Manuel Alejo Martínez Godoy

 

Corrupción en el cuerpo...

 

Eran las tres de la mañana, y todavía no había pegado ojo, así que decidí despertarme e ir a dar un paseo.
Durante el paseo, vinieron a mi cabeza recuerdos de la peor noche de mi vida, ésa en la fui cómplice de asesinato de mi compañero Rodríguez.
Las calles estaban vacías toda la gente dormía para ir a trabajar el día siguiente, yo también tendría que estar durmiendo, ya, que justo ese día ,volvería al cuerpo después de diez años de inactividad.
Cuando llegué a mi casa el sueño se apoderó de mi, caí rendido en el sofá.
Al día siguiente mi jefe me presentó a mis nuevos compañeros, todos eran unos jóvenes sin experiencia previa, pero parecían buenos chicos.
Volvía a mi antigua oficina y miré para la del costado, la que anteriormente era de Rodríguez, en ella estaba Smith, era un buen tío, tenía mi edad pero era muy callado.
Como Smith tenía mi edad y bastantes años de experiencia, mi jefe, el señor Bonds, nos puso juntos En el Departamento que llevaba los casos de bandas juveniles.
Luego de acomodar todas mis cosas en el escritorio, salí con Smith a indagar.
Fuimos a una plaza a las afueras de los Ángeles, y en el trayecto Smith me hizo varias preguntas:
-¿Ya estás recuperado Max?- preguntó.
-Sí, tengo algunos recuerdos, pero trato de borrarlos - respondí.
-Haces bien, ahora tienes que centrarte más que nunca en tu trabajo, ello te ayudará a despejarte-finalizó él.
Cuando llegamos a una plaza a las afueras de los Ángeles, yo estaba deseoso de sacar el arma y arrestar a todas las bandas de por ahí, pero como hacía mucho tiempo que no ejercía, sólo Smith tenía una pistola.
Smith era un buen policía, lo comprobé ese día, pues me supo contener las ganas de arrestar a todos esos vándalos, y no sólo eso, él solo, no se cómo, fue... habló con dos sospechosos y ellos se entregaron voluntariamente.
Cuando volvimos al cuartel Bonds nos felicitó:
-Buen trabajo chicos, parece que te estás recuperando Max - nos dijo.
Como Smith afirmó que tenía que ir a hablar con Bonds, yo quería saciar mi curosidad, así que fui al despacho de Smith y me puse a recordar cómo lo tenía ordenado Rodríguez.
El despacho estaba completamente diferente, hasta lo habían pintado de otro color, pero a mí me daba la impresión de ser más pequeño por culpa de un armario, en el que seguramente estaban todos los casos de Smith archivados.
Smith había dejado su billetera sobre la mesa, y en ella había la foto de una mujer, que a mí me resultó extrañamente familiar, pero no recordaba muy bien si la había visto o era una invención de mi imaginación.
Unos segundos después, entró Smith; estaba muy enfadado conmigo porque había entrado en su despacho sin pedir permiso, pero a mí me daba igual, porque por unos segundos sentí lo que sentía cuando entraba al despacho de Rodríguez, había diferentes objetos, pero cada vez que veo ese despacho siento que veo a Rodríguez.
A la hora de tomar el café, Smith y yo nos reunimos con Jorge , Ana y Julia , unos compañeros a los que me costó bastante reconocer, aunque me habían ayudado hacía unos cuantos años , todos estaban muy cambiados; Jorge había engordado unos cuantos kilos , Ana parecía destrozada , seguramente debía llevar una vida muy agitada ya que había cambiado mucho desde la última vez que la había visto , pero Diana seguía tan jovial como siempre , llena de energía , parecía que para ella el tiempo no pasara.

Esa noche mi casa estaba hecha un desastre yo no tenía ganas acomodar nada, así que pedí una pizza y me puse a ver las noticias. En ellas siempre trataban los mismos temas, hablaban de Irak y de sucesos que habían pasado, pero uno me llamó mucho la atención.
Una noticia decía que habían detenido a unos traficantes de armas en la carretera entre los Ángeles y San Francisco, pero lo que más me sorprendió fue que la furgoneta en la que iban los traficantes tenía el mismo logo que yo había visto en la fábrica donde mataron a Rodríguez.
No me había dado tiempo a anotar dónde habían sido arrestados, así que comencé a buscar en internet sobre la noticia. Busqué las fotos de los arrestados, pero sólo ponían la del cabecilla, Mike Polski, un californiano de origen polaco que llevaba dedicándose al tráfico de armas varios años.
Insatisfecho con los resultados obtenidos, me fui a dormir, esperando que llegara un nuevo día para poder seguir investigando.
Al día siguiente en el cuartel, Smith recibió una bronca monumental por parte de Bonds, al parecer Smith había perdido su pistola reglamentaria. En el cuartel era sabido que Smith y Bonds no se llevaban bien, sobretodo desde el asesinato de Rodríguez.
Según me habían contado Smith había de ir conmigo a hacer la redada, pero por alguna extraña razón Smith se negó a ir, según parece tenía problemas familiares, pero Bonds llegó a insistir tanto en que fuera que como Smith había continuado negándose, lo suspendió una semana.
Después de buscar la información que necesitaba, decidí ir tras los traficantes, Bonds se negó rotundamente, al igual que Smith que me dijo que si iba era porque quería venganza, estaba en lo cierto.
Al terminar la jornada, pude convencer a Ana y Jorge para que me acompañaran.
Cuando llegamos a la comisaría donde estaban los bandidos, pedí permiso para hacerles unas preguntas, lo conseguí, aunque me costó unos cuantos pavos ya que la policía en California es bastante corrupta.
Me senté delante del cabecilla, cuando estuve ante él, lo reconocí al instante, él estaba en la fatal redada de diez años atrás, cuando mataron a Rodríguez.
-Sólo te diré unas palabras: hace diez años en la fábrica de muebles "Charlie" tú y tus secuaces mataron a un policía- le dije.
-Ah, sí, lo recuerdo muy bien, casi nos atrapan. Tú estabas ahí con otro agente y otra agente mujer, tu compañero murió por tu culpa. Yo no hice nada - respondió vacilándome.
-Te mataría, pero yo no te quiero a ti, quiero a tu jefe, al que mató a mi compañero - respondí con furia.
-Si se creen que acabaron con la red, se equivocan. Te lo diré bien claro para que me dejes en paz: los traficantes no somos solo los que despachan la droga o las armas, también los que firman papeles son traficantes y ellos tienen una buena posición - finalizó Polski.
Ya había obtenido lo que quería; al salir, parecía que Ana y Jorge ya habían planeado las preguntas que iban a hacerme.
-¿Qué te dijo?- preguntó Jorge.
-Nada importante - respondí.
-¿Obtuviste lo que querías? - preguntó Ana.
-Obtuve más de lo que yo hubiera querido - respondí tajantemente.
Los dos se quedaron inquietos por la respuesta .Jorge estaba perdido o muy cansado, y Ana parecía que quería estar en su casa lo más pronto posible.
Esa noche fui a ver un partido de Los Ángeles Lakers , ya que Bonds me había invitado para celebrar mi vuelta.
El estadio estaba lleno, pero lo que a mí más me llamó la atención era que el jefe había venido con unos amigos, más que amigos parecían matones.
Antes de comenzar el partido, en la pantalla mostraban las mejores jugadas de la temporada y, de vez en cuando, mostraban a un aficionado.
La pantalla se veía cerca ya que estábamos en un buen sitio, así que en la pantalla apareció Smith con una camiseta de los Lakers. Yo me quedé estupefacto, ya que Smith odiaba los deportes, pero sin embargo estaba ahí con una persona que parecía disfrazada para que no la reconocieran.
La imagen de Smith, que hablaba con una persona a su lado, duró unos segundos; aunque se quedaría en mi cabeza para siempre.
En la media parte, fui al lugar donde había visto a Smith , pero al verlo , él salió corriendo , yo lo comencé a perseguir aunque era muy difícil ya que estaba lleno de gente , Smith no era muy rápido , pero yo estaba bajo de forma , lo llamé varias veces, pero fue inútil , se escapó.
Cuando volví a mi asiento, me sentí intrigado, así que no comí ninguna de las palomitas que el jefe había ido a comprar, siempre seguido de cerca por sus guardaespaldas.
Al día siguiente, Smith se mostró muy frío conmigo, él sabía que yo lo había visto, pero no le comenté nada.
Cuando Smith salió con Jorge a calmar a unas personas que traían problemas a los vecinos, yo entré en el despacho de Smith y comencé a buscar entre los cajones, no había nada. No me lo podía creer, para Smith su despacho era más importante que su casa, así que si guardaba algo lo tenía que hacer en el despacho.
Me fijé en que había un periódico en la estantería, pero el periódico era mucho más grueso de lo normal, lo abrí, y ahí... estaba.
Era un informe en el que decía que en el partido de los Lakers había habido un intercambio de drogas.
El informe estaba hecho por Smith, pero lo había firmado alguien que yo no conocía.
Smith tenía algo que ver con todo esto, y no estaba solo alguien más en el cuerpo estaba involucrado, pero yo no sabía quién.
Si Smith estaba involucrado en el tráfico de drogas y armas se lo debía decir a Bonds, que seguro que debe tener muchas ganas de expulsarlo del cuerpo, y por qué no, de meterlo en la cárcel.

Después de una semana todo se calmó un poco, había tenido varias oportunidades pero no hablé nada con Smith ni con Bonds, hasta que Jorge me llamó a mi casa preocupado, me dijo que me reuniera con él en San Francisco.
Acudí a la reunión, para mi sorpresa, Jorge no estaba solo, estaba con Julia y con Bonds.
Nos sentamos y Jorge me dio una noticia horrible; Ana estaba en el hospital.
Según parece, Ana había descubierto lo de Smith y que él la había apuñalado, a mí no me costó mucho creer la historia, ya que más de una vez lo había visto maltratar a algún detenido.
Me dijeron que Smith estaba en busca y captura, así que los tres que estábamos reunidos corríamos gran peligro.
También me dijeron que estaban seguros de que había sido Smith, porque debido a su comportamiento, Bonds había mandado a Ana y a Jorge a registrar la oficina de Smith y que habían encontrado lo mismo que yo.
Cuando terminamos de hablar, decidí ir a un hotel de la zona, ya que eso me relajaría un poco.
El hotel tenía una vista preciosa del puente San Francisco, pero para mí era un día triste.
Desde la ventana del hotel se veían cómo las nubes se iban acercando a la ciudad, al parecer la lluvia nos mojaría durante los próximos días, también se veían a unos vagabundos entre la basura, no entiendo cómo pueden vivir entre tanta miseria, pero, por lo menos, viven tranquilos, ya que mañana podría aparecer Smith y matarme, la noche iba a ser larga.
Al día siguiente fuimos a visitar a Ana al hospital, ella estaba en la cama con una venda cubriendo su abdomen, tenía que comer una dieta especial y tenía un guardia de seguridad en la puerta por si venía Smith.
Ella me contó cómo había sido: Estaba en su despacho cuando recibió una llamada, ella la atendió, pero nadie respondió, cuando colgó Smith estaba en la puerta, se abalanzó sobre ella y la acuchilló. Las lágrimas le hinundaron, así que Bonds le dijo que no hablase más de ello, pues lo importante era que ella se recuperase.
Cuando volvía para mi casa, recibí un mensaje de Smith en el que decía que me tenía que confesar todo, pero no me dijo ni cuándo ni dónde.
Esa noche fui a un bar, necesitaba desconectarme un poco.
Era un bar cutre, pedí una cerveza, ¡qué pasa! , pensé, el camarero tarda una eternidad en traerme una simple cerveza, este bar es un asco, no vuelvo nunca más.
Había unas personas unas personas ahí reunidas, deben ser mafiosos o asesinos, todo el mundo quiere matar a alguien, incluso yo, pero también me quieren matar pensaba mientras golpeaba la mesa en espera de la cerveza.
Cuando llegó la cerveza , estaba más tranquilo , pero necesitaba dormir , lo cual me iba a costar mucho , ya que Smith me quería , pero yo no sabía si vivo o muerto.

Esa noche tuve una pesadilla, soñé que estaba saliendo hacia el cuartel, y antes de que pudiera cerrar la puerta, me caía por un extraño agujero que había en el suelo, la caída duraba unos cuantos segundos.
Cuando terminé de caer, aparecí en una fábrica, que me resultó extrañamente familiar.
En la fábrica observé a Smith que parecía el diablo, era de color rojo y estaba cubierto de una capa negra, él me miró y me dijo que debía ir a ver a Rodríguez, a un lugar en el que pareciera que él estuviera frente a mí, que debía ir a buscarlo porque en ese lugar encontraría la respuesta a todo.
Después de esto, me desperté lleno de sudor, miré por la ventana y percibí que el temporal iba llegando a su fin, que un nuevo día estaba por venir, y que ese día me traería la respuesta a muchas de mis preguntas.

Cuando llegué al cuartel, me sentí aliviado, al saber que había llegado sano y salvo y no me había caído por ningún agujero del suelo.
A la hora del almuerzo, esperé hasta que la comisaría se quedara prácticamente vacía y entré a la oficina de Smith.
Me fijé en todos los cajones que había, abrí todos los libros que él tenia, pero aún así no encontré nada.
Me sentía frustrado, ya que con mi sueño esperaba encontrar algo. Tenía ganas de golpear, estuve diez minutos buscando y no aparecía nada, hasta que golpeé la pared y se cayó un cuadro. El vidrio se rompió, pero había como una compuerta detrás del cuadro, pero como no tenía llaves, decidí golpearla hasta que se abriera.
Estuve un minuto golpeando, hasta que apareció Jorge.
Él se extrañó por lo que estaba haciendo, pero para mi sorpresa se fue sin dirigirme la palabra.
Luego de que se fuera, logré abrir la caja. Lo que encontré dentro, me ayudó a resolver todo este enigma.
Llamé a Smith, puesto que tenía su teléfono y no se lo había dicho a nadie, él me dijo que iba al hospital, porque se tenía que ocupar de un asunto y colgó.
Smith, era peligroso, pero yo lo podía ayudar. Salí corriendo hacia el hospital lo más deprisa que pude, salí tan rápido del cuartel que no me pude dar cuenta de que me estaban persiguiendo.

Cuando llegué al hospital, pregunté por la sala en donde estaba Ana , pero me dijeron que no podía pasar , ya que su esposo la había ido a visitar.
No me importó lo que me dijera , yo fui a la sala de todos modos.
Al entrar , me esperaba lo peor , creía que no había llegado a tiempo, por la interrupción que había tenido en la entrada del hospital. Pero el panorama que me encontré en la sala 212 era muy diferente al que yo hubiera esperado.

Lo primero que observé fue a Ana , que ya había recuperado la conciencia , acostada en la cama , pero en el otro extremo de la sala estaba Smith sentado en una silla. Tenía el rostro demacrado por los días que había sido fugitivo , pero también pude ver unas lágrimas en sus ojos.
Detrás de mí entraron Bonds y Jorge , ellos me habían perseguido , porque tenían algo importante que contarme , junto a Smith.
-Smith , rata asquerosa te mataré - gritó Bonds.
-No , por favor no lo haga. Yo no le hice nada a su sobrina - respondió.
-¿Ana es su sobrina? - pregunté un poco extrañado.
-Sí , lo es. Entonces ¿quien la hirió? si no fuiste tú. - preguntó Bonds.
Que Ana fuera la sobrina de Bonds era el último dato que me faltaba , para poder comprobar mis deducciones , la persona del cuerpo que estaba implicada en el tráfico de drogas , era alguien a quien siempre había tenido adelante. Además, esa persona fue más responsable que yo de la muerte del pobre Rodríguez.
En medio de tanto alboroto entre acusaciones de Bonds y Jorge contra Smith , decidí poner calma , y explicar mis deducciones.
-¡Alto!- grité.
-¿Qué pasa? - preguntaron todos al unísono.
-Ya sé quién está implicado en el tráfico de drogas y de armas , pero no sólo yo lo sé , tú también lo sabes muy bien Bonds - dije tajantemente.
-¿Qué estas diciendo Max? - preguntó con cierto tono de incredulidad , aunque un poco nervioso, Bonds.
En ese momento las palabras salieron solas de mi boca:
-Bonds , tú estas implicado en el tráfico de drogas y armas , el día en que fui a ver el partido de baloncesto contigo , tú te ausentaste durante varios minutos porque te encontraste con tu contacto.
Smith te estaba investigando y te tenía contra las cuerdas , por eso hizo ese informe , para inculparte. Pero él no estaba solo, Jorge lo ayudó en todo momento , dado que él también firmó el informe que seguramente iba a ser enviando a la jefatura central de California-.
Jorge recibió una mirada fulminante de parte de Bonds , pero instantes después él afirmó lo que había dicho.
En la cara de Smith pude ver una sonrisa esbozada , pero lo que más me intrigaba era la cara de Bonds , parecía más sorprendido que cuando le dije que él estaba implicado , parecía que lo que él esperaba que yo dijera era otra cosa completamente diferente.
-Y , ¿lo vas a confesar de una vez por todas Bonds? - pregunté.
-Creo que no tengo más remedio , la verdad es que me has descubierto. ¿Cómo lo has hecho? - preguntó.
-Fue lo que encontré en la caja fuerte de Smith , había una foto de tu despacho en la que se podía ver que había un kilo de droga en uno de tus cajones - respondí con firmeza.
Bonds parecía sorprendido pero no dijo nada.
Yo estaba exhausto así que moví la ropa que tenía Ana sobre una silla , me senté , y entendí todo.
Me había equivocado , Bonds era inocente.

Smith llamó a la policía , después de que lo haga yo hablé con él a solas.
-Smith , tengo que decirte algo muy importante - le dije nervioso.
-Creo que ya lo dijiste todo ahí dentro - respondió.
-No , me equivoqué. Bonds es inocente , porque él no pudo haber asesinado a Rodríguez , él no estaba en la redada - afirmé con mucha seguridad-
-¿Qué? , ¿Cómo que no estaba? , entonces insinúas que fue otra persona - dijo él con intriga.
-Sí , y tú ya sabes quién. Sé que para ti fue una persona muy importante , que te ayudó , pero tiene que ser culpable y pagar por lo que hizo - finalicé con la seguridad de que estaba en lo cierto.
Volvimos a entrar en la habitación , pero el panorama que me encontré me desconcertó.
Jorge estaba en el suelo con una herida en la cabeza y Bonds estaba sentado tranquilamente esperando nuestra llegada.
Pero la persona más importante no estaba : Ana.
Bonds nos confesó que había dejado huir a Ana , y a pesar de que era una traficante , y de que consumía drogas , y de su pésimo estado mental y psíquico , era su sobrina y la ayudaría siempre que ella quisiera.

Llegó la policía y detuvo a Bonds que se fue contento porque , según él, había cumplido con su deber de tío.
Jorge se recuperó luego de unos instantes y se lamentó por no haber podido detener a Ana.
Yo no me encontraba nada satisfecho; había resuelto el caso , pero no había podido detener a la criminal y asesina.

Cuando terminaron de interrogarnos , me fui con Smith a tomar unas cervezas.
En el bar le conté a Smith cómo había hecho mi primera y errónea deducción.
Cuando había visto la foto de la billetera de Smith , me parecía que ya había visto a la chica que salía en la foto , en efecto era Ana pero por los años que habían pasado y el daño que le habían hecho las drogas , verla en una foto de hacía diez años y reconocerla era muy difícil.
Smith , me contó que había tenido una relación con Ana , y que por eso Bonds lo odiaba tanto.
Pero lo más extraño de todo fue la pregunta que me hizo Smith acerca de mi última deducción.
-¿Cómo supiste que fue Ana ? - me preguntó.
-Smith , me extraña que un tío de tu inteligencia no se haya dado cuenta , si tú estabas en el partido , sentado al lado de ella , habrás visto la ropa que llevaba aquel día - le dije en tono vacilón.
-Sí- respondió.
-Bueno , esa ropa es la misma que había en el hospital.
-Eres muy inteligente Max , cada día me sorprendes más.

Cuando volvía a mi casa pude recordar con más exactitud lo que pasó en la fábrica:

Eran las once de la noche , llevábamos varios días preparando el asalto a esa fábrica donde se vendía droga.
Rodríguez y Ana comenzaron el asalto conmigo , más tarde llegaría Jorge para ayudarnos.
Ana había decidido avanzar primero , en contra de nuestra voluntad , yo tenía que ser el segundo pero Rodríguez se negó.
Él quería más que nadie atrapar a los traficantes , ya que por culpa de ellos unos amigos suyos estaban en la cárcel.
Yo le tenía que cubrir las espaldas , miré para todos lados pero nadie disparaba , sólo se oyó un disparo. Yo me sentía muy mal por no saber de dónde venía.
Según parecía el disparo venía de la zona donde estaba Ana , pero se había realizado con otra arma.
Rodríguez cayó herido.
Ana fue la que más tardó en acudir en su ayuda , pero fue la primera que ordenó que nos replegáramos , que abandonáramos la misión.
Y así lo hicimos.

Diez años después supe que Ana había tardado más tiempo para esconder el arma que había obtenido gracias al tráfico .

Al llegar a casa sentí amargura por no atrapar al asesino , pero por lo menos sabía quién era , y a partir de ese día me iba a dedicar a buscarla.