NORBERTO GALLEGO en LA VANGUARDIA 19/03/2006

Software como servicio: ver para creer
Los clientes ya no están dispuestos a atarse de por vida a un proveedor

Para los grandes del software, todo giro comercial sería una amenaza a las fuentes de su rentabilidad

Algo está cambiando: en lugar del régimen tradicional, emerge la licencia por suscripción

Al derecho y al revés, el acrónimo SaaS suena misterioso, pero su traducción es de lo más banal: software como servicio. En la práctica, expresa un cambio radical, aunque gradual, en el modelo que durante décadas han impuesto los fabricantes de software y que tan rentable ha sido para ellos. Hasta hoy, los programas informáticos se venden como productos acabados, que no lo son tanto puesto que necesitan un contrato de mantenimiento y actualizaciones frecuentes. Esta combinación garantiza al vendedor un flujo de ingresos previsible; desde el punto de vista del cliente, una vez configurado el sistema y entrenado el personal, es problemático cambiar de proveedor. Pero algo está cambiando: en lugar del régimen tradicional, emerge la licencia por suscripción, en la que los programas están alojados en servidores remotos, permanentemente disponibles y periódicamente actualizados.

Según Albert Delgado, analista de la consultora Penteo, "las empresas clientes ya no están dispuestas a atarse de por vida a un proveedor, ni a pagar por cada línea de código que sea preciso modificar. Al mismo tiempo, la influencia del software open source es grande, incluso entre aquellos que nunca se sumarían a él. Otro factor a considerar es la necesidad de reducir costes, que lleva a las empresas a replantearse un modelo que siempre les ha dejado un regusto de insatisfacción". Así definida la cuestión, pudiera pensarse que el modelo emergente es fruto de una rebelión de los usuarios, que tratarían de lograr más flexibilidad. "Lo normal es que en cada empresa haya heterogeneidad de sistemas -dice Delgado -y por lo tanto, reforzar su interoperabilidad es un imperativo económico".

Para los grandes del software, todo giro comercial sería una amenaza a las fuentes de su rentabilidad: no pueden renunciar a las lucrativas licencias perpetuas, pero tampoco pueden aferrarse a ellas indefinidamente y dejar que los advenedizos les coman terreno. En verdad, el viento es impulsado por la industria, no por los usuarios: la competencia se agudiza y es necesario forzar el patrón de crecimiento. Si no lo consigue, la bolsa la castigará.

Un caso típico es Oracle, que ha nutrido su crecimiento absorbiendo empresas -PeopleSoft, JD Edwards, Siebel y otras-lo que le ha permitido enmascarar sus propios límites. Los analistas de Merrill Lynch han calculado que, si detrajera la aportación de las empresas adquiridas, sus ventas de aplicaciones habrían caído un 45% el 2005, lo que a la larga aislaría a Oracle en su negocio tradicional de bases de datos, con bajo crecimiento. Por todo ello, Oracle se esfuerza en el desarrollo de una plataforma coherente, que por lo dicho en los últimos meses contempla la posibilidad de adoptar el modelo SaaS.

Esta no es, en su acepción actual, una fórmula atractiva para los sistemas integrados de las grandes organizaciones, pero sí lo es en aplicaciones puntuales, que necesitan relacionarse con otras dentro del mismo sistema informático o con los de otras empresas. Esto explica que su ámbito preferido sea, por ahora, la gestión de clientes (CRM). En 1998, antiguos empleados de Oracle crearon Salesforce, introduciendo como novedad la venta en régimen de suscripción de esta categoría de software. Siebel, inició una experiencia similar poco antes de ser comprada por Oracle el año pasado.

Según Roger Fulton, consultor de Gartner, "actualmente, el modelo SaaS abarca menos del 10% de las aplicaciones que se venden, pero en un par de años puede superar el 20% de los contratos, hasta llegar gradualmente a desplazar una gran proporción de las licencias del modelo tradicional".

La multinacional alemana SAP, líder del software para gestión integrada de recursos (ERP), sigue su agenda de reconversión al nuevo modelo, y espera completar su plataforma de servicios para finales de este año. Según Gartner, su cuota de mercado en Europa, que era del 41% el año pasado, ganará tres puntos a finales del 2006. Uno de sus proyectos, bautizado Mendocino, desarrolla en común con Microsoft la integración de aplicaciones de ambas compañías, que se venderá por suscripción.

"También Microsoft -opina Delgado -ha comprendido que su modelo tiene el tiempo contado, y que necesita adaptarse. Pero, al mismo tiempo, no puede renunciar a la venta de licencias; será interesante observar cómo compatibiliza ambas estrategias en los próximos años".

Al final, resume el analista de Penteo, en lugar de la concentración que parecía ser la regla dominante, el mercado se encamina hacia una resurrección de los especialistas de nicho.Los líderes no podrán dominar todos los segmentos del mercado, para seguir creciendo dependerán de las pequeñas empresas que desarrollen aplicaciones sobre sus plataformas. Pero también se necesita una evolución del lado de los clientes: "es un cambio cultural pendiente. Los responsables de informática no podrán limitarse a ser jefes de tecnólogos, tendrán que implicarse en los procesos del negocio de cada empresa".

Recogido por Toni Perulles i Rull, 19/03/2006.