La unió de Catalunya i Aragó

       Ramon Berenguer IV es va casar amb Peronella d‘ Aragó, cosa que va comportar la unió dinàstica amb el Regne d‘ Aragó a partir dels seus descendents. Aquests duran el títol de Rei d‘ Aragó i Comte de Barcelona i regnaran sobre els territoris que es conqueriran al nord dels Pirineus o a l’ Al-Àndalus. Així, paral·lelament amb l‘ expansió territorial dels dominis del Casal de Barcelona, es crearan tres entitats polítiques més o menys autònomes sota la sobirania dels membres d‘ aquest llinatge, la Corona d‘ Aragó, el Regne de Mallorca i el Regne de Sicília, el poder influent dels quals a Europa i a la Mediterrània farà que el Casal de Barcelona es conegui com la Trinàcria, terme encunyat a Sicília.

El Compromís de Casp

       Com que el rei Martí l‘ Humà va morir sense descendència legítima directa, s‘ acabà el llinatge del Casal de Barcelona. Els representants més propers al llinatge per línia masculina i legítima, encara que de manera indirecta, eren Jaume el Dissortat, comte d‘ Urgell, besnét d‘ Alfons el Benigne, i Alfons, duc de Gandia, nét de Jaume II. Per línia femenina, el descendent més proper era Lluís d‘ Anjou, nét de Joan I i, ja més llunyà, el rei Enric III de Castella i el seu germà Ferran de Trastámara  (o d’ Antequera), néts de Pere el Cerimoniós, qui fou finalment proclamat hereu de Martí l‘ Humà pels compromissaris de Casp l‘ any 1412.

La superioritat castellana a finals del segle XV

       La monarquia del Renacimiento se está gestando en la Península -gestándose con signo castellano y no por videncia mística, sino por el simple empirismo de su demografiá en auge, de la libertad de acción que reivindica su realeza, y de los recursos que, a pesar de la contracción , continúan proporcionándole los rebaños trashumantes de la Mesta.

Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 101, 1960
La unió Catalunya i Aragó

               En 1137, el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona contrajo matrimonio con la infanta doña Petronila, hija de Ramiro II, y empuñó las riendas del poder en calidad de príncipe de Aragón. El asunto castellano fue resuelto con la retirada de Zaragoza de las tropas de Alfonso VII y la prestación del vasallaje de la realeza aragonesa a la castellana por la parte occidental del titulado "reino de Zaragoza".
               Fue, pues, la decisión catalana la que contribuyó al nacimiento de la Corona de Aragón y no una supuesta tendencialidad aragonesa a ocupar la fachada marítima de su cuenca. Acostumbrados los condes barceloneses a la coexistencia de varias soberanías en el país catalán (condados de Barcelona, Urgel, Rosellón, etc.), implantaron la fórmula de un mutuo respeto a las características de los dos Estados que se unían en aquella ocasión, en un régimen de perfecta autonomía.

Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 80, 1960

       
El naixement de Castella

               Durante el reinado de Fernando I (1035-1065), hijo de Sancho el Mayor, aparece realmente Castilla en la historia. El pueblo castellano, de sangre vasca y cántabra, se conforma en una sociedad abierta, dinámica, arriesgada, como lo es toda estructura social en una frontera que avanza. Pueblo de pastores y campesinos, que conducen sus rebaños hasta más allá del Duero (Extremadura soriana) y labran las vegas del Arlanza o del Carrión, y que truecan cayado y arado por la espada y el arco tanto en la defensa contra el invasor como en el golpe de fortuna más allá de los montes del Sistema Central. En medio de choques quizá triviales, pero psicológicamente decisivos, se fragua el temperamento guerrero, la voluntad de mando y la ambición de un gran destino. Así surge este país revolucionario, sin clases sociales cerradas, en que el villano puede elevarse fácilment a caballero y llegar a la riqueza si le favorece la suerte del botín. País aventurero, temerario, imprevisor, caudillista, incomprensible para los reposados leoneses del siglo XI.
               
Adaptació, Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 72, 1960

       
Les conseqüències de l' expansió castellana del segle XIII

               Fernando III procedió a un reparto de las tierras andaluzas entre los nobles que le habían auxiliado en la empresa, respetando el régimen latifundista prevaleciente bajo los Taifa y la dominación africana. La sublevación de los campesinos musulmanes y su expulsión en 1263 facilitó esta medida, de tanta gravedad para el futuro. Ingentes propiedades pasaron así a poder de la aristocracia del Norte, que desde este momento quedó constituida en uno de los elementos más poderosos del Estado, sin contrapeso alguno por parte de una burguesía, casi inexistente, diliuida en las ciudades norteñas. A este fenómeno cabe añadir el predominio de la mentalidad pastoril, dimanante de la trashumancia altomedieval, que en los territorios de las Órdenes Militares (Castilla la Nueva y Extremadura) y en Andalucia occidental hallará una rápida expansión; y además la carencia de una flota de transportes -la marina estaba en manos de los genoveses- que pusiera las mercancías producto de la artesanía y la agricultura andaluza al alcance de los mercados europeos. Sea cual sea el factor principal entre los citados, la evidencia histórica comprueba el hundimiento sensacional de la economía andaluza durante la generación que siguió a la conquista.
               
Adaptació, Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 84, 1960

       
El Tractat de Corbeil

       El Tratado de Corbeil (1259), firmado entre Luis XI y Jaime I, señala que la dinastía acata el empuje mediterráneo nacional. Si Francia perdía su soberanía sobre los condados catalanes, la monarquía de la Casa de Barcelona pasaba la esponja sobre el ambicioso e inmediato pasado de expansión lenguadociana.                
               
Adaptació, Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 85, 1960

       
L' evolució de l'economia castellana a partir del segle XIII

               La falta de toda actividad industrial, la existencia de un mercado inextinguible de objetos de lujo, las necesidades del erario público, precipitaron a Castilla en el círculo infernal de la inflación, la alteración monetaria y el déficit permanente de la balanza comercial. Esto obligó a la monarquía -pese a las medidas proteccionistas decretadas por Alfonso X- a admitir la presencia de negociantes extranjeros en las principales ciudades y a compensar la salida de moneda con la organización de la venta de la lana. Ésta fue la gran solución: establecer la fiscalidad de la monarquía sobre los rebaños trashumantes, que los grandes vacíos de humanidad en ambas mesetas hicieron nutridos, en el mismo momento en que Flandes e Italia se convertían en grandes compradores de lana. Así nació la Mesta y así se preparó la dramática paralización de la agricultura castellana. El trafico lanero hizo muy pronto la fortuna de Burgos, convirtió la flota cantábrica en un instrumento del poderío marítimo castellano y estimuló el nacimiento de industrias textiles que, de no haber sido ahogadas por los intereses de la nobleza, quizás hubierandado lugara un florecimiento económico capital en los siglos XV y XVI.

Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 89 i 90, 1960

       
L' economia catalana del segle XIV

               La expansión marítima está refrendada por un hormiguero mercantil que lleva a los navegantes barceloneses y mallorquines desde el mar de Azov hasta las costas del Senegal, o bien hasta las playas de Inglaterra y Flandes. Barcelona tiene cónsules en los principales puertos del Mediterráneo y en los grandes emporios del Atlántico. Sicilia y Cerdeña y el centro de Berbería son sus feudos, aunque no cabe olvidar que los mercaderes catalanes compiten con los de Venecia y Génova en el tráfico de las especias desde Alejandría a Tolosa de Lenguadoc y en el de productos mediterráeos desde Nápoles a Brujas. Hasta 1420 ocuparán el segundo lugar en esta ciudad, centro del comercio nórdico, y uno de los primeros en Alejandría, llave de los mercados del Lejano Oriente.

Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 97, 1960

       
La crisis castellana del segle XV i la reacció de la noblesa

               La palabra "crisis" sintetiza la evolución histórica española durante el Cuatrocientos. Tampoco ahora se trata de un fenómeno peculiar de los pueblos peninsulares, puesto que los demás países de la Sociedad Occidental son presas del mismo desasosiego.
               En Castilla, la nobleza aspiró a detentar el poder y asegurar, de este modo, su gigantesca fortuna (latifundios, propiedades arrebatadas a la Corona, juros y soldadas concedidos por los reyes y regentes condescendientes), mediante disposiciones jurídicas apropiadas (establecimineto de mayorazgos y de señoríos) y concesiones económicas (la Mesta y sus principales cargos, las aduanas marítimas y terrestres, los servicios y montazgos, etc.). Con tan sublime aspiración la aristocracia precipitó a Castilla en el caos de cuatro guerras civiles, la última en extremo violenta.

Adaptació, Jaume Vicens i Vives, Aproximación a la Historia de España, p. 99 a 101, 1960