Jannis Kounellis, artista contemporáneo, padre del arte povera
"La globalización cultural que nos venden produce ligereza"
IMA SANCHÍS  - 15/02/2008 LA VANGUARDIA

Nací en 1936 en El Pireo, Grecia, y vivo en Roma. Casado, tengo un hijo y una nieta. Hoy los políticos carecen de prestigio y de idea del poder, y el poder, como la pintura, es unidad. Creo en la fuerza determinante y en que a través de la lengua creadora se crea un universo.


¿Cuál es el punto de partida?

Cuando a los 18 años abandoné Grecia y me fui a Italia había un porqué, y ese porqué ha diseñado toda mi vida.

¿Y el antes?

Guerra civil y todo eso.

¿No le marcó?

Me violentó, pero no me detuvo. Yo quería ir a Italia porque al icono bizantino de una Virgen le falta la carne, y yo quería encontrar a la Virgen reencarnada de Tiziano que como modelo tenía a una prostituta.

Así que partió en busca de la Madonna.

Todo eso se traducía en la búsqueda de un camino liberal. Esa apertura me permitió ser dialéctico. En realidad, fui en busca de la promesa de que los otros tienen razón, una razón que se puede compartir.

¿Y qué ha aprendido de los otros?

A través de la lengua, de la creación, pude descubrir una unidad a pesar de las diferencias. Las diferencias son el pan y el agua de la dialéctica, es una diferencia abierta.

¿Adónde le ha llevado?

Cuando expongo en un museo, el marco de mi obra es el propio museo. El pintor de caballete vivía dentro del cuadro, salirse de ese orden es algo muy distinto. El inicio del renacimiento es ideológico, basta con ver una crucifixión: la cabeza de Cristo, hasta entonces inclinada, se pone en gloria.

¿En gloria?

Sí, recta, levantada. La idea de la sombra, la perspectiva, todo eso no es algo óptico sino ideológico. Yo parto de ese punto para dar significado a mi propia libertad.

Entonces, lo de arte pobre es un calificativo equivocado.

No es equivocado, porque efectivamente participé, pero mi punto de partida fue el renacimiento, que fue la primera formalización de la crítica moderna, aunque nunca abandona lo antiguo, y yo tampoco. Lo antiguo es un pozo que se expande hacia la modernidad.

Utiliza plantas, piedras, carne, hierro, carbón, loros, caballos, ¿qué significa?

No lo sé, es una intuición. Las señoritas de Aviñón es un cuadro revolucionario, pero la gente llega después, y así debe ser, porque si llegara antes sería populismo. Las motivaciones reales vienen de una voluntad lingüística, es decir, de expresión, y esta es la revolución que un artista puede ofrecer.

¿Sus grandes pedazos de carne colgando vienen de la tradición, de lo antiguo?

Sí. Todos venimos de algún lugar, pertenecemos a alguna cultura y somos portadores de libertad por ello; el resto es folklore.

¿Qué piensa del ser humano?

Que su alma es positiva. El hombre ha producido cosas, como el nazismo, que tienen que ver con la decadencia de toda una cultura, la occidental. Un niño que crece con esos horrores es una víctima, pero pese a ello la cultura puede crear equilibrio social.

¿Cuál es su percepción del hoy?

La globalización cultural que nos venden produce ligereza y nos aleja de la realidad. Falta identidad, ¿qué identidad puede tener un poeta globalizado?, ¿cómo se puede escribir un poema de Beckett sin pertenecer a nada? Un poema no nace de la nada. Para contar una aventura debes tener una lengua, y si no la tienes, no eres un poeta.

¿Qué ha sido lo más difícil en su vida?

Nada. Cuando me afinqué en Italia sabía que ese era el primer peldaño para poseer una mentalidad con la que leer el mundo. Siempre voy a los sitios a hacer algo concreto, a compartir con otros que he escogido.

No le gusta la aventura, veo.

Me gusta esa aventura, la de que el otro me diga a mí o yo diga al otro; no quiero sentirme perdido en la multitud: sé que es hermoso, pero a mí no me basta.

Pero no sabía con qué iba a encontrarse cuando fue a dar clases a Alemania.

Estuve nueve años de profesor en la academia de Dusseldorf y siempre di mis clases con intérprete. Y no se trata de que no quiera aprender otra lengua, soy incluso capaz, pero considero que la lengua pertenece a una lógica y que cuando hablas una lengua hablas a propósito de esa lógica.

¿Qué merece la pena en la vida?

A mí me gusta el dinero, pero no daré algo esencial por dinero. Me gusta esa fantasmagoría que es la creación y que me empuja a hacer un nuevo trabajo.

¿Qué ha significado el amor?

La noche en que Joyce tuvo la primera cita con su mujer, que comenzó su pasión amorosa, empezó a escribir Ulises, una obra que le llevó diez años. Eso me conmueve porque determina la relación hombre-mujer en una tradición cultural que ve a la mujer fundamental a propósito de la construcción.

¿A qué se dedicaban sus padres?

Él era marinero y ella, sin éxito, era música.

¿Qué tiene de ellos?

Tengo de mi abuelo paterno que a los 17 años se fue a América y se hizo americano. Luego, cuando era un anciano, volvió a Grecia y se casó con mi abuela, que tenía 18 años, e hicieron diez hijos. Eso me gusta, es una vida verdadera, aventurera, hay voluntad. Partir, ser otro, y volver para comenzar de nuevo, no renunciar a nada.

¿Usted volverá a casa?

Mi Ítaca es Roma, es así; el problema lingüístico me tiene junto a Italia.

Pero la lengua es la de la madre.

Esa no basta, tu lengua es la de la construcción, de la lucha, del amor, y está más allá. Pero le reconozco que siempre que vuelvo a Grecia me emociono…, por poco tiempo.

viernes, 15 de febrero de 2008
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La Contra| página nº 84
 
"La globalización cultural que nos venden produce ligereza"
Hombre laberíntico

Quien la vio la recuerda, una obra que consistía en cuartos de carne cruda putrescente de vacuno colgada a la altura de las narices (Barcelona 1989). Diez años antes, en Roma, expuso doce caballos vivos. También utiliza carbón, hierro, sacos, plantas, telas, abrigos... Dicen que en su poética contrapone la vida a la muerte, lo natural a lo industrial, sin perder la línea de lo clásico. El renacimiento, dice él, es su punto de partida. Sus trabajos pueden contemplarse en los mejores museos e instituciones del mundo y esta considerado uno de los grandes maestros del arte contemporáneo y líder del arte povera. Pasear con él entre sus sábanas colgadas (galería Carles Taché) es entrar en un laberinto.

Toni Perulles i Rull. Recopilación para la Educación Superior de la Facultad de Educación. 15-02-2008.