LA VANGUARDIA - 02/06/2006

Introducción

Alarmante anorexia

EN términos absolutos - 117.000 mujeres y 1.100 hombres afectados en Catalunya-, el dato ya es muy preocupante, pero aún lo es más que, por término medio, en todas las clases de los últimos cursos de primaria y en el bachillerato hay un adolescente, generalmente una chica, con síntomas de anorexia, bulimia u otros trastornos ligados al comportamiento alimentario, y un segundo con grandes probabilidades de desarrollar esa patología.

El primer barómetro publicado por la Associació Catalana contra l´Anorèxia i la Bulímia (ACAB) no entra a analizar las causas, pero sí denuncia la insuficiencia de la estructura sanitaria para afrontar el problema. A pesar de que los casos detectados se han doblado prácticamente en los últimos ocho años, de las 39 plazas hospitalarias de ingreso dedicadas a los trastornos del comportamiento alimentario existentes en 1999 se pasó a 35 en el 2004. Particularmente grave es la falta de continuidad asistencial que se advierte a partir de la mayoría de edad de los pacientes. Aunque se haya dicho por activa y por pasiva, es evidente que sólo un esfuerzo conjunto en el terreno sanitario, en el educativo y en el de la imagen y la moda conseguirá la erradicación progresiva de esta lacra.

ARTÍCULO

Dos casos de anorexia por clase
La detección en institutos halla dos trastornos alimentarios en cada 30 alumnos

El 6% de los jóvenes estarían afectados por estos trastornos; más de la mitad de los casos no son anorexia ni bulimia, sino mezcla de ambas, atracones y otras obsesiones alimentarias y sobre el cuerpo

ESTIMACIONES
Los trastornos alimentarios afectarían a 117.000 mujeres y 1.100 hombres en Catalunya

HOSPITALIZADOS
Al menos 1.400 personas fueron atendidas en los hospitales catalanes por trastornos en el 2005

Hay una ruptura del tratamiento a los 18 años y cada vez más trastornos se cronifican en mayores de 25 años

MARTA RICART - 02/06/2006
BARCELONA

- Dos casos de trastornos del comportamiento alimentario (TCA) por clase. Es la media de afectados que ha detectado la Associació contra l´Anorèxia i la Bulímia (ACAB) en sus 500 talleres con alumnos de institutos catalanes para la prevención de esta patología. Este dato corrobora la estimación de que un 6% de los jóvenes de entre 14 y 24 años sufre trastornos alimentarios. La anorexia y la bulimia ya suponen menos de la mitad de los casos y los trastornos se vuelven más diversos e inespecíficos. E, igual que aumentan entre los menores de 14 años, hay también más casos que se cronifican en adultos, según la ACAB. La entidad ha analizado el tratamiento de los trastornos y concluye que la atención no es suficiente ni adecuada.

La ACAB llegó en el 2005 a 20.000 personas, entre quienes participan en sus cursos, terapias y grupos de ayuda, quienes consultan, y los 14.500 estudiantes de 10 a 18 años que participaron en talleres de prevención. En estos grupos, de un máximo de 30 alumnos y, la mayoría, de enseñanza secundaria (ESO) y primero de bachillerato, los psicólogos hablan de autoestima e imagen corporal y de los TCA. Estos contactos de terapeutas con alumnos han destapado esos dos casos de trastornos por grupo: un caso completo y otro de síntomas que indican un claro riesgo de trastorno, explicó la gerente de la ACAB, Marta Voltas. Los afectados suelen comentar sus problemas y dudas y los terapeutas les derivan a la ACAB, donde se les orienta hacia el médico para un diagnóstico y tratamiento. También alertan al profesor.

Esta detección precoz en institutos de toda Catalunya confirma que en torno al 6% de los jóvenes de 14 a 24 años padece algún trastorno alimentario. Una encuesta de la ACAB y universidades ya concluyó en el 2005 que el 6,38% de las universitarias sufría algún trastorno. Voltas y el vicepresidente de la ACAB, Ramon Guàrdia, presentaron ayer un estudio que recoge el mayor volumen de datos reunidos hasta ahora sobre los TCA. Los estudios de incidencia recogidos apuntan que ese 6% de afectación duplica la estimada hace siete años, del 3%. La ACAB calcula que en Catalunya hay 117.000 mujeres y 1.100 hombres afectados por estos trastornos.

Voltas y Guàrdia alertaron de que no sólo aumentan los trastornos alimentarios más de dos décadas después de su eclosión; además, crecen en menores de 14 años (y de 12), y se hacen más complejos, lo que significa más difíciles de detectar. Los casos de anorexia y bulimia son menos de la mitad de los TCA: aumentan los trastornos con síntomas de uno y otro, los atracones, el comer durante la noche y la obsesión por el músculo (vigorexia) y comer sano (ortorexia). Guàrdia indicó que, más o menos graves (el 6% de las anorexias acaba en muerte), todos son trastornos mentales que dañan la salud e impiden una vida normal. A veces, un trastorno lleva a otro.

El estudio de la ACAB ha analizado la atención sanitaria de los TCA a partir de datos de hospitales y consultas a afectados. Al menos 1.395 personas fueron atendidas en el 2004 en los nueve hospitales catalanes que tienen unidad de atención especializada y otros cuatro que dicen atender también estos trastornos.

Salut presentó un plan en 2005 para atender los TCA en que prevé ampliar las plazas especializadas para casos graves y pretende que los casos fueran diagnosticados y atendidos en lo posible en centros de atención primaria y CAP mentales. La ACAB no quiere juzgar este modelo hasta ver cómo funciona ya que no todos los casos requieren ingreso. Pero Guàrdia señaló que dadas las lagunas en la atención especializada habrá otras mayores en los CAP por la saturación. "Parece que se quiere simplificar una patología que cada día es más compleja", dijo. La ACAB se lamenta de que, pese al aumento de casos, los servicios sanitarios son insuficientes e incluso se reducen. Según su estudio, entre 1999 y 2004 pasaron de 39 a 35 las plazas de ingreso, aunque crecieron de 98 a 146 las de hospital de día. Según otro recuento - la entidad ha tenido problemas para obtener datos de todos los centros-, en Catalunya hay 115 plazas de ingreso y 393 de día para TCA, claro que el 62% (64 y 255, respectivamente) son en centros privados.

La ACAB critica el déficit de plazas públicas, dado que el coste de un tratamiento de TCA va de 1.100 a 3.900 euros mensuales (según las terapias) y la única ayuda para pacientes no atendidos en la sanidad pública es la cobertura de parte del gasto por algunos seguros escolares.

Además, la ACAB reprocha que las unidades hospitalarias (las hay pediátricas, de adultos y mixtas) dejan zonas de Catalunya sin cobertura cercana, lo que obliga a las familias a traslados prolongados. Esto, la falta de ayudas, la dificultad de detección y la escasez de plazas de terapia hacen que se dé una ruptura del tratamiento a los 18 años y se cronifiquen cada vez más casos en mayores de 25 años. Estas personas carecen de atención.

La calidad de la atención tampoco se cree suficiente. La ACAB calcula que la ratio de profesionales especializados por usuarios varía y, casi siempre, es baja. Los usuarios se quejan de que el tratamiento es corto, faltan terapias individuales, y hay largas listas de espera. Muchos centros derivan a los pacientes que sufren otro trastorno o adicción y no se les trata los TCA. Según la ACAB, el Departament de Salut tampoco los considera trastornos severos, lo que impide una atención como el seguimiento de quien falte a las visitas.

Salut presentó un plan en 2005 para atender los TCA en que prevé ampliar las plazas especializadas para casos graves y pretende que los casos fueran diagnosticados y atendidos en lo posible en centros de atención primaria y CAP mentales. La ACAB no quiere juzgar este modelo hasta ver cómo funciona ya que no todos los casos requieren ingreso. Pero Guàrdia señaló que dadas las lagunas en la atención especializada habrá otras mayores en los CAP por la saturación. "Parece que se quiere simplificar una patología que cada día es más compleja", dijo.

LA VANGUARDIA - 02/06/2006

Los trastornos más usuales

ANOREXIA. La anorexia y la bulimia se consideran trastornos mentales de comportamiento. El miedo a engordar, la falta de autocontrol sobre la alimentación y los pensamientos llevan a que la salud se resienta por la mala nutrición y, a veces, a la depresión. Quien sufre anorexia está obsesionada con su peso, su visión de sí misma está condicionada por la de su cuerpo y la visión que tiene de éste le hace querer mantener (con ayuno, ejercicio, vómitos, uso de laxantes...) un peso muy inferior al normal. Afecta en el 90-95% a mujeres. Cuando más, entre los 12 y 17 años.

BULIMIA. Es la ingesta excesiva de alimentos que se compensa después con vómitos, el uso de laxantes o dietas muy restrictivas. Afecta sobre todo a mujeres - más entre 18 y 20 años- y a veces arranca de la anorexia.

ATRACONES. Comparte síntomas de bulimia y va en aumento. La persona se da atracones y vomita. O, si no lo hace, deriva en obesidad mórbida.

COMEDOR NOCTURNO. Comparte también síntomas de otros trastornos. La compulsión por comer hace que la persona se levante por la noche.

ORTOREXIA. Obsesión patológica por la comida biológicamente pura. Preocupa tanto qué comer, con los valores vitales girando en torno a esto, que lleva a una absoluta dependencia y, paradójicamente, a dietas restrictivas que provocan desequilibrios dietéticos.

VIGOREXIA. Algunos la llaman anorexia masculina, aunque también se da en chicas. Es un desorden de la visión de uno mismo: se quiere un cuerpo musculado (para verse atractivo) y nunca se ve suficiente. La obsesión provoca horas de ejercicios y dietas desequilibradas, completadas con anabolizantes u hormonas. Perjudica, como los otros trastornos, la vida laboral y relaciones personales.