
          ¿Qué 
            es la dislexia?
            El término dislexia se emplea para designar un síndrome 
            o conjunto de causas determinado, que se manifiesta como una dificultad 
            para la distinción y memorización de letras o grupos 
            de letras, falta de orden y ritmo en la colocación, mala estructuración 
            de frases, etc.; que se hace patente tanto en la lectura como en la 
            escritura.
            
          
            ¿Qué es lo que origina la dislexia?
            La dislexia es el efecto de múltiples 
            causas, que pueden agruparse entre dos polos. De una parte los factores 
            neurofisiológicos, por una maduración más lenta 
            del sistema nervioso y de otra los conflictos psíquicos, provocados 
            por las presiones y tensiones del ambiente en que se desenvuelve el 
            niño. 
          Estos 
            factores llevan a la formación de grupos de problemas fundamentales, 
            que se encuentran en la mayor parte de los trastornos del disléxico, 
            cuya gravedad e interdependencia es distinta en cada individuo. 
          Por 
            lo tanto, la dislexia sería la manifestación de una 
            serie de trastornos que en ocasiones pueden presentarse de un modo 
            global, aunque es más frecuente que aparezcan algunos de ellos 
            de forma aislada. Estos trastornos son: 
          Mala 
            lateralización: La lateralidad es el proceso mediante el cual 
            el niño va desarrollando la preferencia o dominancia de un 
            lado de su cuerpo sobre el otro. Nos referimos a las manos y los pies. 
            Si el predominio es del lado derecho, es un sujeto diestro; si es 
            del lado izquierdo, se denomina zurdo; y si no se ha conseguido un 
            dominio lateral en algunos de los lados, se llama ambidiestro. 
          En 
            general, la lateralidad no está establecida antes de los 5 
            ó 6 años, aunque algunos niños ya manifiestan 
            un predominio lateral desde muy corta edad. 
          Los 
            niños que presentan alguna alteración en la evolución 
            de su lateralidad, suelen llevar asociados trastornos de organización 
            en la visión del espacio y del lenguaje que vienen a constituir 
            el eje de la problemática del disléxico. 
          El 
            mayor número de casos disléxicos se da en los niños 
            que no tienen un predominio lateral definido La lateralidad influye 
            en la motricidad, de tal modo que un niño con una lateralidad 
            mal definida suele ser torpe a la hora de realizar trabajos manuales 
            y sus trazos gráficos suelen ser descoordinados. 
          Alteraciones 
            de la psicomotricidad: Es muy frecuente que los niños disléxicos, 
            con o sin problemas de lateralidad, presenten alguna alteración 
            en su psicomotricidad (relación entre las funciones motoras 
            y psicológicas). Se trata de inmadurez psico-motriz, es decir, 
            torpeza general de movimientos. En el niño disléxico 
            estas anomalías no se dan aisladas, sino que acompañan 
            al resto de los trastornos específicos como:
          Falta 
            de ritmo: Que se pone de manifiesto tanto en la realización 
            de movimientos como en el lenguaje, con pausas mal colocadas, que 
            se harán patentes en la lectura y en la escritura. 
            Falta de equilibrio: suelen presentar dificultades para mantener el 
            equilibrio estático y dinámico. Por ejemplo, les cuesta 
            mantenerse sobre un pie, saltar, montar en bicicleta, marchar sobre 
            una línea, etc. 
            Conocimiento deficiente del esquema corporal. Muy unido a la determinación 
            de la lateralidad y a la psicomotricidad está el conocimiento 
            del esquema corporal y sobre todo la distinción de derecha-izquierda, 
            referida al propio cuerpo. Así el niño diestro (normalmente 
            escribe, come, etc. con la mano derecha) y el zurdo (escribe, come...con 
            la izquierda) tienen su mano derecha e izquierda, respectivamente, 
            como puntos de referencia fundamentales sobre los que basar su orientación 
            espacial. El niño mal lateralizado, al poseer una imagen corporal 
            deficiente, carece de los puntos de referencia precisos para su correcta 
            orientación. El cuerpo sitúa al sujeto en el espacio 
            y es a partir del cuerpo como se establecen todos los puntos de referencia 
            por medio de los cuales se organiza toda actividad. 
          Trastornos 
            perceptivos: Toda la percepción espacial está cimentada 
            sobre la estructura fundamental del conocimiento del cuerpo. Se sitúan 
            los objetos teniendo en cuenta que la posición del espacio 
            es relativa, una calle no tiene realmente ni derecha ni izquierda, 
            dependiendo ésta de la posición donde esté situada 
            la persona. 
          También 
            el concepto que tenga de arriba-abajo, delante-detrás, referido 
            a sí mismo, lo proyectará en su conocimiento de las 
            relaciones espaciales en general. 
          Del 
            mismo modo, en la lectura y la escritura, el niño tiene que 
            fundamentarse en sus coordenadas arriba-abajo, derecha-izquierda, 
            delante-detrás; y plasmarlas en la hoja de papel y en la dirección 
            y forma de cada signo representado. El niño que no distinga 
            bien arriba-abajo tendrá dificultades para diferenciar las 
            letras. 
            
          
            Características del niño disléxico
            Falta de atención. Debido al esfuerzo 
            intelectual que tienen que realizar para superar sus dificultades 
            perceptivas específicas, suelen presentar un alto grado de 
            fatigabilidad. Por esta causa los aprendizajes de lectura y escritura 
            le resultan áridos, sin interés, no encontrando en ellos 
            ningún atractivo que reclame su atención. 
          Desinterés 
            por el estudio. La falta de atención, unida a un medio familiar 
            y escolar poco estimulantes, hacen que se desinteresen por las tareas 
            escolares. Así, su rendimiento y calificaciones escolares son 
            bajos. 
          Inadaptación 
            personal. El niño disléxico, al no orientarse bien en 
            el espacio y en el tiempo, se encuentra sin puntos de referencia o 
            de apoyo, presentando en consecuencia inseguridad y falta de estabilidad 
            en sus reacciones. Como mecanismo de compensación, tiene una 
            excesiva confianza en sí mismo e incluso vanidad, que le lleva 
            a defender sus opiniones a ultranza.
             
          
            Manifestaciones escolares
            La dislexia se manifiesta de una forma más 
            concreta en el ámbito escolar, en las materias básicas 
            de lectura y escritura. Según la edad del niño, la dislexia 
            presenta unas características determinadas que se pueden agrupar 
            en tres niveles de evolución. De modo que aunque el niño 
            disléxico supere las dificultades de un nivel, se encuentra 
            con las propias del siguiente. De esta forma, la reeducación 
            hará que éstas aparezcan cada vez más atenuadas 
            o que incluso lleguen a desaparecer con la rehabilitación. 
            A continuación realizamos un análisis por rangos de 
            edad. 
            
          
            Niños de edades comprendidas entre los 
            4 y los 6 años
            Esta etapa coincide con la etapa preescolar. Los niños están 
            iniciándose en la escritura y en la lectura, pero como no se 
            ha producido la adquisición total de éstas, los trastornos 
            que presenten serán una predisposición a la dislexia 
            y se harán patentes en el próximo nivel o en edades 
            más avanzadas. 
          Las 
            alteraciones se manifiestan más bien en el área del 
            lenguaje, dentro de éstas podemos destacar: 
          Supresión 
            de fonemas, por ejemplo "bazo" por "brazo", o 
            "e perro" por " el perrro". 
            Confusión de fonemas, por ejemplo "bile" por "dile". 
            
            Pobreza de vocabulario y de expresión junto con una comprensión 
            verbal baja. 
            Inversiones, que pueden ser fonemas dentro de una sílaba, o 
            de sílabas dentro de una palabra. Por ejemplo: "pardo" 
            por "prado"y "cacheta" por "chaqueta". 
            
            Mala estructuración del conocimiento del esquema corporal. 
            
            Dificultad para distinguir colores, tamaños, formas... 
            Torpeza motriz con poca habilidad para los ejercicios manuales y para 
            realizar la escritura: ver ejemplo 1. 
            
          
            Niños de edades comprendidas entre los 
            6 y los 9 años
            En este periodo la lectura y la escritura ya deben estar adquiridas 
            por el niño con un cierto dominio y agilidad. Es en esta etapa 
            donde el niño disléxico se encuentra con más 
            dificultades y pone más de manifiesto su trastorno. 
          Las 
            manifestaciones más corrientes en este periodo son: 
          Confusiones 
            sobre todo en aquellas letras que tienen una similitud En su forma 
            y en su sonido, por ejemplo : "d" por "b"; "p" 
            por "q"; "b" por "g"; "u" 
            por "n"; "g" por "p"; "d" 
            por "p". 
            Dificultad para aprender palabras nuevas. 
            Inversiones en el cambio de orden de las letras, por ejemplo "amam" 
            por "mama"; "barzo" por "brazo"; "drala" 
            por "ladra". 
            Omisión o supresión de letras, por ejemplo "árbo" 
            por "árbol". 
            Sustitución de una palabra por otra que empieza por la misma 
            sílaba o tiene sonido parecido, por ejemplo: "lagarto" 
            por "letardo". 
            Falta de ritmo en la lectura, saltos de línea o repetición 
            de la misma. 
            En la escritura sus alteraciones principales son en letras sueltas: 
            Ver ejemplo 2 
            En una fase más avanzada, cuando escribe comienza a hacerlo 
            por la derecha y termina la palabra o frase por la izquierda, y sólo 
            es legible si leemos la cuartilla con un espejo, con la consiguiente 
            alteración en la colocación de las líneas: Ver 
            ejemplo 3 
            Mezcla de letras minúsculas y mayúsculas. 
           Niños 
            mayores de 9 años
            En el lenguaje tienen dificultades para construir frases correctamente, 
            y conjugar los tiempos de los verbos. 
            La comprensión y la expresión son bajas para su capacidad 
            mental. 
            La lectura suele ser mecánica, lo que les hace tener poco gusto 
            por la lectura, debido al esfuerzo del niño en centrarse en 
            descifrar palabras, sin atender al significado de las mismas. 
            Presentan dificultades para manejar el diccionario. 
            En la escritura es frecuente el agarrotamiento y cansancio muscular. 
            La caligrafía es irregular y poco elaborada. 
            
          
            La recuperación del niño disléxico
            El diagnóstico y la prevención 
            deben empezar lo antes posible, desde el momento en que se observen 
            las primeras anomalías. De este modo se evitan muchos problemas 
            de inadaptación escolar y personal. Aunque la intervención 
            se haga tempranamente, no se eliminan por completo las alteraciones, 
            sino que en la mayoría de los casos hay que ir saliendo al 
            paso de las dificultades que se van presentando, por lo que es aconsejable 
            continuar con una tratamiento de mantenimiento. 
          El 
            plan de recuperación en edad escolar está centrado en 
            el área del lenguaje y en la inmadurez perceptiva y manual. 
            Las actividades abarcan los siguientes aspectos: 
          Ejercicios 
            de actividad mental: de atención y memoria, organizar y ordenar 
            elementos, observar y distinguir unos objetos de otros. 
            Ejercicios perceptivos y manuales: reconocer y agrupar objetos según 
            el color, según el tamaño y la forma. 
            Ejercicios para la adquisición del conocimiento de su propio 
            cuerpo. 
            Ejercicios de equilibrio estático: mantenerse sobre un pie, 
            mantenerse de puntillas, etc. 
            Ejercicios de equilibrio dinámico: saltar sobre dos pies, saltar 
            con un pie, etc 
            Ejercicios espaciales (abajo-arriba, delante-detrás, etc.) 
            
            Ejercicios de lenguaje: nombrar y definir objetos, dibujos, contar 
            cuentos. 
            Ejercicios para conocer su propio cuerpo: señalar partes del 
            cuerpo, decirlas por su nombre, etc. 
            Ejercicios de lectura y preescritura, son ejercicios que ayudan a 
            seguir el movimiento y reconocimiento de las letras, en este nivel 
            se ejercita el aprendizaje de las vocales, consonantes y de los números. 
            Para conseguirlo, además de los ejercicios de caligrafía, 
            se utilizan las actividades con plastilina, pintura de dedos, recortado 
            de figuras, picado, etc. 
          Todos 
            estos ejercicios de rehabilitación del disléxico deben 
            aumentar su complejidad en función de la edad cronológica 
            del niño, y estimular y adquirir aquellos aprendizajes en donde 
            se haya quedado estancado. 
             
           
          
            Belén Merino Díaz Parreño 
            
            Educadora Infantil
            Diplomada en Logopedia