Durante la postguerra, los artistas afectos al régimen franquista -o bajo su amparo- tienden a la renovación del academicismo abandonado en los años veinte, obviando las corrientes de vanguardia aparecidas hasta 1939.
Basílica de "El Valle de los Caídos" (1957, España)
Se busca la creación de una cultura y un arte pseudoimperiales, escogiendo como modelo la Alemania y la Italia fascistas. Todo ello se traducía en un neomonumentalismo arquitectónico que recuperó los primeros momentos de la arquitectura regionalista y palatina, huyendo de los modelos vanguardistas de las anteriores décadas.
En este sentido, se optó por la piedra y el ladrillo, y se adoptó el gigantismo, basándose en la arquitectura de El Escorial y en la de los llamados áustrias menores.