A pesar
de sus logros, la gimnasia española todavía estaba
bastante alejada del nivel alcanzado por muchos otros países
europeos, en este sentido el trabajo que le quedaba al joven gimnasta
era indudablemente intenso. A partir de los 14 años decidió
incrementar su ritmo de entrenamiento, su carácter analítico
y detallista lo convirtieron en el líder indiscutible entre
sus compañeros gimnastas de la calle Padua donde su padre
regentaba un gimnasio, mientras, dispuso del apoyo incondicional
del su padre, quien fue el primer preparador, como de muchos otros
profesionales y técnicos los cuales fueron mejorando su
capacidad y formación técnica. En cuanto a sus éxitos
deportivos pronto se consolidaron en el ámbito catalán
y español, pero la situación política i económica
española durante los años cuarenta y cincuenta no
permitían ensalzar demasiado el deporte y cualquier éxito
era resultado del sacrificio y esfuerzo personal de individuos
entregados al deporte. Los éxitos a nivel internacional
comenzaron en los años cincuenta, en el encuentro entre
Barcelona i Carcassona, donde llegó a ser campeón;
su participación en el Forum Internacional tendrá
en estos primeros años, el objetivo de acercarse a los
grandes gimnastas europeos, a seguir el análisis minucioso
de las técnicas empleadas, el rigor dietético i
todo lo que consideraba necesario para estar en la élite
del deporte. De hecho, la olimpíada Helsinki (1952) fue
el primer gran reto para Joaquim Blume abriéndose camino
desde aquel momento en la escalada europea. El viraje de las relaciones
internacionales españolas, el acercamiento a los EUA y
la reapertura de relaciones internacionales facilitaron indiscutiblemente
el cumplimiento de sus objetivos con su talante afable, llano
y a la vez conocedor de diferentes idiomas.
A pesar de que el resultado de estas primeras competiciones fue
discreto pronto irían abriéndose paso en la Copa
de Europa y más tarde en los II Juegos del Mediterráneo
donde un equipo de 8 gimnastas formados en Cataluña defendieron
la presencia española, (1955) en el Estadio de Montjuïc
y en el recientemente inaugurado Palau Municipal d'Esports. Fueron
estos juegos los que dieron testimonio de la brillantez del gimnasta,
cosa que generó un especial interés entre los seguidores
deportivos y los medios de difusión.
Sus retos pusieron el listón en la preparación de
les Olimpíadas de Melbourne de 1956, pero la retirada de
España de la Competición como protesta para la intervención
de la URSS en Hungría desestimó los esfuerzos, las
aspiraciones e ilusiones que había puesto en aquel objetivo,
y a pesar del desencanto, pronto se propondrían nuevos
objectivos y participó en diferentes competiciones en Barcelona,
en el torneo de las " Ocho Naciones".
Aquel mismo año participó en la "I Copa de
Europa" es famoso su "Cristo", ampliamente difundido
por la calidad plástica y perfección del ejercicio.
Japón y EUA abren nuevas oportunidades en el año
1957, cuando viaja a EUA y Japón donde participará
en numerosas competiciones deportivas y como siempre aprovecha
para conocer los métodos técnicos empleados por
aquellos destacados equipos.
El título de Campeón de Europa lo convirtió
en uno de los grandes talentos de la gimnasia y lo seguía
demostrando en todos los torneos y competiciones donde se presentaba.
Lamentablemente todos los éxitos se vieron truncados por
el desenlace fatal de un accidente de aviación el 29 de
abril de 1959.