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Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
Restauració 2 ( 1898-1931) - Crisi de la Restauració
(1898 -1923)
Vida
de golfos al primer quart del segle XX
Font:
CABA GUSI, Angels i SOPEÑA
NUALART, Assumpta: Un siglo en la Historia de la Infancia
en España.(1834-1936). Dossier Infancia marginada
(Instituciones de Asistencia y Penalización).Treball
inèdit
Comentari:
Descripció d ´un tipus marginal
que vivia a Barcelona en el primer quart del segle XX. El
text presenta els motius i condicions en qure vivien
aquests golfos que eren un producte de la misèria i de
la intrensigència familiar.
Text:
(...) En la mayoría de los casos
fue el delito la evolución psíquica de un estado de
abandono que comenzó muchas veces con la fuga del hogar
en el que carecieron, a menudo, de toda educación moral
y religiosa. Esta fuga, acaso, fue sugerida ante el temor
de llegar tarde a la casa paterna por culpa de haber ido
al cine -antes era la pantomina- o por haberse
entretenido jugando en la calle con otros peores que él,
y teme ir, porque ya fue castigado por idéntico motivo o
porque le han despedido del taller. La llegada del
sábado es fatal muchas veces, bien porque en casa han de
enterarse de este despido, bien porque el cine le atrae
con irresistible fuerza en la velada, y sale tarde de
allí y ha de ir a apagar su sed en la taberna próxima.
Sigue luego una vida vagabunda, se entrena en la
mendicidad, encuentra gusto en ella y no comprende la
prohiban, porque como decía uno, el "pedir es
cortesía". Alterna la mendicidad con pequeñas
raterías , pues lo que quiere y le hace falta es dinero
para ir al cine, comprarse alguna golosina o tomar parte
en el juego. Comienza por hacer colillas, hurtar
algodón, fruta, azúcar, carbón o trigo. Pasa los días
y no se acerca ya a su casa, pues le resulta más
difícil el volver a ella. Un "trinxeraire"
más en los muelles, en los mercados y en las calles de
los barrios bajos.
Comienza pasando alguna noche al raso, otras noches se
mete en vagones de estación situados fuera del andén,
luego acude a casa de dormir, y duerme en jergón cuando
dispone de veinte céntimos, en catre si gasta
veinticinco y en cama si cuenta con una endola (peseta);
al faltarle dinero, si ya es conocido, llegan a fiarle
por unos días. Sus fechorías alcanzan la impunidad más
completa, pues un sentimiento de compasión si no de
oculta simpatía, de quienes podrían descubrirle, le
evitan sea castigado. Con ello va perdiendo, si no los
escrúpulos, el temor. Entiende de borregas y de
convencer al vatu -hombre que engaña con monedas, al
parecer de oro, o billetes extranjeros caducados,- es
auxiliar en la "guitarra"- timo de fabricación
de moneda falsa, exclusivo de mayores, llevando él el
artefacto,- sabe también de cartetes,
"descuidos" en las tiendas y despachos,
acompaña a la "mechera", hace de blanc, porque
no ha estado aún de procesado,- como la reincidencia
supone mayor pena, los adultos procuran evitarla y,
además, no es conocido de la policía;- actúa de
"bolsillero", llevando bata larga, sólo
abrochada de arriba, para poder maniobrar mejor,
limpiando los bolsillos a mujeres distraídas que están
paradas en una plaza o en la calle mirando aparadores,
tapia, o vigila, y pica el ja, sabiendo empalmar, o pasar
a otro, el objeto hurtado en la borda, puerta, del
tranvía o en su plataforma, los dos sitios más
peligrosos, sirviéndole de "muleta" un diario,
la bufanda o el sobretodo echado sobre el hombro
izquerdo, que ocultan a la atrevida mano derecha mientras
sustrae la cartera o el alfiler de corbata. Concurre al
rancho cuando le falta trucan (dinero) para ir a "La
Mina", a "Cal Pepet" o "El
Zaragoza", acude a "La Manca" o a "La
Gallega" para empeñar prendas sin papeleta o a otro
poleo conocido; fíale un "drapaire" encubridor
de robos y el dueño de la casa de préstamos encartado
en más de un proceso. Ya no va a comer rancho, y
desprecia las colillas y la fruta. Es un delincuente.
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