Bienvenidos al ágora virtual

Si en la red hay millones de páginas y blogs, ¿por qué no administrar un diario de contenido filosófico?

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Miquel Porta Perales | 06/06/2007 | Actualizada a las 14:34

LA VANGUARDIA 7/06/2007 Recopilación por Toni Perulles i Rull de la UNED-Tortosa

Dicen que internet está cambiando la manera de entender el mundo. Incluso, la manera de transmitir el pensamiento. Lo primero, resulta evidente; lo segundo, está aún por ver. En cualquier caso, hay una cosa cierta: lo inventado - internet en nuestro caso- no puede desinventarse. Así las cosas, ¿por qué no incorporar la filosofía a la red? Si en la red hay millones de páginas y blogs, ¿por qué no administrar una página y un blog - un diario- de contenido filosófico? Lo ha hecho - no es el primero ni el único- Ramon Alcoberro (Pals, 1957) en su página 'www.alcoberro.info'. Ahí encontrarán ustedes un conjunto muy recomendable de artículos que se mueven entre el ensayo corto y el apunte para estudiantes que deseen profundizar en temas filosóficos varios. Hay más, porque en su web el autor (profesor de Ética en la Universitat de Girona y consultor en la Universitat Oberta de Catalunya) ha incorporado un blog de filosofía y pensamiento que, bajo el nombre de L´home que mira,se nos presenta ahora en formato libro.

La ficha

Ramon Alcoberro 'L´home que mira'. Un bloc de filosofia i pensament
COSSETÀNIA 128 PÁGINAS 10,80 EUROS

Para empezar, un asunto que, en este caso, no resulta baladí: la forma. ¿Incurre el autor en una contradicción al convertir la pantalla en libro? Si bien se mira, si bien se lee, el blog de nuestro filósofo es un libro que, tras infiltrarse en la pantalla - un intruso se ha colado en internet-, recupera la forma que le es propia. Y es que Ramon Alcoberro, que se mueve muy bien en la distancia corta, como demuestra su inicial El desordre cívic (1983), y sus prólogos a clásicos del aforismo como La Rochefoucauld y Mazzarino (1991), ha colgado en la red una serie de reflexiones breves que, por su concisión y actualidad, se ajustan a lo que hoy exige la red. Cosa que sirve para constatar que el ágora virtual es posible. Al respecto, es una lástima que el libro no incluya los comentarios generados por los internautas. Finalmente, hablando de la forma, el trabajo de Ramon Alcoberro plantea la cuestión de cuál ha de ser la sintaxis del lenguaje filosófico en internet. ¿L´home que mira es el último libro o el primer blog? ¿El lenguaje filosófico puede y debe adaptarse a la sintaxis telegramática de internet? ¿Quizá el lenguaje filosófico sólo puede y debe aprovecharse de internet - como hace Alcoberro- para difundirse mejor?

De la forma al contenido. Ramon Alcoberro entiende la filosofía al modo de los clásicos. El filósofo mira y pregunta. Y, a veces, responde. Pero siempre - casi siempre- desde el distanciamiento, el escepticismo, la ironía. El cinismo, incluso. Y, también, desde un cierto y disimulado narcisismo. Y desde un conservadurismo ilustrado que percibe la existencia del límite. El hombre que mira no necesita la verdad, acepta las perplejidades que le rodean, concibe el pensamiento como el arte de interpretar, huye del discurso de los valores porque la buena conciencia viene junto a la mala fe, constata que vivimos en un mundo en que los ídolos nuevos sustituyen a los viejos. El hombre que mira prefiere la elite a la masa y reivindica el ideal del ocio, la intimidad y el individualismo anarquizante. El hombre que mira no se obsesiona por la política, cree que una buena clase de matemáticas o filosofía vale más que mil teorías sobre el catalanismo, y reivindica que la Barcelona que ha bautizado una plaza con el nombre de Karl Marx dedique una calle a Voltaire. Sostiene Ramon Alcoberro que el blog es lo más parecido al bulevar de las ideas. Paseen por L´home que mira.