5. Socialismo y comunismo

Una forma derivada de la alienación económica es la alienación social: la oposición y división radical de la sociedad en clases en función de la posesión o no de medios de producción.

Todos las modos de producción (comunidad primitiva, asiático o patriarcal, esclavismo, feudalismo, capitalismo) se han caracterizado por el mismo conflicto entre clases y explotación del el hombre por el hombre. El materialismo histórico describe la dirección de este proceso hacia la desaparición de clases y la instauración del comunismo, tras pasar por el socialismo.

En una sociedad en lucha de clases, el Estado representa la conciliación de clases; pero es una conciliación ilusoria. El Estado pretende ser un intermediario, un árbitro justo entre intereses contrapuestos; en realidad es el instrumento que la clase opresora utiliza para mantener la condición de clase dominadora.

La fase de producción capitalista, fase en la cual domina la burguesía y la forma privada de propiedad, será inexorablemente superada, siguiendo las leyes históricas, por una fase transitoria, de negación, en la cual habrá un dominio o dictadura del proletariado y una regresión de la forma privada de propiedad; el Estado, ya no será un Estado burgués sino un Estado proletario, una sociedad socialista. La fase final, la negación de la negación o síntesis, será el sociedad comunista: una sociedad sin clases en la cual imperará la propiedad colectiva de los medios de producción; una sociedad en la cual el Estado será abolido.

En la sociedad comunista, «el libre desarrollo de cada persona será condición necesaria para el libre desarrollo de todos». La desaparición de las clases sociales acabará con la lucha social que ha sido el motor de la historia; la humanidad gozará, finalmente, de paz, igualdad y libertad.