3. Una aproximación al espacio y al tiempo de
La familia de Pascual Duarte



  1. Torremejía
  2. Población activa en España
  3. Propiedades de la grandeza de España a 14 de abril de 1931
  4. Expropiaciones y ocupaciones realizadas en virtud de la ley de reforma agraria de 1932 hasta 31 de diciembre de 1934
  5. El Frente Popular y la Reforma agraria
  6. Avance del Ejército de África



1. Torremejía


Mapa de Extremadura Detalle de la comarca de Tierra de Barros
 
  1. Almendralejo
  2. Solana de los Barros
  3. Santa Marta
  4. La Morera
  5. La Parra
  6. Salvatierra de los Barros
  7. La Lapa
  8. Feria
  9. Villalba de los Barros
  10. Aceuchal
  11. Fuente del Maestre
  12. Zafra
  13. Alconera
  14. Puebla de Sancho Pérez
  15. Los Santos de Maimorra
  16. Villafranca de los Barros
  17. Riera del Fresno
  18. Hinojosa del Valle
  19. Llera
  20. Hornachos
  21. Puebla del Prior
  22. Puebla de la Reina
  23. Palomas
(Mapas facilitados por José Luis Carretero García, del Centro de Teledetección y SIG, del Departamento de Geografia O.T. de la Universidad de Extremadura.)  


Geografía

Municipio de la provincia de Badajoz, con 107 edificaciones y albergues y 606 habitantes según el censo de 1910. Se compone del lugar de su nombre y de 7 edificaciones y albergues aislados con 38 habitantes. El censo de 1920 le asigna 796 h. Corresponde al partido judicial de Mérida, diócesis de Badajoz, y está situado al S. de Mérida, en terreno llano; produce cereales, vino, aceite y garbanzos. Estación del f. c. de Mérida a Sevilla. TORREMEJÍA fue fundado a mediados del siglo xv por Diego García Torres y Mejía. Algún autor supone que su nombre equivale a Torre Maciza o Torre con Mojinetes, que son los frontones triangulares de los edificios, cubiertos a dos aguas. Por su emplazamiento pasaba la antigua calzada romana.

Torremejía (marqués de)

Genealogía. Título del reino, creado en 1799. En la actualidad (1928), y desde 1897, lo posee don Ramón de Alfaraz y Medraño.

(Enciclopedia Espasa)



2. Población activa en España


Años (a 31 de enero) Total población activa % sobre población activa
Agrícola Industrial Servicios
1901 35,31 63,64 15,99 17,77
1911 35,37 66,00 15,82 18,18
1921 35,10 57,30 21,90 20,81
1931 35,51 45,51 25,51 27,98
1941 34,61 50,52 22,13 27,35

RAMÓN TAMAMES, La República y la Era de Franco


3. Propiedades de la grandeza de España a 14 de abril de 1931



PropietariosHectáreas
Duque de Medinaceli74.146
Duque de Peñaranda51.015
Duque de Vistahermosa47.203
Duque de Alba34.455
Marqués de la Romana29.096
Marqués de Comillas23.719
Duque de Fernán Núñez17.732
Duque de Arión17.666
Duque del Infantado17.171
Conde de Romanones15.171
Otros 89 propietarios248.987
TOTAL577.359

Fuente: Instituto de Reforma Agraria.
RAMÓN TAMAMES,La República y la Era de Franco



4. Expropiaciones y ocupaciones realizadas en virtud de la ley de reforma agraria de 1932 hasta 31 de diciembre de 1934


Clases de actuación Número de fincas Extensión en hectáreas Número de asentados
Expropiaciones 468 89.133 8.609
Ocupaciones 61 27.704 3.651
Total 529 117.837 12.260

RAMÓN TAMAMES, La República y la Era de Franco



5. El Frente Popular y la reforma agraria


El resultado de las elecciones de febrero de 1936, que dieron la victoria al Frente popular, significaron un nuevo cambio de marcha en la política agraria de la República. Desde el mes de marzo de 1936 adquirió una celeridad mayor que en las dos fases anteriores, a base de la utilización del principio de la declaración de utilidad social, la abrogación de la ley de 1935 y el establecimiento de la de 15 de septiembre de 1932 (por ley de 18 de junio de 1936). En los cuatro meses que transcurrieron entre el 19 de febrero y el 19 de junio se ocuparon 232.199 hectáreas y se asentaron 71.919 colonos; es decir, mucho más de lo logrado en los cinco años precedentes. la simplificación de trámites burocráticos después de la profunda reorganización que tuvo lugar en el IRA hicieron posible la mayor rapidez en la realización de sus trabajos.

Mariano Ruiz Funes García, Ministro de Agricultura con el último gobierno Azaña y con el de Casares Quiroga (19 de febrero de 1936/18 de julio de 1936), del partido de Izquierda Republicana y Adolfo Vázquez Humasqué como director general del IRA (ya había sido su primer director) desarrollaron una labor ingente. Aunque en gran parte, y sobre todo en Extremadura, no hicieron sino legalizar las ocupaciones de tierras que de forma espontánea u organizada realizaban los obreros agrícolas. En este sentido, la operación -realmente espectacular y llevada a cabo como una auténtica operación de estado mayor- fue la practicada por los miembros de la FNTT el 25 de marzo de 1936. Ese día al amanecer entraron en 3.000 fincas, sin que el gobierno pudiera hacer otra cosa que legalizar tan vasta operación. La conciencia de que finalmente la reforma agraria era ya infrenable se extendía por doquier, y síntoma muy significativo era el que traducía el éxodo de los grandes propietarios a las ciudades.

El estallido de la guerra civil significó en la España republicana una aceleración en la distribución de la tierra y en la ocupación de ésta por los propios campesinos. El 4 de septiembre, con la reorganización del gobierno, al ocupar la presidencia del mismo Largo Caballero, fue designado Ministro de Agricultura el comunista Luis Vicente Uribe. Un decreto del siguiente mes de octubre dio fuerza legal a las medidas que generalmente ya habían sido aplicadas por los campesinos: expropiación de las tierras cuyos propietarios habían pasado a zona nacional o habían manifestado su apoyo al Movimiento. En mayo de 1938, el IRA anunciaba haberse realizado la ocupación de 2.432.202 hectáreas, expropiadas por abandono o por responsabilidades políticas, 2.008.000 hectáreas por declaración de utilidad social y 1.252.000 hectáreas con carácter provisional. En total 5.692.202 hectáreas habían sido distribuidas entre los campesinos para su explotación individual o colectiva, decisión que siguió siendo adoptada por las propias comunidades de campesinos.

Violencia y reforma agraria

La trascendencia del problema de la tierra para la Segunda República no puede medirse tan sólo por horas de sesiones parlamentarias, disposiciones legislativas, tierras ocupadas y recapitulación de huelgas en el campo. En realidad, la tónica de la intensidad y de la pasión del problema se expresaba de la forma más viva en un cierto número de episodios que mostraron, con toda su virulencia, la desesperación que reinaba en las zonas rurales, donde una alta proporción de los campesinos se consideraban vilmente explotados por los terratenientes.

La violencia llegó a ser de todos contra todos, al faltar la autoridad que de forma decidida y en representación de los deseos del pueblo impusiera el orden, la convivencia y la redistribución. He aquí, muy brevemente expuestas, casi en forma telegráfica, seis muestras de esa fenomenología de la violencia que marcó con huellas de sangre la tragedia del campo español.

1) Castilblanco

Un pueblo de Badajoz de poco más de 5.000 habitantes, próximo a Herrera del Duque, en zona de latifundio, dominado socialmente por la UGT. El 5 de diciembre de 1931, sus habitantes obreros participaban en la huelga organizada por la FNTT en protesta contra el gobernador civil. Al intentarse disolver la manifestación que se había formado, los campesinos reaccionaron violentamente, siendo atacados y muertos a cuchilladas los cuatro números de la Guardia Civil del puesto local. A continuación parece ser que se sucedieron escenas de verdadero aquelarre. La reacción de la Benemérita no se hizo esperar.

2) Arnedo

El general Sanjurjo, director de la Guardia Civil, manifestó que en lo sucesivo no se tolerarían sucesos como los acaecidos en Castilblanco. Pocos días después, el 5 de enero de 1932, murieron siete trabajadores y quedaron heridos treinta mas al disolverse la manifestación que se celebraba ante la casa consistorial de Arnedo (Logroño). Las consecuencias políticas de Castilblanco y Arnedo fueron importantes. Ante la dureza de las medidas adoptadas por la Guardia Civil, las peticiones de la destitución de Sanjurjo, que tanto había contribuido al advenimiento pacífico de la República, se extendieron más y mas, hasta que Azaña resolvió su cese el 5 de febrero de 1932, cuatro semanas escasas después del episodio de Arnedo, transfiriendo al laureado general a jefe de carabineros, lo que políticamente se consideró una postergación.

A partir de ese momento, y tras algunas entrevistas con Lerroux -quien le dio a entender que se trataba de un problema de personas (Azaña) y no de régimen-, Sanjurjo inició los preparativos de su alzamiento junto con el general monárquico Barrera. El resultado fue la sublevación del 10 de agosto de 1952, la primera insurrección militar contra la República, que como vimos en 3.3., precipitó la aprobación de la ley de reforma agraria.

3) Castellar de Santiago

Diciembre de 1932. Otro pequeño pueblo,esta vez de Ciudad Real. Como en tantas otras localidades, y con ocasión de la recogida de la aceituna, se producía una clara discriminación en la contratación de trabajadores en base a las ideas políticas. Los afiliados a la FNTT afectados por esas tácticas apedrearon el autobús en que salía el alcalde del pueblo, por no haber atendido éste a sus solicitudes para acabar con esa discriminación. Los terratenientes al ver herido al alcalde, con escasa resistencia de la Guardia Civil, organizaron una auténtica caza del hombre; hicieron salir de sus viviendas a tres de los obreros agrícolas más significados y les asesinaron ante el pánico y el estremecimiento general.

4) Casas Viejas

Una aldea próxima a Medinasidonia (Cádiz) con 6.000 hectáreas de tierra laborable. De ellas, y en razón al latifundismo absentista, no se cultivaban más de 2.000. Mientras tanto, 500 obreros agrícolas sufrían el paro crónico. Agotada su paciencia frente a la anunciada reforma agraria, que no llegaba, y con ocasión de la huelga revolucionaria convocada por la CNT los días 11 y 12 de enero de 1933, los campesinos, tras declarar el comunismo libertario, asaltaron el cuartel de la Guardia Civil, asesinando a varios de sus números. La llegada de refuerzos de la Guardia de Asalto, a cuyo frente iba el capitán Rojas, hizo batirse en retirada a los braceros, uno de los cuales "Seisdedos", con cinco hombres, dos mujeres y un niño se refugiaron en una choza para resistir. La choza fue incendiada, todos sus ocupantes murieron abrasados. Otros catorce braceros cayeron en la represalia que siguió.

Casas Viejas fue la agonía del gobierno Azaña: significó el ataque rotundo de los radicales, que desde entonces empezaron a pensar en la posibilidad de colaborar con la CEDA. Los socialistas, por su parte, se Estremecieron al estar en un gobierno cuyos instrumentos de represión habían elevado a tal tragedia. La coalición social-azañista comenzó a morir en la oscura aldea del crimen de Casas Viejas. Pero ¿quiénes eran los verdaderos culpables?; ni campesinos ni Guardia Civil. La responsabilidad final no correspondía sino a los propietarios que a tal punto habían envilecido a un pueblo entero poniéndolo al borde de la desesperación total. Claro es que en la vista del asunto ante los tribunales -en 1934 y con el gobierno Lerroux- este aspecto de la cuestión no fue especialmente apreciado.

5) Espera

Otro pueblo de Cádiz, a donde finalmente se había llegado la reforma agraria. En Castilblanco fueron campesinos contra guardias civiles, en Arnedo civiles contra campesinos, en Castellar de Santiago propietarios contra campesinos, y en Casas Viejas guardias de asalto contra campesinos. En Espera se produjo una situación distinta: el enfrentamiento y apaleamiento recíproco: campesinos contra campesinos, unos olectivistas, individualistas los otros.

6) Yeste

otro pueblo, de Albacete. Este episodio, tal vez el más cruento de todos, marcó el punto final de la secuencia. Los campesinos de la FNTT que habían ocupado varias fincas, fueron forzados a abandonarlas por las fuerzas del orden: a tiros. Se sabe poco sobre este incidente que los socialistas no quisieron explotar para convertir en escándalo. En el momento del acontecimiento, a principios de junio de 1936, Los nubarrones que se cernían en el horizonte eran demasiado negros como para intentar derribar a un gobierno que reiteradamente había ordenado no emplear las armas contra el campesinado, y que se debatía fundamentalmente contra los ataques de la derecha en las Cortes y frente a una conspiración militar que avanzada rápidamente.

RAMÓN TAMAMES, La República y la Era de Franco



6. Avance del Ejército de Àfrica hasta las puertas de Madrid




El 1 de agosto, todavía desde Marruecos (de donde llegaría el 6 de agosto a Sevilla) pero con el grueso de las tropas de África ya en tierra andaluza, Franco ordenó la puesta en marcha hacia Madrid del ejército expedicionario bajo las órdenes del general Asensio, después sustituido por Yagüe.

Mientras tanto, el general Castejón se dedicó a asegurar la amplia base de Andalucía Occidental, mediante una serie de operaciones que duraron hasta octubre y que hicieron de la Bética una región totalmente adicta a Franco.

En el progreso del ejército de África hacia el Norte, el 7 de agosto cayó Almendralejo y el 8 Mérida, en un rápido avance de 200 Km. de profundidad en sólo una semana. Claro es que en esa marcha quedó al Oeste la plaza fuerte de Badajoz, que seguía en manos de los leales a la República, y que fue tomada al asalto -bajo el mando directo de Yagüe- el día 15 de agosto, tras duros combates en los que el ejército expedicionario sufrió gran número de bajas. La represión que siguió fue una de las más sangrientas de toda la guerra. Rota la resistencia de Badajoz, el avance prosiguió en dirección Norte, ya en tierras de Cáceres, hacia Trujillo y Navalmoral de la Mata, y fue en Ajucen (al Norte de Mérida) donde se produjo el primer contacto entre las zonas nacionalistas del Norte y del Sur.

Tras el comienzo de una cierta resistencia en el valle del Tajo (en Navalmoral de la Mata y en Oropesa), el ejército expedicionario ocupó con menos esfuerzo del que se esperaba la ciudad de Talavera de la Reina, en la que se quiso crear por el gobierno de Madrid una barrera de resistencia. Poco después, en Arenas de San Pedro se producía el segundo contacto entre los ejércitos nacionalistas del Norte y del Sur. Este fracaso de las armas republicanas, y la pérdida por esas mismas fechas de Irún en el frente Norte, marcaron el primer punto de inflexión política de la República durante la guerra civil: la caída del gobierno Giral, formado exclusivamente por republicanos, dio paso al gabinete Largo Caballero con representación de todos los partidos del Frente Popular.

RAMÓN TAMAMES, La República y la Era de Franco