Las nuevas ideas, el aristotelismo, atraía a tantos estudiantes y graduados de las universidades, que las autoridades, aferradas al agustinismo, prohibieron enseñar Aristóteles (año 1210), iniciándose una larga huelga universitaria.
La entrada del pensamiento aristotélico, asimilable gracias a Averroes, era como una entrada de aire fresco: a partir de la observación y de la propia experiencia se podía explicar el mundo; el mundo ya no era mágico y arbitrario, sino racional; la lógica, además, era una afilada herramienta para analizar todo lo que se decía.
En el siglo XIII se consolidan las grandes universidades como Bolonia, París, Oxford; los grandes educadores son las órdenes religiosas como los franciscanos, seguidores de la tradición Platón–Agustín–Anselmo, y los dominicos con Tomás de Aquino, siguiendo la línea Aristóteles-Averroes; también, en el siglo XIII el arte gótico se impone al viejo arte románico.
Tomás de Aquino (1224/1274) es el pensador creyente con más relieve del siglo. De la misma manera que Agustín cristianizó Platón, Tomás cristianiza Aristóteles; rompiendo con el agustinismo dominante, Tomás hace una nueva síntesis entre fe y conocimiento.
El intento de Tomás de reconciliar el cristianismo con Aristóteles y clásicos en general, fue una proeza intelectual, innovadora y creativa. Tomás introduce una perspectiva natural; antes, todo el sentido de las cosas estaba referenciado a Dios. Tomás introduce una perspectiva racional que permite descubrir el orden natural y la misma ley natural humana a la cual también Dios está vinculado.
Si ya sabes sobre Tomás de Aquino y sobre el pensamiento del siglo XIII, intenta encontrar la palabra adecuada en cada espacio vacío, reconstruyendo el texto.