|
Base documental
d'Història Contemporània de Catalunya.
Restauració 2 (1898 - 1931) - Crisi de la Restauració
(1898-1923)
La
vaga general, utilitària, solidària i revolucionària.
(1903)
Font:
REDACCIÓN, La: La vaga general,
utilitària, solidària i revolucionària." La
Huelga General". 20 Febrero 1903.
Comentari:
Entre el segle XIX i XX
l´anarquisme va veure la vaga general com una eina
òptima per a superar la societat de classes i anar cap a
la Revolució.
L´article fa un repàs dels diferents tipus de vaga i
abogava per la vaga general revolucionària ja que
atacava els fonaments de la societat burgesa: La
Religió, L´Estat i la Pàtria.
Text:
Mereciendo cada una de esas tres
calificaciones se presenta la huelga general en los
hechos y en la abstracción del entendimiento.
La huelga general utilitaria o reformista no es
más que una generalización de la huelga parcial de los
trabajadores exclusivamente societarios, quienes,
arrinconados al último extremo de la lucha económica y
no pudiendo ya materialmente vivir, piden disminución de
horas de trabajo o aumento de jornal. Esta clase de
huelga suele terminar con una derrota o un triunfo
aparente, después del traqueteo de las comisiones, de
declaraciones pacíficas de los obreros, de aprobación y
aplauso burgués, de que algunos esquirols,
adquieran plaza permanente y de que los activos y
conscientes queden desocupados y apuntados en las listas
policíacas y en las del Pacto del Hambre. En resumen,
tiempo perdido y bajas dolorosas.
La huelga general solidaria en pro de otros
compañeros en lucha lleva en sí tal elevación de
miras, que el solo hecho de intentarla dignifica a los
que por ella se interesan. Suele recurrirse a ella cuando
se ofrece la necesidad de defender a un compañero, como
la recientemente ocurrida de los carreteros de Barcelona,
o como la más reciente aún de Reus, por defender el
derecho de asociación, o como las que alcanzaron notoria
importancia en Gijón, La Coruña, Sevilla y La Línea;
pero su solución y sus ventajas difieren poco de las de
la anterior, quedando además algún procesado y
castigado por lo de las coacciones.
Queda la huelga general revolucionaria; esa, no nos
hacemos ilusiones, se planteará, será vencida; pero a
la última, a la vencedora, a la que vendrá cuando
seamos bastante conscientes para plantearla debidamente y
por consiguiente fuertes para vencer a nuestros
aterrorizados y flojos enemigos, representará la toma de
la última Bastilla, y con ella la elevación a la
dignidad del goce completo de la vida humana para todos,
hasta para aquel Pachu, el segador inventado por Lerroux,
que llamaba burgueses a los obreros triunfantes de una
huelga utilitaria.
Dejamos de ser utilitarios o reformistas al separarnos
del partido republicano, donde vimos que sus hombres son
revolucionarios sólo de nombre, y también porque
sabemos lo ineficaces que son en todas las repúblicas
del mundo las reformas que a tanta costa se obtienen.
Vinimos al campo libertario porque en él se hace
verdadera labor revolucionaria combatiendo los
fundamentos principales de esta sociedad : Religión,
Patria, Estado. Y no contentos los libertarios con
revolucionar cerebros, llevan su acción a la calle por
medio de la huelga general, considerándola como el
único medio de emancipación de los trabajadores.
Por esto decimos, respetando todas las iniciativas,
limpios de todo dogmatismo, pero firmes en nuestra
convicción: no se olvide que el objeto único de la
huelga general es la Revolución.
Pedir reformas por medio de la huelga general es como
hacer política menuda.
Ir a la huelga sin más propósito que la solidaridad,
laudable en determinadas ocasiones, es puro
sentimentalismo.
Ni por utilitarismo ni por sentimentalismo debe ponerse
en movimiento la gran colectividad proletaria, la cual no
ha de seguir la inspiración de Sancho Panza ni la de Don
Quijote, sino las de la razón; es decir, no hemos de ser
tontos egoístas, ni locos altruistas, sino justos.
Además no hay utilidad mayor ni solidaridad más elevada
que las contenidas en el propósito de la transformación
de la sociedad perfectamente concordado con la
conveniencia total de la humanidad.
Para demostrarlo se fundó nuestra publicación, con ella
nos proponemos ayudar a cuantos sin rodeos ni
desviaciones van al único y verdadero fin
revolucionario, y en él queremos que coincidan los
trabajadores individual y colectivamente.
Dejemos las reformas para los políticos de oficio y para
los incautos.
Queden los sentimentalismos, como atavismo cristiano,
para los bien quistos con el régimen vigente.
Los libertarios de veras estudian y preparan la huelga
general revolucionaria y la sociedad
ultrarrevolucionaria.
LA REDACCION.
|