"Al estallar la guerra, mi padre se fue al frente y en casa no había comida para todos; así que nos llevaron a los cinco hermanos a una institución del Gobierno por si se podían ocupar de alguno. Me escogieron a mí porque era el más débil. Con 10 años, apenas pesaba 20 kq. y además me detectaron un problema en el corazón." (Francisco Mansilla, Madrid).

"Aparecía gente asesinada por las cunetas. A comprar el pan iba con mi tía a El Llano, pasando por un lugar donde éramos un blanco perfecto para las ametralladoras. Nos arrastrábamos por la cuneta, nos colocábamos diversas veces en la cola, porque sólo daban medio kilo y éramos siete a comer."
(Isabel Álvarez, Gijón).

"(Después del bombardeo), dentro de la Escuela Milà i Fontanals el silencio era impresionante. El zócalo del edificio aparecía como roído por los impactos de la explosión. A lo largo de este zócalo había seis personas en el suelo: un chico y cinco cuerpos grandes. Estaban muertos (…) Llegó la madre enloquecida del chico muerto, y habríais visto su desesperada lucha, estirando el cuerpo del hijo que un hombre también estiraba por su parte, dispuestos a no dejárselo coger. Hasta que todos los esfuerzos de la madre fueron inútiles, y acabó viendo el cuerpo del hijo amontonado encima de otros cadáveres en el camión que se los llevaba a todos hacia el depósito del Hospital Clínico."
(Josep Miracle, Barcelona).

"En la colonia infantil de Tossa de Mar, por turno, de dos en dos, las niñas más grandes ayudábamos en la enfermería. Con unas pinzas arrancaba las costras de tiña de una niña pequeña y le lavaba con agua. La sarna contagió a muchos niños y los aislaron en una sala. Los untábamos de azufre."
(Rosa Izquierdo, Barcelona).

"Cuando fueron a detener a Justa Mir, su hijo lloraba y ella le dijo: Lenin, ven, hijo mío.' Los policías le dijeron: '¿Qué ha dicho usted, el niño se llama Lenin? Cogieron al niño por las piernas y le estrellaron la cabeza contra la pared."
(Julia Manzanal).

"Nos metieron en trenes de ganado para trasladarnos del campo de concentración. Y los niños murieron porque los dejaron en pleno sol. Unos guardias civiles se acercaron y dijeron: "¡Qué mal huele!" Y les dijimos: "porque hay mierda y dos niñas muertas". Y entonces las madres tuvieron que abandonarlas en el andén y entrar otra vez en el vagón para conducirlas presas a Madrid."
(Juana Doña).

"En prisión siempre estaba de la mano de mi madre. Sólo nos separaron una vez, pero fue para separarnos definitivamente. Me sacaron de la prisión y me metieron en un tren con otros niños sin que las madres lo supieran. A mi madre le dieron una paliza y la tuvieron que encerrar porque se puso como una loca porque se le habían llevado a su hija."
(Teresa Martín).

"Las de Auxilio Social nos juntaron y nos dijeron que éramos escoria, que éramos hijas de horribles rojos, asesinos, ateos, criminales, que no merecíamos nada y que estábamos por pura caridad pública."
(Francisca Aguirre).

"Me mentalitzaban para que fuese en contra de mi padre y de la España democrática y republicana. Tenía que ser como ellos, como los vencedores. Toda mi educación ha sido el 'Cara al sol'. Me robaron la infancia, me mataron el año 36. Soy un muerto en lo que respecta a lo que iba a ser."
(Uxenu Álvarez).

Testimonios