|
Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
La Restauració 2 (1898-1931) - Crisi de la Restauració
(1898-1923)
Testimoni
de treball infantil en una colònia tèxtil.
Entrevistra d´Àngels Caba a Eugènia Enrich
Font:
CABA GUSI, Angels i SOPEÑA
NUALART, Assumpta: Un siglo en la Historia de la Infancia
en España.(1834-1936).1993.Treball inèdit
Comentari:
" El siguiente texto, recoge
el testimonio de una mujer, Eugènia Enrich,que a los
nueve años trabajaba en una fábrica textil de la
colonia industrial Borrás (Castellbell i el Vilar.) de
Cataluña. Las colonias eran un conjunto instalaciones
industriales con casas para las familias obreras,
iglesia, escuela, economato, cuartel de la Guardia Civil,
etc. Estaban situadas zonas rurales junto a los ríos
(Llobregat, Ter, Cardener Fluvià....), esta
localización facilitaba tanto la obtención de energía,
como la utilización una mano de obra más barata y menos
conflictiva que la de las zonas urbanas. Empezaron a
implantarse a finales del s.XIX.
Al tratarse de la transcripción de una entrevista, se ha
respetado al máximo lenguaje coloquial." (Angels
Caba)
Text:
E.E.- ...y eso que era hija
única. Ya lo ves cuanta miseria había.
A.C.- ¿Qué año debía ser? No lo recuerdas...
E.E.- El año 15 o el año 16. yo creo que era el 16
<1916> (...)
A.C.- ¿De qué te encargabas?, ¿De un telar?.
E.E.- No, no yo no me encargaba de ningún telar, yo me
cuidaba de máquina a la que llamaban el revólver, en la
que ponían la trama para tejer.(...) y entonces vaciar
las canillas, las que estaban vacías, metidas un cesto y
(...) cuando era al principio de la calle ya volvían a
girar revólveres de la otra punta, no llegaba a tiempo,
¿qué querías que niña de nueve años?.
A.C.- ¿Había muchas criaturas como tú?.
E.E.- Sí había, sí, sí, todos eran pequeños, todos,
todos eran pequeños, a los mayores ya les hacían hacer
cosas más importantes, ¿verdad? (...).
A.C.- ¿Recuerdas cuantos ninos o niñas había contigo?.
E.E.- Pues mira... había seis filas, al menos seis
(...). Había seis filas de telares, doce telares en cada
fila. Pues al menos debía haber seis criaturas, más o
menos como yo. Todos eran iguales, ya digo, a diez años
ya los llevaban otro sitio.
A.C.- ¿A dónde iban?.
E.E.- Por ejemplo, a los anudadores. (...).
A.C.- ¿A qué hora empezabais a trabajar?.
E.E.- A las cinco de la mañana. (...).
A.C.- Hasta...<
E.E.- Hasta las nueve. De las cinco hasta las nueve. A
las nueve, media para ir a desayunar. Salíamos de la
fábrica con media hora y ya la tienda, que le llamaban
la Fonda, y allí mi madre, por la noche, ya llevaba un
cazo, un cazo con pan cortado y el aceite y la sal y
allí en la Fonda, tenían aquella cocina económica tan
grande, ponía los cazos allí encima Tereseta. Y allí
ya le hervían, las hacía finas y hala. (...) Entonces
de las nueve hasta las nueve y media nos volvíamos a
enganchar las doce.
A.C.- ¿Ibas a casa?.
E.E.- (...) Sí, y a la una y media a trabajar hasta las
cinco de la tarde, o las cuatro y media. (...) Para
merendar, media hora para merendar, de las cuatro y media
a las cinco y de las cinco hasta las siete enganchaba el
turno de noche, que era de las siete de la noche hasta
las del día siguiente.(...).
A.C.- Era duro.
E.E.- Sí, si.
A.C.- ¿Y qué os pagaban?.
E.E.- ¡Oooooh! A mí no sé si me daban nueve pesetas
cada semana. Me parece que ganaba ocho o nueve pesetas
cada semana. (...).
A.C.- Pero trabajando con aquellas máquinas, a menudo
debería haber accidentes...
E.E.- Síiiiiii.Sí hubo, sí, sí.
A.C.- Recuerdas alguna criatura que hubiese muerto o que
hubiese tenido algún accidente grave o se hubiera
lastimado?.
E.E.- No, yo no lo recuerdo. Sólo recuerdo que un primo,
un primo hermano allí, que también imagina, lo pusieron
a trabajar, porque con siete años ya los cogían, con
siete. Yo fui a los nueve, y un primo hermano , no sé
cuantos años tenía, pero era muy jovencito, mucho,
quizás todavía no tenía los nueve años, pues subiendo
un montacargas que subía las cajas del hilo, subían
arriba, las bajaban abajo y de pronto, pues se ve que
subía el en el montacargas asomando la cabeza y cuando
estuvo arriba, ¡clac!, le cortó la cabeza, pobrecito, y
murió.
(Entrevista a Eugènia Enrich Gusi, realizada en
Barcelona en febrero de 1991 per Angels Caba) .
|