1. Nuevas posibilidades y nuevas preguntas

Como raras veces en la historia de la humanidad, la ciencia y el progreso tecnológico han abierto a los humanos unas posibilidades de actuación ni tan siquiera soñadas. A mediados siglo XX, fue posible la fisión y, especialmente, la fusión nucleares; a partir de la década de los setenta, la manipulación de las bases genéticas de la vida vegetal, animal y humana. A finales de siglo y de milenio, los humanos (expresión algunas veces traducible por «empresas con desmesurado afán de lucro») podemos alterar el patrimonio genético de las generaciones futuras interfiriendo, de un modo acelerada e imprevisible, en el lento proceso evolutivo. Ésta y otros posibilidades del actual progreso biotecnológico plantean un conjunto de cuestiones éticas que forman parte de lo que se conoce como Bioética. Cuestiones como:

  • «¿Cuáles son los fines últimos de la investigación y manipulación genética?»,
  • «¿Tienen derecho los padres a crear el niño que han soñado tener, asistidos por técnicos de mejoramiento genético?»,
  • «¿Cuando puede decirse que una vida no merece ser vivida?»,
  • «¿Quién está legitimado para tomar decisiones sobre estas cuestiones?».

La Bioética es el estudio interdisciplinario de los problemas éticos que surgen en la aplicación de la ciencia y la técnica en los ámbitos de la salud, la procreación, la alimentación,... La palabra Bioética, de bios y ethos, es un neologismo introducido por Potter en su pionera obra de 1971, Bioethics. Bridge to the future, donde argumenta la necesidad de unir biólogos y especialistas en ética a la hora de prever y resolver problemas relacionados con la calidad de vida.

La sensibilidad creciente hacia la Bioética va asociada a la sensibilidad creciente hacia la ecología. La Bioética y la Ecoética, que estudia los problemas éticos derivados del uso y abuso de los recursos naturales del planeta reclamando el derecho a un medio ambiente sano, no son sino la aplicación de la ética a un sol ámbito: el de la vida amenazada. Es por ello que algunos autores como Adela Cortina hablan de macrobioética, ética ecológica o Ecoética, que se ocupa del conjunto de la vida, incluida la vida de la Tierra, y de microbioética o Bioética, que se centra en las repercusiones éticas de las biotecnologías.

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2. Primeros documentos

Ciertamente, ha sido en las décadas últimas del siglo XX cuando la Bioética ha entrado impetuosamente a escena; ahora bien, es difícil no vislumbrar en el célebre Juramento de Hipócrates un esbozo de sus temas. Hipócrates, el maestro de médicos que vivió durante el siglo V aC, instituyó un juramento según el cual el médico proclamaba, entre otros principios, respetar y sólo hacer bien al paciente, evitar daños, tratar a todos los enfermos de la mejor manera posible, abstenerse de corrupción, mantener la confidencialidad. Unos principios éticos que no fueron respetados por los médicos nazis cuando, sacrificando gran número de vidas humanas, practicaron horribles experimentos persiguiendo una mejora racial. La condena de estas prácticas, expresada en el Código de Núremberg de 1947, constituye un antecedente que advierte de los peligros y riesgos de la ciencia y la técnica cuando no los inspiran intereses nobles.

Tanto el Código de Núremberg como la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, pronunciada por primera vez el 1964 y actualizada posteriormente, reconocen y defienden dos principios:

  1. que no todo lo técnicamente posible es moralmente aceptable y

  2. que se ha de actuar siempre respetando la dignidad humana.

   

3. Principios de Bioética

Uno de los documentos que más ha incidido a la hora de establecer principios éticos claros para la orientación de la investigación biotecnológica es el Informe Belmont. El Informe, de 1978, fue el resultado de trabajo de una comisión creada por el Congreso de EEUU: la «National Commision for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Research». El filósofo de la ciencia, Stephen Toulmin, fue uno de sus miembros. El Informe destaca tres principios éticos básicos.

Los tres principios de Bioética:

  1. Principio de autonomía o de respeto hacia las personas. Un principio que además de establecer que las personas han de ser tratadas como seres autónomos, establece que aquéllos que tienen disminuida su autonomía han de ser objeto de protección especial.

  2. Principio de beneficencia. No sólo ha de respetarse y proteger de mal las decisiones del paciente, también es preciso un esfuerzo para asegurar su bienestar. Por «beneficencia» el Informe no entiende caridad, sino obligación: la obligación de beneficiar o hacer el bien. Incluye el principio hipocrático de no maleficencia y la obligación de «extremar los posibles beneficios y minimizar los posibles riesgos».

  3. Principio de justicia. Implica el trato igualitario, la imparcialidad en la distribución de cuidados y recursos, de beneficios y de riesgos. El principio abre la reflexión sobre quién debe recibir los beneficios de la investigación y quién debe pagar los costes.

   

4. Nuevos deberes y nuevos derechos

El reconocimiento de la vulnerabilidad de la naturaleza, de la pérdida de un medio ambiente sano, de los riesgos de la manipulación genética, ha dado una nueva dimensión a la ética. Hans Jonas, en su obra de 1979, El principio responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica, habla de un nuevo imperativo ético anteriormente impensable, de un deber de las actuales generaciones hacia las generaciones futuras. Éste es el nuevo imperativo ético:

«Actúa de tal manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica sobre la Tierra»; o, expresado negativamente: «Actúa de tal manera que los efectos de tu acción no sean destructivos para la futura posibilidad de una vida humana auténtica».


Atendiendo a la irrupción de la Bioética, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 ha sido actualizada. En 1998, la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificaba y hacía suya la Declaración Universal de la UNESCO sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, de 1997. Algunos de los principios que se proclaman son:

UNESCO
  1. la necesidad de respetar el ser humano como persona individual y como miembro de una especie,
  2. la responsabilidad de las actuales generaciones hacia las generaciones futuras,
  3. la vigencia de los principios universales de igualdad y no discriminación en el ámbito de los descubrimientos sobre el genoma humano,
  4. la protección de la identidad del ser humano, considerando el genoma humano patrimonio de la humanidad,
  5. la selección de las características genéticas o de los rasgos del fenotipo mediante la modificación genética sólo es lícita si va encaminada a la prevención de enfermedades hereditarias graves,
  6. el derecho a la participación en los beneficios que proporciona el progreso biotecnológico, sin limitaciones basadas en diferencias culturales, geográficas o de recursos.

   

5. Temas de Bioética

Enunciemos algunos de las temas que constituyen la Bioética y sobre los cuales se formulan nuevos interrogantes:

  1. Eugenesia. Una nueva eugenesia o mejora genética de embriones que se hace posible mediante la ingeniería genética.
  2. Clonación o reproducción asexual de un ser genéticamente igual a un original; la oveja Dolly es una muestra de las múltiples posibilidades.
  3. Proyecto sobre el Genoma Humano. Un proyecto que va a suponer la identificación y localización de los cerca de 40.000 genes humanos.
  4. Huellas genéticas. El reconocimiento, identificación o análisis de genes (portadores, por ejemplo, de enfermedades o capacidades) requerido por entidades aseguradoras, por oficinas de selección de personal, etc.
  5. Alimentos transgénicos u organismos manipulados genéticamente, incrementando la lista de plaguicidas y sustancias químicas no suficientemente controladas.
  6. Nuevas tecnologías reproductivas. La inseminación artificial y la fecundación in vitro, unas tecnologías espectaculares para hacer frente a problemas de infertilidad, que posibilitan la implantación de embriones en «madres de alquiler» para su gestación.
  7. Trasplantes de órganos. Requisitos que tienen que cumplir los bancos de sangre, de tejidos o de órganos; ¿cuál es la prioridad a la hora de atender las necesidades?
  8. Fronteras jurídicas. Desde los límites a la investigación médica hasta la defensa de los derechos personales como por ejemplo el mantenimiento del anonimato de los historiales clínicos
  9. Aborto o interrupción del embarazo durante los primeros meses. ¿En qué medida un feto es persona?
  10. Eutanasia o «buena muerte» de una persona causada por otra, cuando la calidad de vida está bajo mínimos. ¿Como debe ser un consentimiento informado?
  11. Asignación de recursos e identificación de prioridades. Los recursos disponibles son escasos y la demanda de servicios médicos es grande; se impone la necesidad de priorizar. ¿Quién tiene preferencia?
[Guía]