Es por ello que el pantocrátor, también románico, del Panteón de los Reyes de la iglesia de San Isidoro de León se rodea de un tetramorfos en el que cada uno de los cuatro vivientes adopta una imagen en la que se combina un cuerpo humano con la cabeza del animal correspondiente:
![]()
Algunas teofanías plasman esta relación simbólica entre los tetramorfos y cada uno de los evangelistas de una forma más explícita. Junto al pantocrator y al tetramorfos figuran se representan cuatro figuras humanas escribiendo. Se alude pues en estos casos a los cuatro evangelistas no sólo a través de los sus símbolos (león, toro, ángel y águila), sino haciéndolos figurar además en su aspecto humano.
Así ocurre, por ejemplo, en el tímpano de la puerta del Sarmental de la catedral de Burgos:
![]()
Figura en el centro el pantocrator. Se dispone del modo habitual en el románico, sosteniendo el libro y en actitud de bendecir. Como en Arles figura coronado. En torno a él el tetramorfos. Aquí la principal novedad radica en la presencia de cuatro figuras humanas sentadas ante un escritorio. Se trata de cada uno de los cuatro evangelistas. A cada uno de ellos se le representa inclinado sobre su mesa de estudio ocupado en la tarea de escribir su evangelio y acompañado de su símbolo correspondiente: San Juan con el águila, San Marcos con el león, San Mateo con el ángel y San Lucas con el toro. Esta tendencia a humanizar las figuras de los evangelistas está en consonancia con la tendencia que manifiesta el arte gótico (la portada del Sarmental se esculpió en el siglo XIII, en el momento de plenitud del gótico en el reino de Castilla) a un mayor realismo en las formas y a una progresiva humanización de los temas.