Vigoroso Sant Jordi

LA VANGUARDIA - 23/04/2006

LA Diada de Sant Jordi convoca de nuevo a la sociedad catalana. Sant Jordi es tradición, civismo y comercio, tres componentes fundamentales del espíritu que desde hace siglos anima a los catalanes. Sant Jordi es la expresión de una manera de ser, o mejor dicho, de la idealización de una manera de ser, puesto que Catalunya no vive al margen de la historia, de sus miserias y de sus tensiones, aunque algunos de sus protagonistas políticos parecen en ocasiones atraídos por una cierta incomunicación con las coordenadas generales del mundo. Sant Jordi es también una extraordinaria feria del libro, como debe de haber pocas.

La celebración de este año coincide con un buen momento de la literatura en Catalunya. Conviene decirlo, aunque esta afirmación sorprenda a quienes se han habituado a conjugar la sustantividad catalana con la lamentación. Aunque la política se haya convertido en un denso quebradero de cabeza, en Catalunya hay bastantes cosas que se hallan en un buen momento, y una de ellas es la literatura. El nivel creativo es óptimo y se mueve en diversas direcciones, como ocurre en todos los momentos de eclosión.

La literatura en catalán se está beneficiando claramente de los efectos de la democracia y la autonomía: las generaciones que han sido escolarizadas en catalán están alcanzado el grado de madurez suficiente para aportar nuevos y novísimos autores, a la vez que el paso del tiempo va esculpiendo la jerarquía necesaria entre los escritores más consagrados. Después de la fuerte eclosión de los años setenta y ochenta, la literatura de Catalunya en lengua castellana también conoce nuevos autores, algunos de los cuales han conseguido una fuerte repercusión internacional, que debiera ser motivo de satisfacción. La lengua castellana - nadie sensato puede ponerlo hoy en duda- es un poderoso vector de proyección cultural en el mundo, que invita a la cultura catalana a la inteligencia: en tanto que cultura hispánica, tiene el derecho, y, añadiríamos, el deber, de aprovechar ese vector sin diluir una personalidad que hoy mostrará todo su vigor y su personalidad en las calles de los pueblos y las ciudades de Catalunya