POSADAS · ESCRITORA
"La mayoría de los hombres son 'casi'"
LLUÍS AMIGUET  - 06/07/2007 LA VANGUARDIA

Tengo 54 años: al tiempo lo puedes engañar, pero sólo un tiempo. Nací en Uruguay, hija de diplomático, y vivo en Madrid desde hace 40 años: cofundé Sudacas Unidas. Hemos matado a Dios, pero cada vez adoramos más a las imágenes. Me gusta Sarkozy: ha devuelto el orgullo a Francia; en cambio, Royal, muy mona, sí, pero nada

- Usted me dijo una vez que le gustaban los hombres con poder...

- Siguen gustándome: al calor del poder, surgen relaciones sólidas... ¿Por qué no?

- Mujer: ¡qué poco romántica!

- Soy realista. Lo de "si tú me dices ven, lo dejo todo" está bien, pero para los boleros.

- ¿Reduce el amor a frío cálculo?

- ¡Qué va! Si precisamente tengo problemas de afecto: sufro el síndrome de Rebeca. El recuerdo de una relación anterior dificulta mis relaciones presentes.

- ¿Busca una pareja igual a la perdida?

- Recuerde la Rebeca de Hitchcock: el fantasma de la anterior esposa, Rebeca, se interpone entre la protagonista y su marido.

- Y un muerto es un rival imbatible.

- El fantasma siempre gana, porque cuando perdemos a alguien, tendemos a idealizar su memoria y él ya no está aquí para desmentirnos ese recuerdo ideal con sus actos reales.

- Usted es viuda de Mariano Rubio...

- Sí, y fui su mujer durante once años y antes de perderlo no sufrí el dichoso síndrome. De hecho, mi primer marido no tenía nada que ver con Mariano: era joven, guapo, jugaba bien a tenis y era un campeón de esquí...

- Ya casi le tengo manía.

-... Pero nuestra relación fue una catástrofe. Y al dejarlo no sufrí ningún síndrome.

- ¿Y ahora...?

- Tengo una relación de living apart together. Aparte de eso, no es fácil relacionarse.

- Yo la suponía a usted muy solicitada...

- Las mujeres de un cierto éxito sufrimos el problema de los hombres casi.

- ¿Casi qué...?

- Casi, a secas.

- No sé si le capto...

- Una mujer de éxito se puede permitir veleidades pasajeras mientras encuentra a un hombre de éxito que esté verdaderamente a su altura, pero lo que es imperdonable es que entable una relación duradera con un casi.

- Casi me tiene usted asustado.

- Los casi son esos chicos que no están mal, pero tampoco son para tanto... Son casi hombres de éxito: casi escritores famosos, casi periodistas de relumbrón, casi médicos de prestigio, pero sólo casi.

- Pobres chicos... si se esfuerzan...

- Pues sí, pero la mayoría de los hombres son casi.Ylo peor es que las que ya son mujeres de éxito son conscientes y acaban por hacerlos conscientes a ellos.

- ¡Qué le vamos a hacer!

- Así que las mujeres de éxito no lo tenemos fácil para encontrar pareja. Hay quien opta por liarse directamente con un cacho de carne... Como la Obregón.

- No me diga nombres...

- Están en la mente de todas. Son mujeres de éxito que, puesto que no encuentran al hombre de éxito, renuncian al casi y van ya directamente a por el cuerpo. Otra posibilidad es la de la ultramillonaria que todos conocemos que ha optado por un aristócrata, de rancia alcurnia, sí, pero aburrido y genéticamente muy discretito, la verdad.

- Es otra opción.

- Es emparejarse de cara al escaparate. Estar en el escaparate empieza por ser un medio para el éxito y acaba por ser el fin. Yo, si tengo que elegir entre quedar bien con la galería o ser feliz, casi me quedo con el casi.

- Si es limpio y trabajador...

- Ya sé que todas estas reflexiones pueden sonara frívolas...

- Pues casi que sí.

-... Pero reflejan la triste realidad de la condición femenina que la modernidad apenas ha modificado: se supone que las mujeres se realizan y progresan en la esfera de lo privado matrimoniando hacia arriba, mientras que el hombre acapara lo público y se le permite matrimoniar hacia abajo.

- Ya, pero también existe diferencia entre ser un hombre público o una mujer pública.

- Los dos lo son porque quieren. No haga caso de los que se quejan del acoso de la prensa. Créame, quien está en el rollo del famoseo es porque espera sacar algo de él.

- Supongo que porque funciona.

- Sí, porque si no te pones a tiro, no sales.

- Usted fue presa habitual de paparazzi.

- Toda una tribu. Algunos dormían en furgonetas frente a mi casa.

- Hay gente para todo.

- Un día estaba yo esperando a un periodista muy serio para hablar de mis libros, cuando llamó a mi puerta uno de aquellos paparazzi que hacían guardia frente a la puerta...

- ¿Lo identificó usted como tal?

- Lo creí el periodista serio, al que aún no conocía, y le dispensé una acogida amable.

- El chaval, encantado, supongo.

- Estaba emocionado. Hasta que le propuse que empezáramos la entrevista.

- ¿Hubo entrevista?

- Se quedó un poco parado al ver que lo confundía. Entonces me explicó que había llamado a mi puerta porque, como llevaba tantas horas frente a mi casa, para entretenerse había escrito una pequeña novela...

- ¡Qué tierno!

-... Y venía con el manuscrito para que yo le echara un vistazo y le diera mi opinión.

- Y...

- Era malísimo.

- Lástima.

- Le dije que lo intentara de nuevo con más disciplina: escribir bien es una vida.

- ¿Y usted se aplica el cuento?

- A veces me han preguntado si yendo a tantos cócteles tenía tiempo para escribir. Lo que le decía del éxito en la mujer.

- Yo no iba por ahí.

- Cada día escribo de las ocho a la hora de comer. Lo de la bohemia es un mito. No conozco escritor bueno que no trabaje mucho.

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La Contra | página nº 68
 
EMPAREJARSE

Se sorprende Carmen Posadas de que, cuando habla de sus 27 libros traducidos a 21 idiomas, la miren como si hablara del tiempo y suelan atajarle: "Bueno, bueno, Carmen, pero de novios... ¿qué?". El potencial femenino de emparejamiento al alza es lo que cotiza en los medios del corazón, donde, en cambio, se desatienden los logros de la mujer y su libertad creadora, para ensalzar sólo su vida en pareja. De ahí, el toque de amargura de la observación sobre los hombres 'casi' que Carmen Posadas me hace al recibir el premio Gaudí Gresol. Posadas acierta, porque cuando explico su última novela, 'Literatura, adulterio y una Visa platino', hay más interés por su alcoba que por su obra, elogiosamente reseñada en cambio - y sin citar novios- en 'The New York Times'.

Recopilación por Toni Perulles i Rull para fines académicos en la Educación Superior, 6-07-2007.