Aprendiendo a querer


Ángeles y demonios

"One of these mornings
You're going to rise up singing
Then you'll spread your wings
And you'll take to the sky."

Summertime
George Gershwin



     Desde siempre, he creído en la existencia de los ángeles. De hecho, aparecen muchas veces en la Biblia, como protectores y mensajeros, como el  que anunció a María que había sido la escogida... Desde muy chica, recuerdo a mi madre recitándome la oración al ángel:

"Ángel de la guarda,
dulce compañía,
no me desampares,
ni de noche ni de día,
no me dejes sola,
que me perdería."
Jamás se ha borrado de mi memoria. Luego también se la enseñé a mis hijas. Siempre he creído que hay muchos ángeles, pero que tengo uno especial.
Llegó a mis manos un libro titulado "Platicando con mi Ángel de la Guarda". Me pareció interesante y lo comencé a leer. Al llegar a una parte donde da una serie de consejos para tener comunicación con tu ángel, pregúntandole cuál era su nombre, dejé la lectura por unos instantes y me pregunté: "¿Será verdad eso?" De repente, no sé de dónde, ni cómo, bajó "del cielo", pues venía de arriba, una pequeña plumita blanca, muy diminuta y muy suave. De inmediato se me crispó la piel y se estremeció mi corazón. La verdad: me impresionó.

     Aunque los ángeles no tengan plumas y la que te llegó debe de ser de algún ave de paso, Dios se vale de esas coincidencias.

     Por la noche, antes de dormir, mirándome al espejo mientras cepillaba mis dientes - no puedo cepillarme los dientes si no me veo - pregunté: "Si tengo mi ángel, quiero saber su nombre". Me fui a la cama y, cuando empezaba a quedarme dormida, escuché como que alguien me susurraba al oído, repitiendo claramente: "Gigio, Gigio..."
Unos días después alguien me regaló un precioso prendedor para ropa. ¡Sorpresa! Era un ángel de piedra verde, precioso. y  me han seguido pasando  cosillas por el estilo.... ¿Qué opina?

     Que tienes un ángel de la guarda juguetón. Que debes tratarle más, y pedirle favores.
¿Sabías que el 2 de octubre es la fiesta de los ángeles custodios, y que el Opus Dei se fundó un 2 de octubre?

     Pertenezco a un grupo cibernético donde compartimos muchísimas cosas,  espirituales, religiosas, experiencias de la vida misma, etc. No nos conocemos personalmente, pero nuestra comunicación es constante y muy fluida. Damos opiniones y tenemos participación. Se denomina Ángeles y seres de luz.

     Una vez entré en vuestra web y leí algunas páginas.

     Sí, pero no me da su opinión. ¿Qué le pareció?

     Sorprendente...

Las oraciones me parecieron hermosas. Las imágenes algo "acarameladas", de estética modernista o kitsch. Lo del nombre de los ángeles algo esotérico: suena a horóscopo.
"Aprender a rezar" da un poco de pena, porque empieza bien y acaba con una serie de sandeces: "Las manos deben ser colocadas palma contra palma entre la garganta y el corazón. Esa es la posición correcta. No en la frente, tampoco en el estómago. Los ojos pueden estar abiertos o cerrados, pero observa siempre que estén elevados unos 45 grados..."

Para tratar a Dios no hacen falta cosas raras. Basta con ser muy humanos, como Él nos ha hecho, y ser dóciles al Espíritu, que nos impulsa a amar como Dios ama.

     Quiero compartirle un sueño que tuve con usted. Algo raro, pienso, porque resulta difícil de comprender cómo se puede soñar con una persona a la cual no se conoce físicamente. Pero bien, el caso es que soñè con usted. Supongo que el sueño se debe a que nuestro subconsciente archiva nuestras experiencias.
     Quizá guardas en tu subconsciente la imagen que forjó Ana, la musa que me inspiró el diálogo "Poemas para un elfo":
"Anoche soñé contigo. No te asustes: Estaba sentada en una piedra centenaria desde la que mi abuelo solía verme jugar en el pueblo.Tú pasabas por allí casualmente y te sentaste a mi lado. Lo extraño era que físicamente no eras tú sino un anciano de ochenta o noventa años de largos cabellos blancos, como el  mago Merlín.  Hablamos durante mucho tiempo de cualquier cosa, no recuerdo el contenido de nuestra conversación, sólo me quedó la sensación de calma y bienestar que me transmitías."


     Ahora le narro el sueño....  
Imaginese que andaba en un sitio muy hermoso... observaba edificaciones majestuosas y realmente bellas. Era algo así como la Grecia antigua que, dicho sea de paso, conozco solamente de  fotografias y películas que he visto. De pronto, se acercó un niño como de unos 12 o 13 años...

     ¿Quizá tu ángel?

     ...y me dijo que mandaba a decir usted que me estaba esperando en una cafeterìa cercana. Entonces le dije al niño que yo no le conocía  y que, por lo tanto, no podìa identificarlo. Él me respondiò que no me preocupara, que él me lo iba a indicar.

     Quizá ese sitio tan hermoso sea el lugar en que se encuentran las almas que buscan a Dios.

     Caminamos mucho, por unos sitios muy extraños, como pasadizos secretos.

     Así somos los nacidos del Espíritu, como el viento, que sientes cuando sopla, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va.

     Cuando logramos avanzar un gran tramo, llegamos a una puerta gigantesca en forma de arco y de dos hojas. El niño me dijo que le esperara un momento, que iba a abrir. De pronto, la puertota se abriò y entrè. Había una escalera de caracol y en una de sus gradas estaba un hombre de tez clara, cabello entrecano y una barba muy poblada. El niño me dijo que aquel hombre era usted... 
     La imagen que tienes de mí...
Ahora, imagina que llamas a mi puerta...
Toc,toc...
¡Adelante!.



¡Hola!

     Resulta que estoy leyendo un libro que ha confundido mis ideas un poco. Es un tanto difícil haber crecido con una determinada concepción de ideas y luego vengan y te digan que toda tu vida has estado equivocado porque la realidad es otra. Se trata del libro de Brown "El Código Da Vinci"  al ir avanzando en la lectura muchas cosas chocaron con mi raciocinio. Y no es que no sea de mente abierta. ¡Pienso que sí lo soy!
     Demasiado abierta, demasiado. Por eso te entra dentro todo el veneno, las mentiras, las calumnias...
Del mismo modo que seleccionamos lo que comemos, deberíamos seleccionar lo que leemos. Hay lecturas que hacen daño si no se leen con espíritu crítico.

     Me imagino que por eso incluso he soñado con usted.

     Quizá, y también para que otros pudieran conocer ese lugar en que se encuentran las almas que buscan a Dios,
entreabrir la puerta gigantesca, en forma de arco y de dos hojas,
y compartir algo de nuestra amistad.




Aprendiendo a querer

Antonio Parra
Solsticio de verano, 2006