Miró nació en Montroig, España,
cerca de Barcelona. En 1919, se mudó a París y ayudó a consolidar
el movimiento artístico que sería conocido como surrealismo, en la década de los 20.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y en
la Academia Gali. Miró comenzó su trabajo
como cubista y compartió su interés plástico durante
los primeros años con Pablo Picasso. Su vínculo fue tan
importante, que algunos piensan que el biomorfismo de Miró influyó
en la creación del la obra Guernica. Miró también
recibió la influencia del fauvismo, sobre todo por la densidad
del color y la presencia del cubismo. A partir de 1924,
su obra comenzó a reflejar la creación de una mitología personal.
En 1924 fue uno de los que firmaron el manifiesto surrealista.
Durante los 20 y principios de los 30 desarrolla lo que será su
estilo característico. Durante ese tiempo aprendió a plasmar su
inventiva en otras formas artísticas y no solo en la pintura.
Diseñó tapices, creó cerámica, realizó murales,
hizo escultura y litografía. En sus trabajos de
madurez captó el mundo de la fantasía por medio del efecto de
colores brillantes y formas de creación nueva. Murió en Mallorca
en 1983. Los trabajos de Miró pueden ser encontrados en
los museos más importantes del mundo. La mayoria de sus obras
se encuentran en la fundación que lleva su nombre en Barcelona.
Su estilo se llama Abstraccionismo geomórifico, pues sus
diseños son circulares y orgánicos más que geométricos. De
hecho los críticos piensan que su obra tiene una vitalidad
muy particular.Entre sus obras más importantes figuran Prades
(1917), La Mesa (1920) y El
Carnaval del Arlequín (1924) .
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