![]() Asteroides Ida y Dactil fotografiados por la nave Galileo. (NASA)
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Los cráteres de impacto son
estructuras geológicas que se producen cuando un gran meteorito,
asteroide o cometa choca contra un planeta o un satélite. Todos
los cuerpos interiores de nuestro Sistema Solar han sido fuertemente bombardeados
por meteoritos desde su formación. En la Tierra, los cráteres
son continuamente borrados por la erosión o por la actividad tectónica.
El metamorfismo que provoca el choque de un meteorito, que produce altísimas presiones, es muy superior al que pueden producir otros agentes geológicos. Antes de 1960 se pensaba que todos los cráteres tenían origen volcánico. Los cráteres de impacto de diámetro más grande tienen una morfología más compleja que los de diámetro más pequeño No todos los meteoritos producen cráteres. La mayor parte se queman al penetrar en la atmósfera. Muchos estallan en pequeños fragmentos que caen al suelo. Los que caen en la Antártida tienden a acumularse en ciertas regiones donde el hielo se sublima a causa de los fuertes vientos que soplan (diagrama de Davis Meltzer): Los impactos meteoríticos más grandes pueden llegar a borrar todo tipo de vida de la Tierra. De hecho, es muy probable que el final de la era Secundaria, con la desaparición de los dinosaurios y de muchas otras especies, haya sido provocado por el meteorito que produjo el cráter Chicxulub. |