El pensador

Stephen Jay [Gould]

«Cuando tenía cinco años, mi padre me llevó a ver al Tyrannosaurus del American Museum of Natural History. Estando frente al animal, un hombre estornudó; yo me tragué saliva. El animal se alzaba inmóvil en toda su grandeza. Al salir, anuncié a mi padre que había decidido ser, de mayor, paleontólogo».

Stephen Jay Gould (1941-2002), paleontólogo de profesión y profesor en la Universidad de Harvard desde 1967, es un pensador polifacético. No sólo la paleontología constituye su pasión, también la geología, la biología, la astronomía, la historia, la filosofía, la música y el béisbol.

La obra científica de Gould parte, reafirmándola pero alterándola, de la teoría evolutiva de Darwin. Desde la publicación al 1927, junto con el paleontólogo también norteamericano, Niles Eldredge, del artículo Equilibrio discontinuo: una alternativa al gradualismo filético, ha llegado a ser una figura central en el ámbito del darwinismo. De su numerosa bibliografía podemos destacar: Desde Darwin (Ever Since Darwin: Reflections in Natural History), 1977; Ontogeny and Phylogeny, 1977; El pulgar del panda. Ensayos sobre evolución (Panda's Thumb: More Reflections in Natural History), 1980; La falsa medida del hombre (The Mismeasure of Man), 1981, La sonrisa del flamenco. Reflexionas sobre historia natural (The Flamingo's Smile), 1985; y La vida maravillosa. Burgess Shale y la naturaleza de la historia (Wonderful Life), 1989.


   

Largos periodos de aburrimiento y breves períodos de terror

Darwin siempre aceptó el lema «Natura non facit saltum» y consecuentemente, pero en contra de otros evolucionistas, defendió que el proceso evolutivo iba a ritmo lento, sin saltos súbitos, gradualmente. El registro fósil, ciertamente, no apoyaba éste gradualismo, más bien daba testimonio de saltos y de discontinuidad. Pero Darwin argumentaba que el registro era incompleto e imperfecto, era como un libro que sólo le quedan escasas páginas, pocas líneas por página, pocas palabras por línea y pocas letras por palabra.

Stephen Jay Gould y Niles Eldredge plantean un modelo evolutivo que cuestiona éste gradualismo de Darwin: el modelo de equilibrios puntuados o de equilibrios discontinuos. Un modelo que sí encaja y explica el actual y voluminoso registro fósil, un registro que no da testimonio de cambios morfológicos graduales, sino de abruptas discontinuidades.

El modelo de equilibrios puntuados establece que las especies viven largos periodos de estabilidad, periodos de equilibrio de millones de años, que se ven cortados bruscamente por fases breves de cambios (miles de años) en las cuales aparecen nuevas especies. «La historia de cualquier parte aislada de la tierra, como la de cualquier soldado, consiste -ilustra un colega de Gould- en largos periodos de aburrimiento y breves periodos de terror». El registro fósil muestra la estabilidad de las especies durante «largos periodos de aburrimiento», tiempo que se va repitiendo tras «breves periodos de terror» en los cuales se da, súbitamente, una gran diversificación pero también una gran extinción.

En tiempo de Darwin estaba ya vivo el debate sobre la naturaleza rápida o lenta de los cambios geológicos: cataclismos naturales o gradualismo. Gould considera que la opción de Darwin por el gradualismo no se explica en base a datos empíricas sino por las influencias culturales y metodológicas. (Culturales: se había asumido el cambio en las sociedades, pero, tal y como defendía el pensamiento liberal, las transformaciones sociales duraderas eran lentas, graduales y ordenadas. Metodológicas: Darwin había aprendido de Lyell que no se debe dar preferencia a la apariencia inmediata sino a la realidad escondida, el gradualismo estaba escondido debajo el imperfecto apariencia). Gould, al contrario, opta por el cambio rápido: diferentes catástrofes han marcado profundamente el proceso evolutivo. No sólo la catástrofe que supuso la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de años, también la de finales del permiano, que barrió el 95% de las especies de la superficie de la Tierra. Unos apocalipsis que se han repetido, imprevisiblemente, a lo largo de la marcha de la vida.


   

Diversidad de caminos posibles

No es el típico árbol de Navidades invertido lo que representa mejor la marcha de la vida, pasante de menos a más complejidad. En todo caso, la iconografía de un árbol no invertido, en el cual la disparidad y la diversidad se hallan en la base y en el que sólo unas ramas han sobrevivido, con vacíos inmensos entre ellas.

Conos

No un árbol de Navidades invertido, sino un árbol no invertido con diversidad inicial

Si se rebobinara la película de la vida, borrando todo cuanto ha acontecido y volviese a comenzar su historia, los nuevos acontecimientos serían sorprendentemente diferentes. Diversidad de itinerarios eran posibles; los resultados, no se podían predecir de entrada. La historia de la vida es una historia contingente: el azar y las circunstancias deciden de qué manera se desplegarán las formas vivas en nuestro planeta. Así, los hombres debemos nuestra existencia a una serie de casualidades que se han producido en la historia de la vida desde su origen. La vida no conduce necesariamente a la aparición del hombre.


   

Ciencia y sociedad

Gould, como filósofo de la ciencia, no ha dejado de hablar de «falsa ciencia», aquella ciencia incapaz de superar los prejuicios de la sociedad en la cual surge. El lamarkismo, por ejemplo, es falsa ciencia. Pese a que sabemos que una célula no puede retener y transmitir un carácter adquirido por un ser vivo, a menudo se defiende esta concepción. ¿Por qué? Porque es socialmente tranquilizadora. El esfuerzo queda compensado: el carácter o hábito adquirido se transmite.

En La falsa medida del hombre, centrado en los intentos de medir la inteligencia humana mediante los tests, Gould muestra y critica los abusos de la ciencia. Por un lado, muestra como la sociedad invoca la ciencia para justificar sus prejuicios; por otro, el científico, como le pasa a cualquier persona, no puede desvincularse por completo de su entorno social, que condiciona su metodología o sus resultados. El científico tiene que desprenderse de la aureola de falsa objetividad y asumir, de forma vigilante, el componente ideológico y social que afecta su trabajo.


   

Textos escogidos de Stephen Jay Gould

1. Equilibrio y cambio súbito

«La historia de la mayor parte de las especies fósiles incluye dos características particularmente incongruentes con el gradualismo:
1. Estasis. La mayor parte de las especies no exhiben cambio direccional de ningún tipo en el transcurso de su estancia sobre la tierra. Aparecen en el registro fósil con un aspecto muy similar al que tienen cuando desaparecen; el cambio morfológico es normalmente limitado y carente de orientación.
2. Aparición repentina. En cualquier área local, una especie no surge gradualmente por una continúa transformación de sus antecesores; aparece de golpe y "totalmente formada"».
Gould El pulgar de la panda. Capítulo, 17

2. La evolución no es un río largo y tranquilo

«Y, finalmente, la razón por la que estamos aquí es que un asteroide impactó contra la Tierra, exterminó los dinosaurios, y perdonó algunos pequeños mamíferos. Darwin creía que las extinciones masivas eran artilugios causados por la insuficiencia de los registros fósiles. Hoy sabemos que son muy reales: la historia de la vida ha estado marcada por numerosas extinciones masivas y brutales. ¡La evolución no es un río largo y tranquilo! Podemos citar la extinción en masa del finales del ordoviciano, hace 438 millones de años; la del final del devoniano, hace 367 millones de años... Pero la más terrible es la del final del permiano, hace 250 millones de años: borró de golpe cerca del 95% de especies marinas invertebradas. La última provocó la extinción de los dinosaurios, en la frontera entre el cretáceo y el terciario, hace 65 millones de años, activada por el impacto de un objeto extraterrestre que contenía iridio».
Gould, Obra conjunta: El final de los tiempos

3. Cambio de modelo o inversión del cono

«La iconografía convencional se ha sumado a un modelo primario, el "cono de diversidad creciente", un árbol de Navidades invertido. La vida comienza de un modo restringido y simple, y progresa siempre hacia lo alto, yendo a más y más y, implícitamente, a mejor y mejor. El tronco se escinde en unas pocas ramas básicas; ninguna de ellas se extingue; y cada una de ellas se diversifica aún, en un número de subgrupos que aumenta de forma continúa. Pero los datos de Burgess Shale refutan esta interpretación central de la evolución como proceso continuo de diversificación creciente.
Las reconstrucciones radicales de la anatomía de los animales de Burgess Shale que presentaron Whittington y sus colegas revolucionaron, invirtiendola, la interpretación tradicional de la vida. Al reconocer tantas anatomías únicas en Burgess Shale, y al demostrar que los grupos familiares estaban experimentando con diseños tan alejados de la gamma actual, invirtieron el cono. La extensión de variedad anatómica llegó a un máximo inmediatamente tras la diversificación inicial de los animales pluricelulares. La historia posterior de la vida procede por eliminación, no por expansión. La Tierra actual puede contener más especies que nunca, pero la mayoría son iteraciones sobre unos pocos diseños anatómicos básicos. Comparados con los mares de Burgess Shale, los océanos de hoy contienen muchas más especies basadas en muchos menos planos anatómicos. Burgess Shale nos enseña que la máxima gamma de posibilidades anatómicas surge en el primer ímpetu de diversificación. La historia posterior es un relato de restricción».
Gould La vida maravillosa Capítulo 1 (adaptado)

[Guía]