8.1 Cuatro miradas al mundo en el que nos ha tocado vivir Con diferentes miradas podemos apreciar o evaluar el mundo en el que nos ha tocado vivir. Seleccionamos cuatro miradas: una mirada social, que incida en consideraciones económicas; una mirada natural, que atienda aspectos ecológicos del entorno; una mirada cultural, centrada en la acceso a los recursos educativos, y una mirada ética, que atienda los ideales que más predominan o se manifiestan. Así, con una mirada social y partiendo de fuentes estadísticas reconocidas constatamos que la injusticia y la desigualdad son signos distintivos de nuestro mundo, y que cotas de bienestar conseguidas en algunos países tienden a debilitarse en éstos, en lugar de generalizarse en otros países. Las nuevas tecnologías y con ellas la globalizaciónhan impulsado importantes cambios y, a pesar del incremento de productos y de riqueza no se han reducido las desigualdades sociales y económicas, más bien al contrario. La globalización ha abierto las puertas a los ricos, llegando a ser más ricos, y ha cerrado las puertas a los pobres, llegando a ser más pobres; y las nuevas tecnologías, que podrían favorecer a todo el mundo, han protegido los globalizadores, no los globalizados. El incremento de producción y el correspondiente estímulo al consumo ha transformado nuestro mundo social en un enorme mercado, y al mismo tiempo ha transformado nuestro mundo natural, nuestro planeta en un cuerpo explotado y contaminado. Una mirada natural o ecológica nos lleva a considerar que nuestro planeta, como no había pasado nunca, ahora es vulnerable; el afán desmesurado de beneficio económico no ha considerado la necesidad de respetar el medio ambiente, creyendo que el planeta podía asumir cualquier exceso. Constatamos un enorme desprecio por las otras formas de vida del planeta y por el mismo planeta. ¿Y que nos deja entrever una mirada cultural? Por un lado, un primer mundo con grandes posibilidades culturales pero inundado de información a menudo irrelevante, en el que la educación y el conocimiento sólo aparentemente ocupan un lugar prioritario; por otro lado, otro mundo carece de acceso a los más básicos recursos educativos, todavía con una parte de la población analfabeta. La tercera revolución industrial, la fundamentada en la informática y las telecomunicaciones, han agrandado el abismo entre el mundo que tiene acceso a todo tipo de información y conocimiento y el mundo que no. Y si contemplamos el mundo con una mirada ética, una mirada que engloba las otras miradas, se despierta el deseo de un mundo mucho mejor. Si los mercados o los intereses particulares tienen la última palabra, si no hay ideales superiores que guienlas acciones humanas, no nos tiene que extrañar que la conquista de la igualdad y de la justicia sean objetivos difíciles y lejanos. Estas miradas críticas no han de ser paralizadoras sino estimuladoras e inspiradoras de actuaciones. A menudo se olvida lo mucho que se ha conseguido, cosa que nos hace pensar en lo mucho que todavía es posible conquistar. Se ha conseguido que la democracia haya ido ganando terreno, haciéndose sentir la voz de muchos pueblos; se ha conseguido la afirmación de la libertad personal, permitiendo a los individuos trazar más sus vidas; se ha avanzado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, mucho tiempo anhelados; la esperanza de vida se ha incrementado en los países en vía de desarrollo; la mortalidad infantil, en medio siglo, se ha reducido a la mitad en los países en vía de desarrollo. Todos estos éxitos han de mantenerse y generalizarse, pero tienen a su lado fracasos que hace falta superar si queremos conseguir el gran reto de la paz en el mundo. |
a. Hazlo tú: Una mirada social
b. Hazlo tú: Un planeta vulnerable
c. Hazlo tú: Información, conocimiento, sabiduría
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8.2 Cuatro retos o contratos mundiales Son muchas las personas y las instituciones conscientes de las carencias
de nuestro mundo y que piensan que otro mundo mejor es
posible. Éstas, en primer lugar, realizan estudios buscando
las tendencias dominantes y estableciendo hipótesis de futuro;
en segundo lugar, proponen o sugieren lo que es deseable
y anhelable, concretando proyectos e indicando acciones. En esta línea
está el informe internacional 8.2.1 El pacto o contrato social Ante del crecimiento constante de las desigualdades sociales y económicas, tanto entre las personas como entre los países, es una prioridad fomentar o reconstruir la solidaridad con el objetivo de erradicar la pobreza. La pobreza ha existido siempre, pero hoy ya no es una fatalidad inevitable; hoy nuestro mundo produce más bienes de los que hacen falta para alimentar todos sus habitantes. La pobreza es un atentado a la dignidad humana, es una forma de exclusión; por otro lado, puede ser el origen de nuevas guerras, de nuevos conflictos y de nuevas violencias. Urgen iniciativas no reducidas a documentos de buenas voluntades; iniciativas que pasan por diferentes tipos de ayudas y por la revisión solidaria de la deuda exterior; que pasan para fomentar el acceso a microcréditos a la población que los requiera; pero que pasa, principalmente, por la educación. Los pobres, en su mayoría, no tienen acceso a la información y a los conocimientos que los podrían ayudar a salir de su situación. 8.2.2 El pacto o contrato natural
8.2.3 El pacto o contrato cultural La educación ya no puede quedar reducida en el tiempo ni limitada en el espacio; no puede ser presente sólo en un mundo y ausente en otro. Es prioritario una educación para todo el mundo y a lo largo de toda la vida. Educación para todo el mundo: en unas sociedades no sólo ha de vencerse el analfabetismo sino también disponer de un enseñanza de calidad que equipe intelectualmente a hombres y mujeres. Educación a lo largo de la vida: la rápida evolución de los conocimientos y de las técnicas obliga a no restringir la educación a unos años de infancia y juventud, sino que la persona tiene que estar siempre en proceso de aprendizaje. Las nuevas tecnologías de la información, y de la comunicación, según unos expertos, suponen una verdadera revolución, una ruptura en la civilización como lo fue la aparición del alfabeto o la invención de la imprenta. Esta ruptura es fuente de trastornos económicos, sociales y culturales sin precedentes, siendo el motor de una tercera revolución industrial. Hará falta un pacto cultural o educacional para evitar el riesgo que esta revolución genere más desigualdades tanto entre las naciones como en el interior de las mismas. Internet no tiene que ser sólo una nueva fuente de información, también tiene que ser una fuente de conocimiento. La educación habrá de conciliar información y reflexión; internet y las nuevas tecnologías, con los libro o una pizarra, son instrumentos que tienen que llevarnos al conocimiento y al saber. Así, el contrato cultural tiene que promover iniciativas como por ejemplo la educación para todo el mundo y a lo largo de toda la vida; tiene que promover la acceso universal a internet; tiene que promover la cultura más próxima y viva de una sociedad, sin que esta sea anulada por la más distante. 8.2.4 El pacto o contrato ético Es prioritario dar sentido y perspectiva a la aventura humana. En situación de guerra y de conflictividad crónica, el ser humano es aplastado por el ser humano; promover el valor de la paz, de la aplicación efectiva de todos los derechos humanos, de dialogo entre todos los miembros de la sociedad es dar sentido y perspectiva a la vida humana. El final de la guerra fría hizo crecer una gran esperanza: la reducción de los presupuestos militares y la inversión en desarrollo humano. Estas expectativas, todavía no satisfechas, eran los dividendos o ventajas de la paz. Ciertamente, algunos países aprovecharon la ocasión y disminuyeron sus gastos militares, si bien sin hacer crecer proporcionalmente las inversiones en desarrollo humano. Otros, como bastantes países de África, no han disfrutado de la paz, y su desarrollo se ha visto frenado. El contrato ético, que aspira a instaurar una cultura de la paz, de la seguridad y de la no violencia, pasa por la reducción de los gastos militares. Bastantes economistas han establecido una clara correlación entre reducción de estos gastos y el expansión del crecimiento. Hoy, tanto o más que después de su nacimiento, acabada
la Segunda Guerra Mundial, hace falta que la Organización
de las Naciones Unidas tenga un gran peso y sea reforzada. ¿Por
qué?
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d. Hazlo tú: Siete principios de sabiduría para los estudiantes del futuro
e. Hazlo tú: Objetivos de Desarrollo del Milenio
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