María de los Ángeles Giaquinta nos escribe este comunicado:

Lo que para mí sintetiza lo que es el maestro

Lo siguiente está tomado del libro de Azzi MS y Collier S Astor Piazzolla, su vida y su música. Editorial El Ateneo. Buenos Aires, 2002.Capítulo 3 “El camino a París 1944-1955” pág 81-111

París... y Nadia Boulanger
El premio Fabien Sevitzky le agenció a Piazzolla una beca del gobierno francés por un año... la maestra de Astor en París sería Nadia Boulanger, legendaria mentora de compositores – entre ellos Aarón Copland, Virgil Thomson, Jean Françaix y Lennox Berkeley – y amiga íntima de Stravinsky...

Después de las primeras clases... ella empezó a sentir que algo faltaba en las partituras que Astor le mostraba. Es probable que también haya escuchado la grabación que él le dio de Buenos Aires la obra premiada. “Esta música está bien escrita”, le señaló, “pero le falta sentimiento”... Por un tiempo Astor quedó descorazonado; se lanzó a caminar por las calles de París y
volcó su desconsuelo en los amigos; pero pronto ella lo sacó de su malestar preguntándole qué música tocaba en la Argentina. Astor admitió a regañadientes que tocaba tango. “¡Esa música me encanta!”, exclamó Nadia. “Pero usted no toca el piano... para interpretar los tangos”, agregó. “¿Qué instrumento toca?” Una vez más, a duras penas se atrevió Astor a confiarle que tocaba el bandoneón. Ella lo tranquilizó... Finalmente lo persuadió para que ejecutara uno de sus tangos en el piano. Él eligió “Triunfal”. En el octavo compás ella lo interrumpió, lo tomó de las manos y le dijo con firmeza: “No abandone jamás esto. Esta es su música, aquí está Piazzolla”.

Cada vez que en su vida posterior él recordaba ese momento, lo describía siempre como una epifanía: “Me ayudó a encontrarme a mí mismo”.

Porque él renegó del bandondeón, y quiso ser pianista clásico... hasta el encuentro con su maestra Nadia...

¿Qué es el maestro? Aquel que ayuda a descubrir talentos dormidos, que despierta capacidades ocultas, que ayuda a crecer en el aprendizaje.En definitiva, el que forma, el que guía y acompaña el encuentro con uno mismo.

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