Ramin Jahanbegloo, encarcelado en el 2006 por instigar la revolución de terciopelo en Irán
"El sentido de la filosofía es dejar sin sentido a la violencia"
LLUÍS AMIGUET  - 08/07/2008

Tengo 46 años: toda mi vida he soñado con lograr para el mundo la misma tolerancia que disfruté en mi familia. Nací en Teherán y he vivido entre Irán y Occidente. Agnóstico. Mi política es la no violencia. Soy profesor invitado en la UPF y autor de Elogio de la diversidad

En abril del 2006 estaba en el aeropuerto de Teherán para volar a Bruselas cuando se me acercaron dos secretas de la Savama y me pidieron que los acompañara.

¿Se esperaba la detención?

Creí que iba a ser una mera retención como otras veces, pero esa vez me taparon la cabeza con mi abrigo, me encocharon y me llevaron a la prisión de alta seguridad de Evin.

¿Le torturaron?

Estuve 155 días aislado en una celda de dos metros de ancho por cinco de largo con una colchoneta como única comodidad. Durante 50 días fui interrogado tres veces al día.

¿Qué querían averiguar?

Me acusaban de preparar una revolución de terciopelo en Irán.

¿Por qué?

Porque yo me había distinguido por fundar la revista Diálogo y promover el diálogo entre iraníes y ciudadanos de otros países.

¿Y eso le hacía a usted peligroso?

Creo que cada uno de nosotros puede contribuir a evitar las guerras - que no son más que la continuación de los negocios por otros medios- si nos interesamos por los ciudadanos como nosotros de otros pueblos y otras culturas y simplemente hablamos con ellos.

También están las diplomacias.

Son importantes, pero de otra época: hoy cada uno de nosotros puede volar y visitar y conocer a quienes los políticos tachan de "enemigos" . Donde un desalmado pone un prejuicio racista, allí debemos estar los ciudadanos libres del planeta respondiéndole con una buena conversación entre todos.

¿Y sólo por decir eso le encarcelaron?

A ellos mis propósitos no les parecían nada inocentes. En mi interrogatorio, los comisarios me acusaron de "hablar demasiado con extranjeros y de promover el diálogo".

Parece que les aterra que hablemos.

Un día mis carceleros me dieron papel y lápiz para que escribiera mis "confesiones".

¿Y qué escribió usted?

Un libro de aforismos, lo titulé: Mining winter,tradúzcalo usted como quiera.

Se me ocurre Días de hibernación.

Quise dar un sentido a mi sufrimiento.

Así el sufrimiento tiene un sentido.

"Los humanos - escribí- no necesitamos humillar a los humanos para sentirnos más fuertes".

Tiene usted toda la razón.

El único sentido de la filosofía es dejar sin sentido a la violencia.

¿No odiaba usted a sus carceleros?

Pedí un ejemplar del Corán. Y mi mujer consiguió hacerme llegar la biografía de Gandhi, y, aunque mi tesis en la Sorbona ya fue sobre no violencia, volvió a inspirarme: mi victoria fue que no lograron que los odiara.

¿Cómo lo consiguió?

El Dalai Lama también me ayudó mucho: fui a verle dos veces a su destierro.

¿Por qué le soltaron?

No lo sé. Tampoco sé por qué me detuvieron. No tuve ni un juicio ni abogado. Pero fui liberado bajo fianza: tuve que cederles la casa de mi mujer y la de mi madre.

Quienes empiezan hablando de Dios acaban siempre hablando de dinero.

Cuando salí, mi mujer me enseñó los periódicos e internet: vi los miles de apoyos de todo el mundo y lloré. ¡Gracias!... ¡Y también a La Vanguardia,que me apoyó!

¿Irán es un peligro para el mundo?

Irán no es Albania. No está aislado. Irán es Hizbulah en Líbano, Hamas en Palestina, los chiíes en Iraq: un actor de peso en Oriente Medio. Y está jugando sus cartas.

¿La bomba atómica?

Eso es parte del juego, pero ahora mismo no la tiene: carece de la tecnología nuclear.

¿Le gustaría tenerla?

¡Claro! Como muchos países, sigue prisionero de la retórica de la guerra fría: creen que con la bomba les harían más caso.

¿Y no es así?

La nueva economía mundial y la evolución de la humanidad han dejado esa retórica obsoleta. Las reglas del juego han cambiado, pero es mejor que en Oriente Medio los países sigan jugando ese viejo póquer del poder y la estrategia a que cojan las pistolas.

¿Por qué se empeña usted en que los ciudadanos del mundo hablemos?

Mi padre era economista de la OPEP y mi madre, dramaturga. Mi casa siempre fue un foro intelectual. Siempre añoro aquella atmósfera. Tuve una educación cosmopolita.

Pero la revolución iraní fue integrista.

Todos esperábamos que el sha, ya enfermo, cayera por una revuelta nacionalista o izquierdista, pero la religión iba haciendo su trabajo silencioso. Y las mezquitas articulan la vida de Irán; las mezquitas y el bazar: los ayatolás son hijos del bazar.

¿En qué sentido?

Los comerciantes odiaban al sha por sus corruptelas, pero también temían al nuevo capitalismo y a las grandes inversiones. Todos éramos antiamericanos y la CIA nos daba argumentos con sus continuas torpezas.

Pero se impuso un régimen teocrático.

Una reacción antiglobalización - entonces decíamos anti-USA-:Irán se llenaba de minifaldas, turistas, multinacionales y bases estadounidenses y nos sentíamos colonizados. El sha era un títere corrupto. Millones de iraníes apoyaron la revolución y después muchos hubieran querido que no fuera tan lejos.

¿Y hoy?

Hace ya 30 años. Hoy cada uno intenta vivir su vida al margen del Gobierno, como en tiempos de la dictadura del sha.

martes, 08 de julio de 2008
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La Contra| página nº 60
Hacia fuera

Ramin pasó 155 días encerrado en una celda de 2x5 metros sin juicio ni abogado, interrogado tres veces al día bajo acusaciones como "hablar demasiado con extranjeros" y atemorizado por la posibilidad de años de cárcel. Y, sin embargo - doy fe-, en nuestra larga conversación no tuvo ni un segundo de desprecio, sarcasmo ni mucho menos odio hacia sus carceleros. Su análisis de Irán - lamento la falta de espacio- fue objetivo y lúcido y provocó al oírlo más animadversión en mí hacia los tiranos de su país que la que él mismo alberga. Frente a los despotismos sucesivos, los iraníes - sabios y antiguos- han aprendido a vivir hacia dentro, y Ramin, a vivir hacia fuera. Por el diálogo y la paz.

Recopilado por Toni Perulles i Rull para los estudiantes de la Facultad de Educación de la UNED. 8-07-2008.