septiembre de l 868, con Sagasta y
Ruiz Zorrilla, se desplaza hasta Cádiz, donde, con el
concurso del almirante Topete, se subleva el día 18,
publicando al siguiente el conocido manifiesto España
con honra. Al mismo tiempo, el general Serrano,
partiendo de Sevilla, marcha sobre Madrid, y Prim recorre
la costa mediterránea alentando la insurrección que, al
fin, destrona a Isabel II.
Triunfante el golpe, se constituye un gobierno
provisional, presidido por Serrano, en el que Prim pasa a
desempeñar la cartera de Guerra, desde donde logró que
las Cortes Constituyentes reconociesen el carácter
monárquico del régimen, lo que obliga a buscar un
monarca que, tras una regencia ostentada por Serrano, y
en la que Prim fue jefe del gobierno, recayó, después
de intensas negociaciones, en Amadeo de Saboya
(16-XII-1870). Desde su puesto de presidente del
ejecutivo, Prim trató de flexibilizar el arco político
por la izquierda (contención del creciente
republicanismo), en tanto que, en política exterior,
vislumbró el problema que se avecinaba en Cuba,
propiciando una descolonización con honra que pasaba
necesariamente por un entendimiento con Estados Unidos,
e, incluso, si fuera necesario, con los propios
cabecillas revolucionarios. Pero todas sus previsiones
quedaron truncadas con su muerte, sucedida el 27 de
diciembre de 1870 en un atentado, y cuyos autores nunca
fueron descubiertos. (RFM). (701-702 p.)

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