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      EL ÁRBOL INCANDESCENTE

Hemos caminado asolados por gravas rumorosas,
hemos olido las mañanas de viento salobre i de espliego,
hemos tocado los rojos enaltecidos del anochecer,
que se van llenando con agua de lluvias ancestrales.
hemos retumbado como cisternas vacías.

Hemos explorado, hemos descubierto escaleras
muy empinadas, de caracol, las hemos subido; en cada
peldaño nos perdimos por otro tiempo,
hacia renacer.
Hemos llegado arriba
del campanario: colgándonos de las sogas,
hemos tocado a destiempo. Hemos vaciado nidos de lechuzas
y otras aves.
Hemos atravesado las noches
llenas de espacio, abiertas; hemos mirado abismos,
profundidades transparentes.
Hemos penetrado en cuevas de cristal de roca.

Un ágil fuego que se nos enzarza
como una serpiente por todo el cuerpo y hace
de ti y de mi un solo árbol incandescente,
impropio de la tierra.

(Versió de Sebastià Goday)