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Una historia |
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Eulàlia, mi hija, nació el 22 de octubre del 2000 en el hospital Sant Joan de Reus (Tarragona). Después de un embarazo y un parto normales, nada hacia preveer los problemas que nos esperavan. De hecho, era y es una niña de mirada viva y cara muy expresiva. Hacia los tres meses ya empecé a preocuparme porqué Eulàlia, cuando la ponia boca abajo, no era capaz de levantar la cabeza del suelo. Como mucho la giraba, después de llantos y grandes esfuerzos.
La primera prueba que nos dió una pista de lo que Eulàlia tiene fué una ecografía cerebral, cuya información fué confirmada y ampliada por un TAC craneal. Se trataba de una atrofia cortico-subcortical, predominantemente frontal. Para saber la patología de la sustancia blanca y nucleos basales que originan esta atrofia, era necesaria una RMN. Se dejó pendiente la RMN, ya que esta prueba puede no aportar novedades porqué los niños a esta edad tienen el cerebro en pleno desarrollo. Ante la gravedad de la situación, decidimos ir al hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Allá le hicieron multitud de pruebas, pero solamente sirvieron para constatar que su problema era de origen cerebral y que no parecía tener causas genéticas. Seguíamos, pues, sin diagnóstico. Por otra parte, recurrimos a la medicina "no oficial" a través del Doctor Mombiela. Siguiendo sus consejos fuimos a sesiones de osteopatía cráneo-sacral y activación psico-fono-auditiva (método Tomatis). También nos dió unas recomendaciones para aplicar nosotros en casa. El curso 2001-2002 es caracteriza por el apoyo recibido por el CDIAP, las horas de música del método Tomatis en el centro Àudim (son muchas sesiones), la natación adaptada con Reus Esport i Lleure, la guarderia y unas cuantas sesiones de osteopatía .
Las sesiones en el Centro Tomatis Àudim son al principio solamente de media hora, cuatro dias a la semana. Eulàlia acepta mejor de lo que esperávamos los auriculares para oir la música. Más adelante aguanta hasta una hora seguida a base de masagitos en pies y manos, juegos, ver los otros niños, etc. A la vez, los padres también pueden seguir el método escuchando música, también con auriculares. Dice la psicóloga del centro que así estaremos al 100% para nuestra hija.
En la guarderia se adapta a la perfección. Disfruta de los juegos de los otros niños y exige verlos. Cuando no, se queja para que las educadoras le hagan caso. La pedagoga y el fisioterapeuta del CDIAP se ponen en contacto con la guarderia para dar recomendaciones y resolver dudas. Estamos de suerte con la maestra que le toca a Eulàlia, aunque el "sistema" no acompaña demasiado. Solamente va dos horas al dia. Le hacemos una silla adaptada para la guardería. Una vez al mes Eulàlia recibe una sesión de osteopatía con Josep Cantí. Las tres o cuatro primeras sesiones se las pasa ¡llorando! Y no es que le duela, es simplemente que no tolera que el osteópata le toque la cabeza. Poco a poco lo va aceptando mejor, hasta que se hacen amigos y desde fuera la consulta oímos alguna carcajada de Eulàlia. Esto sí, el osteòpata tiene que hacer los masajes con Eulàlia en su sillita de paseo, sinó se acaban las amistades. En el hospital Sant Joan de Déu siguen las pruebas. Encuentran que Eulàlia tiene que llevar gafas (3 dioptrías ¡no son pocas!). Los resultados de la resonancia magnética nuclear, RMN, abren una brecha hacia un posible diagnóstico. Se trata de un síndrome, cuyo nombre la doctora no nos quiere decir, de origen genético. Para constatarlo se toman una buena cantidad de muestras de sangre de la pobre Eulàlia y se envían a diferentes lugares del extranjero para analizar el ADN a nivel molecular. Después de unos meses la doctora ya tiene los resultados, pero no son los que esperaba. Por lo tanto, seguimos sin diagnóstico.
Un buen dia, asocié una especie de desencaje de mandíbula a un beso. Ahora, cuando le pedimos que haga un beso, ella tiene clarísimo lo que tiene que hacer. Es necessario añadir, que también tiene clarísimo cuando no quiere dar besos, aunque le pidamos. Poco a poco, ha ido utilizando estos peculiares besos para decir otras cosas, como este juguete me gusta o que bién que estoy contigo. Es la pedagoga del CDIAP la que inicia a Eulàlia a escoger con la mirada entre dos posibilidades de juego, mediante un plafón donde se enganchan fotografias o símbolos. Al principio le cuesta un poco, pero al hacerlo por sistema en casa con el juego, comida y todo lo que podemos, se convierte en forma habitual de comunicación. Primero le damos a escoger entre dos objectos. Como solamente tenemos dos manos, al pasar a tres tenemos que construir un plafón y hacer fotos de todos sus juguetes. Ahora Eulàlia ya escoge entre cuatro posibilidades y, además, hemos introducido algunos dibujos estandarizados que representan acciones (jugar, salir fuera, comer, dar besos,...).
Seguimos en contacto telefónico con el Doctor Mombiela. Una vez acabadas las sesiones del método Tomatis, nos aconseja que hagamos homeopatía y balance polar con el médico Joan M. Busquets. Cuando se hace tanto, es difícil saber de quien es el mérito. Desde que Eulàlia es tratada con balance polar, tenemos la sensación que se ha hecho mayor y ha madurado. ¿Casualidad? ¿Ya tocaba? Como padres no nos podemos permitir esperar que todo se solucione solo. Nuestra gran recompensa es verla como crece sana y feliz, a pesar de sus dificultades motrices.
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