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Creosota

553. Creosota

La creosota es, como la parafina, uno de los productos que se obtienen de los restos de la destilación de las maderas, pues se extrajo por primera vez del ácido pyroleñoso, principal residuo de esta destilación, en 1830 por el Barón de Richembach. Después se la ha encontrado en todos los alquitranes y en el humo.

Se la obtiene destilando el alquitrán. La mezcla oleaginosa que resulta se disuelve en la potasa, se evapora la disolución hasta que los demás aceites se volatilicen y se separa la creosota por el ácido sulfúrico.

Se la purifica por destilación no recogiendo más que el líquido que pasa á la temperatura de 203º.

Es un liquido aceitoso que se asemeja al de almendras dulces por su consistencia. Es incoloro, trasparente, de un olor penetrante y desagradable que recuerda el del humo que se produce cuando se quema carne, su sabor es muy cáustico y quema. Es un veneno violento. Ataca y disuelve la resina, pero no ejerce acción sobre el caoutchouc. Coagula inmediatamente la albúmina y por esto se emplea para la conservación de maderas.

La importancia que la creosota tiene como antiséptico, y la posibilidad de que algún día pudiera convenir al Cuerpo obtener esta sustancia para los usos que le son propios, nos mueve á insertar los siguientes datos que hemos obtenido de una fábrica establecida en Cádiz y que utilizaba para su industria los alquitranes procedentes de la fábrica del gas da Sevilla.

La destilación la hace en una caldera, de hierro de 1,50 metros de diámetro y una altura de 3 metros. El volumen que puede contener es de 9 metros cúbicos, pero sólo se llena hasta los 2/3, de manera que la cantidad que se destila en cada operación es la de 6 metros cúbicos, equivalente en peso á 6.000 kilogramos, pues por término medio cada metro cúbico pesa una tonelada métrica ó sean 1.000 kilogramos.

Dos cuadrillas, compuesta cada una de un capataz y dos hombres, vigilan por mitad la operación que dura 24 horas seguidas.

Empieza la destilación á una temperatura sostenida algo inferior a 180° y entonces se recogen los aceites ligeros, ricos en bencina. La cantidad recogida de éstos viene á ser de 10 por 100 del alquitrán empleado, pero al rectificarlos se pierde un 4 por 100, que se agrega á la segunda destilación dejando reducido el primer producto á un 6 por 100.

Se aumenta entonces la temperatura sosteniéndola entre 300º y 400°, y el producto que entonces destila es la creosota.

La cantidad que se obtiene en esta segunda destilación es próximamente un 20 por 100, á la cual, agregándole el 4 por 100, residuo de la primera, da un total de 24 por 100 del peso bruto.

El residuo que queda en la caldera es la brea seca, conocida también en la industria con el nombre de brea mineral.

Los productos obtenidos por cada campaña de 24 horas se descomponen del modo siguiente:

PRODUCTOS.                                              Kilogramos.

Aceites ligeros ó bencina.......................               360
id.   pesados (creosota)..........................           1.440
Brea seca ó mineral................................           4.100
Pérdidas por evaporación, adherencias, etc......    100
Total......................                                           6.000

De donde resulta por tonelada

Bencina............................                                     60
Creosota............................                                 240
Brea...............................                                     683

Para la operación se consumen seis quintales de cok y los jornales que devenga el personal de trabajadores son:

Dos capataces, á 3      pesetas...................      6  pesetas.
Cuatro peones, á 2,75    id....................          9       »
Total......................                                       15       »

y los gastos de primera materia y explotación se reducen á:

6 toneladas de alquitrán, á 20     pesetas........    120 pesetas.
6      id.       de cok,           á   1,50    id.........       9     »
Gastos generales.................................                 5     »
Total...................................................             134     »

formando, por lo tanto, un total general de 149 pesetas.

Creemos que el producto de bencina está exagerado por el fabricante, pero de todos modos se obtendría una gran ventaja de preparar la creosota por administración si hubiera de emplearse, pues alcanza, cuando menos en el comercio, el precio de 10 céntimos de peseta por kilogramo y la bencina el de una peseta.

 554. Duración de las maderas

La duración de las maderas así como los métodos de preservación que en cada localidad han de dar mejores resultados, deben ser estudiados cuidadosamente en cada una de ellas y reuniendo cuantos datos puedan ilustrar el asunto: así es como únicamente se podrá fijar un valor bastante aproximado de la duración media y determinar el procedimiento de preparación más aceptable; Desde luego los postes creosotados no pueden emplearse con ventaja en el Mediodía de España: el calor es tan excesivo, que pasado el primer verano los postes quedarían en el mismo caso que si no se hubieran inyectado. Las empresas de ferro-carriles de Andalucía, que en un principio empleaban las traviesas creosotadas, han tenido que renunciar á su uso y hoy las preparan al sulfato. Comprendiendo la importancia del asunto, hace tiempo hemos procurado informarnos en las revistas reglamentarias del tiempo que llevan en la línea los postes de diferentes remesas, y en la Sección de nuestro cargo todos los postes que han sido colocados en la línea, en las reparaciones generales, llevan puesto bajo una A el año de su colocación. Esta precaución hará que en su dia pueda apreciarse la verdadera duración del material.

De los datos que personalmente hemos recogido, resulta que han durado:

Postes sin preparación ninguna, de 3 á 4 años.
Pintados, cortados en buena época y dada la pintura después de bien secos, 7 á 10 años.
Postes inyectados, sistema Boucherie, procedentes de Portugal, de 12 á 19 años.
Hay que notar, que los postes do esta clase que ha habido que renovar, lo han sido por haberse podrido la parte de la. cogolla, lo que prueha que la disolución no se dejó avanzar hasta ella.
Los pocos postes de pino llamado de la tierra que se han empleado, apenas han durado un año; creemos que sea debido á haberlos cortado en mala época.  

Los postes carbonizados y embreados, no se han usado en ninguno de los puntos en que hemos servido; ignoramos si en otros se habrán empleado. Respecto á los postes creosotados, que merecen la preferencia en Inglaterra, dicen que hay algunos que después de 25 ó 26 años, están aún en buen estado. Nosotros podemos citar dos postes sulfatados en la linea de Extremadura, que fueron puestos cuando se construyó y aún están prestando servicio llevando por lo tanto de 19 á 20 años en la línea.

Los postes preparados pierden bastante de su fuerza de resistencia á la flexión, y se hacen muy quebradizos. Parece haberse observado que esta propiedad se hace más notable si los postes se han inyectado con mezcla de sulfato de cobre y de hierro. Según creemos la observación fue hecha en la Sección de Almería.

La acción que el hierro ejerce sobre las disoluciones salinas de cobre, hace que la parte que de este cuerpo llevan los soportes unida á las perchas se deteriore, pues el agua de lluvia facilita la acción. No es ésta, sin embargo tal, que deba tenerse en cuenta en las aplicaciones.

Terminaremos manifestando que si hubieran de inyectarse postes con creosota, debe ésta ser cuidadosamente analizada antes de aceptarla. La propiedad antiséptica la debe principalmente este cuerpo á los ácidos carbólico y cresélico que entran en su composición. Ahora bien, estos cuerpos tienen en la industria muchas aplicaciones, y la creosota que en el comercio circula, ó no los tiene, ó los posee en tan corta cantidad que no puede esperarse obtener de su empleo los resultados que se desean.


537. Apoyos

Los apoyos ordinarios que en las líneas se emplean, son postes de madera, do 6, 8, 9 y 10 metros de longitud, y para casos especiales se usan de mayores dimensiones, pero los que las alcanzan superiores hoy en las contratas de la Dirección general no exceden de 10 metros. Los diámetros de estos postes son proporcionados á su altura y los que se marcan para las subastas son los siguientes:


Circunferencia
En la cogolla
a 1 1/2 metros de la coz
Para postes de 6 metros
0,30
0,48
Para postes de 7 metros
0,35
0,56
Para postes de 8 metros
0,40
0,64
Para postes de 9 metros
0,45
0,72
Para postes de 10 metros
0,50
0,80

También se emplean, si bien muy poco, postes de hierro, y por último se intentó ver si era posible la sustitución de los apoyos comunes por pilares de mampostería.

Vamos á ocuparnos de las tres clases citadas.


538. Maderas empleadas en españa, precios y localidades

La madera que ordinariamente se emplea en España es el pino; en las provincias del Norte, suele hacerse uso de algun castaño y se admite también el roble, pero puede decirse que el primero es el de uso general. El pino se produce en casi todas las regiones do la Península. Abunda en las provincias de Segovia, Cuenca y Soria, teniendo justa nombradía los pinares que llevan los nombres de las dos últimas y el de Balsain, situado en la primera. Las maderas de Sierra Segura son bien conocidas, y en Andalucía hay muy buenos pinares. Hacia el Norte abunda el castaño y el roble, de modo que no puede fijarse una localidad en que no se tenga con abundancia este material. Los precios en los montes son bastante reducidos; pero como los medios de trasporte son muy difíciles, el costo que por esta causa se produce y que tiene que cargarse á la primera materia, hace que este importante ramo de riqueza esté completamente abandonado, recurriendo generalmente los que le necesitan al extranjero, principalmente á Portugal, donde le encuentran en condiciones más cómodas.

Si las maderas se emplean á la intemperie sin preparación ninguna, ó si la corta se hace en tiempo inoportuno, bien pronto viene la putrefacción, es atacada por ciertos insectos y se pierde por completo; pero para darse cuenta de las causas que producen la destrucción de la madera, única manera de poder arbitrar recursos para evitarla, se necesita conocer su constitución y la manera de realizarse el fenómeno de la vegetación.


539. Estructura orgánica de las maderas

Si se corta un írbol por un plano perpendicular á su eje,  se observa, en el centro la médula ó corazón que ocupa casi la mitad del diámetro y se halla compuesta de celdillas flojas, trasparentes, esferóides y comprimidas, qno forman el tejido celular. Despues viene la parte leñosa, que es una zona fibrosa, vascular, compuesta do fibras en series concéntricas y vasos de diferentes formas, que generalmente son espirales, y se llaman tráqueas. Sigue otro círculo ó pequeña zona verduzca por causa del jugo verde que separa el leño de la corteza, que está formado de un tejido celular, como el de la médula, y donde se dice que se desarrollan las capas nuevas que aumentan anualmente el grueso del leño. La zona siguiente es la cortical, compuesta de dos series, una interior verduzca y otra exterior parda, y finalmente, al todo lo cubre una capa que es la epidermis y otra exterior sumamente delgada que se llama película y que comprende todo el vegetal desde las raices hasta las hojas. Todo el sistema puede reducirse á dos órdenes: leñoso, que comprende el leño y el corazón; y el cortical ó corteza que compone la envoltura celular en su parte verduzca y parda y la epidermis. Entre ambos órdenes existe una pequeña zona que en la primavera se llena de un fluido gelatinoso cuyo movimiento produce esas capas numerosas y concéntricas que se notan en los árboles de alguna edad.

La nutrición de la planta se verifica, al parecer, subiendo la savia por todo el vegetal hasta llegar á las hojas, y después de haber sido influida por la acción del aire desciende por el sistema cortical. Siendo esto así, claro está que si se descorteza el árbol, se le priva de los principales vasos absorbentes por donde la savia circula en más cantidad. Las hojas, amarillas en un principio, caerán después, y el vegetal, falto de alimento, queda seco é improductible; entonces conviene cortarlo.

Como quiera que la madera es uno de los principales elementos de la Telegrafía, consagramos á este asunto una atención preferente, empezando por decir algo sobre su elección.


540. Elección de las maderas

Cuando las maderas se examinan en el monte, es necesario fijarse en la clase de terreno en que están plantados los árboles, y en el mayor ó menor agrupamiento que en los bosques tienen. Los terrenos bajos, arenosos y en umbría, producen en general madera de mala calidad. Si los árboles están muy espesos, el crecimiento es muy rápido, poro la madera que dan es floja y de poca vida. Se ha observado que los árboles que han crecido en estas condiciones, aunque se les baya preparado bien, han durado poco. Si la corta debe dirigirse, es necesario que se haga en el invierno, y á ser posible, no debe pasarse de la primera quincena de Marzo, de modo que los meses de corta son Enero, Febrero y Marzo para todas las provincias.

541. Si las maderas están cortadas, para conocer si tienen alguna falta, se colocan los postes sobre polines (rodillos de madera), y se golpean con un martillo en toda su extensión. El sonido que se produzca ha de ser claro y uniforme. Además, los postes deben ser lo más recto posible y no tener nudos ni grietas profundas, y sus dimensiones han de ser proporcionadas desde el raigal á la cogolla.

Si los postes deben ser almacenados por algún tiempo, conviene hacer esta operación con algunas precauciones. Deben disponerse en el almacén levantados del suelo, colocándolos sobre polines ó tarugos con el fin de que el aire circule libremente entre ellos.

Se ha de evitar, en cuanto sea posible, que los postes estén sometidos á temperaturas excesivamente altas ó bajas, así como á los cambios bruscos de ésta. El agua de lluvia, cuando están recien cortados, no les perjudica, antes por el contrario, los beneficia, porque disuelve parte de la savia y se ahorra después tenerla que dosar ó expeler si se someten á cualquier método de preservación.

La albúmina vegetal y la savia son dos elementos poderosos de destrucción de las maderas; pero además existen otros y es necesario combatirles para que su empleo se haga menos costoso y aun posible en el porvenir, porque si el crecimiento de un árbol para servir de apoyo exige quince años, por ejemplo, y muere á los ocho, no será posible establecer equilibrio entre la producción y el consumo sin recurrir á medios extraordinarios.

Varias son las causas que originan la destrucción de las maderas sometidas á los efectos atmosféricos. La acción del aire y de la humedad sobre la albúmina y materias nitrogenadas de la albura, provoca fuertes reacciones químicas que determinan la putrefacción y destrucción de las fibras leñosas. Cuando la madera, por los cambios atmosféricos, se encuentra sometida á una alta temperatura, se produce un enmohecimiento lento debido á la presencia de una especie de hongo microscópico que va destruyendo poco á poco su cohesión y la reduce á polvo. Los gusanos, los insectos, las plantas parásitas entran en la libra de las maderas, y crecen y se multiplican en sus celdillas acabando por destruirlas.

Generalmente se observa que los postes se destruyen más en la línea de tierra que en los demás puntos, y esto se explica fácilmente. En esta línea la humedad de la tierra hace que el poste la tenga siempre, y este agua, entrando en las celdillas, se evapora por la acción del calor solar y la fuerza expansiva del vapor destruye las fibras.

Los procedimientos que se emplean para preservar las maderas son; ó preparando su superficie para que los efectos atmosféricos no puedan ejercer su acción en el interior, ó transformando ó reemplazando las partes que determinan la destrucción en otros ó por otros incorruptibles.

Los primeros métodos son:

La desecación.
La pintura.
La carbonización y embreado.

542. Desecación

La desecación se reduce á apilar los postes en forma de castillete de modo que el aire circule bien, teniéndolos en sitio aireado y á cubierto. Los postes aun después de bien desecados por este medio, conservan después de dos años, un 15 por 100 de agua, cuando ménos, cantidad más que suficiente para determinar la putrefacción.

543. Pintura

Durante mucho tiempo se ha acostumbrado en España á dar tres manos de pintura al óleo á los postes, pero ésta no se aplicaba sin estar puestos en línea y sin que hubiese trascurrido tiempo suficiente para que hubieran secado bien. El procedimiento no daba los mejores resultados, pero seguramente se hubieran obtenido pintándolos con un compuesto de 1 de brea, 1/15 de asfalto y 1/10 de cal.


544. Carbonización

Consiste en quemar ligeramente el poste y embrearle después. Esta operación hecha con inteligencia da buenos resultados. Para efectuarla se toma el poste y se tuesta á bastante distancia del fuego. Se continúa el tostado, con el cual se ha hecho insoluble la materia albuminosa, y por último, se carboniza la superficie, pero de modo que no llegue á formar ceniza.  Fórmase así una capa de carbono, que es uno de los mejores antisépticos. Estando aún caliente el poste, se le da una capa de brea, con lo cual se cierran los poros y se hace impermeable la superficie. Con este procedimiento se expulsa la savia, se destruyen los poros leñosos exteriores de la madera, y se mata la vida vegetal y animal que tan malos efectos produce.

Por los procedimientos que acabamos de exponer, las sustancias albuminosas y nitrogenadas del árbol no sufren alteracion, pudiendo decirse que sólo ha venido á hacerse una reforma física en el poste; pues aunque en la quema de la corteza baya reacción química, es tan ligera, que casi se puede considerar como auxiliar de la operación, y la brea no ejerce más acción que la de evitar los efectos de la penetración del agua en el interior y dificultar la del aire; pero la química facilita medios de transformar los elementos pútridos de las plantas en otros insolubles é incorruptibles, mediante reacciones que se provocan en el interior de los mismos postes, y estos medios son verdaderamente los apropiados para la conservación de la madera. Otras veces se opera una sustitución de los elementos perjudiciales por otros que, á la propiedad de ser incorruptibles, unen la de hacer impermeable el tejido leñoso, lo que da también buenos resultados.

Las sustancias que tienen la propiedad de producir los efectos citados se llaman antisépticos; y los que principalmente se emplean son: el cloruro de zinc, el sublimado corrosivo, la creosota y el sulfato de cobre.

En estos últimos tiempos se ha propuesto como más económico sustituir el sulfato de cobre por el de hierro y aun por una mezcla de ambos, pero este asunto está hoy en estudio y nada puede asegurarse sobre los resultados prácticos que se obtendrán. Por lo demás los procedimientos para verificar la inyección ó preparación, no se diferencian de los que vamos á exponer.


545. Sistema Burnet ó del cloruro de zinc

Se reduce este método á secar las maderas é impregnarlas de una disolución de sulfato de zinc. En general el procedimiento no ha dado buenos resultados y apenas se emplea.


546. Por el sublimado corrosivo

Esta sal mercurial empleada como antiséptico, no ha tenido tampoco éxito muy satisfactorio, y siendo un veneno sumamente activo, su uso debiera proscribirse.


547. Por el sulfato de cobre. -Sistema Boucherie

Indudablemente se debe al Dr. Boucherie la solución completa del problema de la conservación de las maderas. Este, después de numerosos experimentos, adoptó como antiséptico el sulfato de cobre, y la economía que el Gobierno francés ha realizado en sus líneas, empleando los postes sulfatados, excede de 200.000 francos anuales.

Fundado el procedimiento de Boucherie en la expulsión de la savia y combinación del sulfato de cobre con la materia albuminosa de la madera, es necesario que la primera conserve toda su fluidez y movilidad, si la preparación se ha de hacer en condiciones convenientes; de modo que esta debe hacerse recien cortados los árboles. Como cuando los maderos están abatidos la sección da fractura queda en contacto con el aire, la sávia se coagula en ella y no se podría expeler la del interior si no se franqueasen los poros  extremos,  lo que se hace aserrando una roldana en las extremidades en el momento de ir á empezar la operación, de un centímetro poco más ó menos de espesor. En el curso de ésta ocurre también qué la inyección se detiene por causas análogas: en todas las localidades reinan vientos especiales que absorben mucho el agua y cuando estos vientos corren, las superficies de los cuerpos se resecan, por lo cual se hace preciso raspar las de las secciones de los postes que se están inyectando con una cuchilleta, para que la operación continúe. Los árboles no deben descascararse, hasta el momento preciso de irse á inyectar.

Hechas estas prevenciones generales pasemos á ocuparnos del procedimiento que debe seguirse, empezando por el establecimiento del taller.


548. Taller

Los talleres se establecen en los mismos bosques donde van á cortarse las maderas. Es de la mayor importancia que el sitio donde se instalen tenga agua abundante para que el costo del acarreo de ésta no venga á aumentar el de la inyección. Además si estuviese en abundancia y en disposición de poder contener los postes que se bayan cortado mientras les llega su turno de pasar al taller, se obtendría alguna ventaja, pues mantiene frescos los canales seviosos y expulsa la sávia sin perjudicar en nada á la albúmina que debe combinarse con el sulfato de cobre.

El taller se compone (fig. 213) de un andamiaje sólidamente construido que lleva dos pisos. La altura no debe exceder de 10 metros ni bajar de 8, para que la presión del líquido al entrar en la madera sea la conveniente.

En el superior van dos tinas ó cubas de madera a, cuya capacidad debe ser de 2 á 3 hectolitros por lo menos, y entre ellas una bomba b, cuyo tubo de aspiración comunica con el recipiente c (*).

En el piso inferior van otras dos tinas d, que se hallan on comunicación con las superiores por medio del tubo de cobre e, cuyo diámetro interior es de 0,045. Estas dos tinas sirven para filtrar el líquido que procede de las superiores. En la parte inferior del suelo se ve otra tina ó recipiente que lleva igualmente un filtro f, el cual está destinado á recibir los líquidos que se escapan de las maderas cuando se inyectan, y que son nuevamente llevados á las tinas superiores por la bomba b.

Estas son las partes principales de que consta el aparato de inyección propiamente dicho. Pasemos ahora al taller ó parte quo sobre el terreno asienta.

Con un declive de 0,0001 por metro asientan sobre el terreno dos series de soportes ó largueros h', en dirección perpendicular al tubo e. Estos largueros son piezas de madera de una escuadría de 0,15 de ancho por 0,12 de peralte. Entre ellas se halla dispuesto un canal X, donde pasa el tubo de distribución K, fig. 214, que comunica con los reservatorios. Este tubo tiene en toda su longitud tubuladuras de cobre t, fig. 214, espaciadas de 0,80 de centro á centro y destinadas á recibir los tubos de caoutchouc t'.

A uno y otro lado y equidistantes, se hallan otras dos hileras de largueros junto á las cuales están los canales y, que deben recibir los líquidos que se escapan de las piezas que se están preparando y los conducen al recipiente c, fig. 213. Los largueros están destinados á servir de soporte á los postes que se van a inyectar. Los del centro, h' deben estar en un plano inferior de 0,15 de inclinación respecto á los exteriores h.

La fig. 215 representa las cuatro tinas de que ya hemos hablado, las dos del piso superior y las dos del inferior, asi como la disposición que es necesario dar al tubo de conducción. La disolución del sulfato de cobre se hace en los reservatorios r, desde donde por las dos ramificaciones a pasa al tubo b, y por las otras dos ramificaciones c, entra en la parte inferior de las dos tinas m. En estas tinas se halla establecida convenientemente una capa de casquijo, arena y otras sustancias que sirven de filtro.

El líquido, en.virtud de la presión, atraviesa este filtro, deposita en él todas las impurezas que contiene en suspensión y pasa ya purificado á la parte superior de las mismas tinas. Estando éstas cubiertas por una tapa de madera t, sólidamente fijada por medio de tornillos, ofrece una gran resistencia al líquido, que se ve obligado á salir por las ramificaciones d e, y entra en el tubo l que es el de distribución que le lleva á todo el taller.

La conveniencia de tener dos tinas ó reservatorios y dos filtros, es la siguiente: cuando una tina alimenta el taller, la bomba trabaja para llenar la otra; allí se hace el dosaje del líquido y se deja en reposo para que todas las impurezas se asienten. Asimismo las bocas que dan salida al líquido deben encontrarse á 0,10m del fondo para que las materias sedimentadas no sean arrastradas. Los dos filtros inferiores tienen por objeto permitir cambiar las materias filtradas del uno, mientras el otro sigue trabajando, lo que evita suspender la operación.

Es preciso tener mucho cuidado con no dejar entrar aire en los tubos, lo que sucede muchas veces si no se tiene la precaucion de establecer la comunicación entre la tina, que va a empezar á funcionar y el tubo, antes de haber interceptado la comunicación del mismo tubo con la otra tina, esto es, que después de haber abierto la comunicación de la tina nuevamente llena, no se debe cerrar la de la otra tina que se halla casi vacía. Se puede en el curso de la operación hacer funcionar las dos tinas al mismo tiempo.


549. Modo de operar

La Memoria portuguesa, de quien tomamos la anterior descripción, se ocupa después de la inyección de las traviesas de los caminos de hierro; para los postes se sigue el procedimiento que vamos á exponer.

Frescas las superficies del poste, en la que corresponde á la base mayor se coloca una roldana anular de gutta-percha, ó una cuerda de cáñamo, formando una corona. Sobre ella, se coloca un disco de madera dura, comprimiéndola fuertemente por medio de barras metálicas y tornillos como las figuras 210 indican; en uno de los costados del disco de madera se abre un agujero que sirve para recibir el sulfato; éste llega desde el tubo principal de distribución por medio de pequeños tubos de gutta, cuya extremidad lleva un apéndice de cobre, que entra en el agujero y le cierra herméticamente.

El número de postes que á la vez se pueden inyectar, depende del de tubos de gutta que salgan del principal.


550. Marcha de la operación

Cuando la operación empieza, la sávia sale casi pura por el extremo más delgado del poste. Poco á poco va. cargándose de sulfato de cobre, y cuando el líquido que sale marca O,66 del areómetro Beaumé, siendo uno el de la disolución que se emplea, puede decirse que el poste está bien inyectado.

El tiempo que dura la inyección de un poste no puede fijarse, porque depende, como fácilmente se comprende, de una porción de circunstancias variables sin sujeción á regla alguna. El estado higrométrico de la atmósfera, la mayor ó menor temperatura del aire, la naturaleza del viento que reina, la mayor ó menor pureza del líquido y las condiciones especiales en que la sávia y la albúmina se hallen por efecto del tiempo trascurrido desde que el árbol se cortó hasta que ha pasado al taller y el sitio donde se hayan tenido depositados, son causas que aceleran ó retardan la inyección.

551. Dosaje de la inyección

Una de las cosas más importantes para obtener un buen resultado en la preparación de las maderas por el sistema Boucherie, es que la disolución del sulfato esté en condiciones convenientes. Si la disolución está muy saturada, obstruye pronto los canales próximos á la entrada del líquido, quema las maderas y destruye las fibras leñosas. La experiencia ha demostrado que la disolución más conveniente es la que se obtiene disolviendo un kilogramo de sulfato de cobre en 100 litros de agua pura; esta disolución debe marcar un grado del areómetro de Beaumé.

Como la operación empleando el areómetro es difícil, y en este caso se complica por las variaciones que tiene el estado de saturación del líquido por consecuencia de los residuos que hemos dicho se acumulan en el fondo de las tinas, es conveniente que el encargado de la preparación tenga un medio más fácil de preparar la disolución. Consiste este en determinar prácticamente los metros cúbicos de madera que prepara en 24 horas. Multiplicando este cubo por 5,50 kilogramos y dividiendo por 24, obtendrá el sulfato de cobre que en cada hora debe agregar á la tina. Este dato está conforme con la experiencia.

Nos hemos detenido tanto en la exposición de este método porque creemos que dada la abundancia de maderas que en España hay, llegará un dia, quizás no lejano, en que facilitados los medios de conducción convenga al Cuerpo establecer talleres donde se prepáren los postes que en el servicio se empleen.

El procedimiento que acabamos de exponer exige que las maderas estén frescas, y por lo tanto no es aplicable cuando so dispone de ellas lejos de los bosques ó cortadas de mucho tiempo. Por otra parte, se comprende fácilmente que la inyección ó sulfatación aumenta bastante el peso del material y estas razones, juntas ó separadas, pudieran hacer conveniente en casos dados el empleo de otros procedimientos, para los cuales no fuese condición precisa que los árboles estuviesen frescos.

El procedimiento que en estos casos se sigue, pertenece a Breant que lo puso en práctica en 1831.


552. Procedimiento de Breant

Este procedimiento no sólo sirve para inyectar las maderas por el sulfato de cobre, sino que también se emplea cuando el antiséptico es la creosota (fig. 217).

El aparato de Breant se compone de un cilindro de fundición A, de una bomba impelente B y de un condensador C, al cual se puede hacer llegar á voluntad vapor ó agua fria por el tubo p. Se opera, de la. manera siguiente: se quita el obturador o y se coloca el poste en el cilindro A introduciendo en él el líquido en cantidad tal que el extremo superior del poste pase un poco su nivel. Cerrado el cilindro, se hace el vacío en C introduciendo sucesivamente vapor y agua fria; se abre la llave v y el aire pasa en parte del cilindro A al condensador; esta operación se repite hasta que la presión atmosférica en el cilindro sea menor de 0,15 sirviendo para medirla, dos indicadores, uno de columna de mercurio y otro de cuadrante, los cuales no se representan en la figura, así como tampoco dos manómetros que sirven para apreciar la presión en el momento preciso, por no complicarla. Se mantiene en este estado de enrarecimiento el aire encerrado en el cilindro por espacio de algunos minutos. Se cierra en seguida la llave v y se introduce el líquido antiséptico en el cilindro hasta que la presión sea de 10 atmósferas manteniéndola por término medio seis horas. Pasado este tiempo se deja entrar el aire poco á poco y salir el líquido por la llave o. La disolución de sulfato ó líquido que haya de emplearse en la inyección, va colocada generalmente bajo el cilindro en un depósito que contiene la cantidad necesaria para el trabajo del dia y cuyas dimensiones se ajustan á las del mismo cilindro. La extensión superficial del líquido está calculada de modo que la disminución producida al tiempo de operar sea de unos 5 centímetros. El depósito lleva por accesorios una serpentina de vapor que permite elevar rápidamente la temperatura del líquido, cuando el que ae emplea es el sulfato do cobre, un termómetro centígrado y un flotador de escala graduada por centímetros y milímetros. Para verificar la inyección conviene que el líquido penetre en el cilindro á 50° de temperatura, la cual se le hace adquirir por medio del serpentín que lleva el depósito. El líquido se hace entrar en el cilindro por medio de la bomba B.

La sustancia que compite con el sulfato de cobre como prácticamente aplicable á la conservación de las maderas es la creosota. Superior en sus propiedades antisépticas á aquel, no siempre presenta ventajas su empleo sobre el del sulfato.


(*)    Los detalles de este procedimiento los tomamos de la Memoria publicada un el Boletín oficial de Obras públicas portugués, por el Sr. J. M. Magalhaes.



"Tratado elemental de telegrafía práctica"  Francisco Pérez Blanca
Establecimiento tipográfico de Manuel Minuesa de los Ríos, 1881