“Nosotros como nuestra población está a seis horas de Barcelona estamos ostigados por ambos Exercitos, hemos tenido algunas invasiones del Enemigo que han debastado la villa y sus comarcas a mas de esto lleva ya este Vallés o pahís pasadas ya de 47 pasadas del Exercito Enemigo, de modo que assí como antes era un puño de oro, por el grande trabajo de fabricas y cultivos, ahora es el pahis mas misero por tener que fugar(se) la gente muy a menudo y no poder trabajar ni cultivar; y ahora se agrega otro motivo, pues des de la toma de San Fernando por nuestras armas ha aumentado el Enemigo muy mucho la guarnición de la Capital de Barcelona, y como ahora este pahís está abierto (pues las pocas tropas que estaban a la línea del Llobregat todas han partido al auxilio de Tarragona) se valen los vándalos de esta ocasión sorprendiendo de noche a las poblaciones, y llevándose los sugetos de mayor figura encerrandolos a la Ciudadela y entonces para su rescate se hacen pagar 20, 30 o 50 mil duros, según la población, y luego les imponen la contribución mensual muy cargada (…)

Para evitar toda sorpresa hemos resuelto quasi todos los fabricantes abandonar nuestros hogares y apartarnos con nuestras familias a otras poblaciones, y unos de otros bien esparramados (…), bien que una vez la semana todos vamos a dar una vista a nuestras casas y nos correspondemos para tratar de nuestros negocios y hace ya unos dos meses que desenparamos la Villa y solo en casa han quedado los operarios y el mayordomo para dar con que trabajar a los pobres y no tienen en ella otra cosa que la lana mas precisa para la operación y los paños mas necesarios, y en haviendo alarma alguna se carga todo y se lleva a la montaña. Don Francisco esto no es vivir!”

(Carta del fabricant de Terrassa Joaquim Sagrera i Domènech, de 3 juny 1811. Citat a: Cardús, S., Història de la guerra napoleònica a Terrassa. Terrassa, 1962, pp. 110-111)