La metamorfosis
Las mariposas constituyen el ejemplo más clásico de insecto con metamorfosis, de la que no se exceptúa ninguna especie de lepidópteros.
Cuando hacen eclosión los huevos, puestos a centenares,
la larva de las mariposas es una oruga, de color y aspecto variados, cuya
boca está provista de dos fuertes mandíbulas. La oruga crece
dentro de su caparazón de quitina y debe cambiar de envoltura tegumentaria
cuando su tamaño ha aumentado demasiado y la envoltura se desgarra.
Este «cambio de piel» no es una metamorfosis, puesto que el
insecto resultante tiene la misma forma, el mismo aspecto y casi el mismo
tamaño que la oruga original, sino una muda, debida a la acción
de las glándulas de muda (glándulas hormonales).
El número de mudas varía según las especies,
y pueden llegar a producirse hasta diecisiete. Poco antes de una muda,
la oruga deja de alimentarse al quedar desconectada su boca de los músculos
masticatorios, se fija, bien con sus patas, bien por medio de los hilos
secretados por su aparato serígeno. Después de la última
muda, la oruga se transforma. Cesa otra vez de alimentarse, se decolora,
y suele tejer un pequeño capullo de seda para fijarse y librarse
de su última envoltura. El insecto ya no parece una oruga. Posee
un tórax (mientras que la oruga sólo tenía segmentos
torácicos), antenas y, en la parte anterior, una vaina donde se
desarrolla más tarde la trompa de la mariposa adulta. Se produce
por tanto un cambio de aspecto, una metamorfosis. El insecto ha pasado
de la fase de larva a la fase de ninfa. La ninfa de las mariposas
se denomina crisálida a causa de las brillantes manchas que existen
sobre sus tegumentos. La vida en el estadio de crisálida, la ninfosis,
es una vida inactiva (diapausa) que tiene una duración de algunas
semanas, e incluso algunos meses en el caso de que la crisálida
deba invernar.
En la etapa final de la ninfosis, la envoltura de quitina
se seca, la crisálida corta el capullo dentro del que se encuentra
eventualmente, y se produce la eclosión de una mariposa que, en
el momento de extender las alas por vez primera, expulsa por el ano un
líquido de color rojizo, el meconio. La mariposa ha dejado de ser
un insecto triturador o masticador como la oruga. Ahora posee una trompa
que le permite alimentarse por succión, es un insecto chupador.
Esta trompa puede medir de 20 a 30 cm de longitud en algunas especies (una
raza malgache, Macrosilia morgani praedicta, posee una trompa de 22,5 cm
de lonqitud).