El Once de Septiembre de 1714 en Barcelona 

El contingente de Felipe V, formado por más de 20 mil hombres, llegó a Barcelona el 25 de julio de 1713. La ciudad sólo contaba para su defensa con poco más de cinco mil hombres. Ante fuerzas tan desiguales y sin posibilidad de ayuda alguna, era previsible el desenlace. Con todo, Barcelona se preparó para resistir el asedio hasta el final.

En esta resistencia la Coronela -la milicia de los gremios- tuvo un papel muy destacado. La milicia gremial reunió a más de la mitad de los efectivos que defendieron a la ciudad, agrupándolos en 6 batallones y 48 compañías, que se distribuyeron a lo largo del perímetro de murallas. Cada compañía constaba de individuos de un mismo gremio, y si los efectivos resultaban escasos, se agrupaban dos o tres gremios.

El 11 de septiembre de 1714, después de más de un año de asedio y de haber resistido bombardeos y asaltos, la ciudad cayó ante el ataque generalizado de las tropas filipistas, que movilizaron a 35 mil hombres. Después de diez horas de intensa batalla, los atacantes sólo consiguieron romper las líneas en algunos puntos, y fueron contenidos en la mayor parte del frente. Al final, no pudiendo más, la ciudad capituló.