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La Robla - Minerales

LA ROBLA (26,100 kil.) situada á la derecha, cerca del acueducto que trae el agua derivada del Bernesga para regar la campiña, y al pié de los altos donde estuvo el castillo de Alba. Es La Robla capital del ayuntamiento de su nombre, que comprende los pueblos de Alcedo, Brugos, Candanedo, Llanos de Alba, Naredo de Fenar, Olleros, Puente de Alba, Rabanal y Robledo de Fenar, Solana y Sorribos de Alba, correspondiente al juzgado de la Vecilla. Cuenta este pueblo 560 habitantes y está sobre la carretera general de Asturias. Además de su modesta agricultura ha ocupado durante muchos años á sus vecinos el acarreo y venta de vinos de la Ribera del Duero, que no solo colocan en León, sino en toda la montaña y en Asturias. Hay en todas sus cercanías abundantes canteras que dan muy buena piedra de construcción. Al E. y SO. de La Robla, donde termina el terreno diluvium se extienden unas fajas estrechas de terreno cretáceo que presentan notables yacimientos de kaolín, muy a propósito para la confección de ladrillos refractarios y aun para la de la porcelana. En la guerra de la Independencia y á fines de Octubre de 1810, el jefe de la columna volante de españoles, Mascareñas, destacado desde los puertos de Manzanal, donde operaba el. general Taboada, derrotó en La Robla á una división francesa, renovando este triunfo á los pocos dias con otro ataque feliz en San Esteban de Orbigo. A corta distancia de La Robla en el valle de Fenar y en término de los pueblos de Sorribos y Robledo, se encuentran curiosos yacimientos de lignito y de hermosos azabaches, que no se han explotado aun. A esta estación acuden muchos carros de carbón procedentes de las minas de Aviados, La Valcueva y Matallana, que producen hullas crasas muy excelentes, llamadas á tener gran éxito el dia en que se hagan los tranvías necesarios desde este punto a los criaderos, que distan de 14 á 18 kilómetros.

Al pasar de La Robla cambia, con la formación geológica, el aspecto del terreno, que es ya verdaderamente montañoso, fuerte y abrupto, y en el fondo del cual se empiezan á percibir, con gran relieve y entonación, los detalles de la cordillera. La carretera marcha por la izquierda: en el lado opuesto sobre una blanca cima álzase un pueblo y á sus pies brota una abundante cascada que allí mismo impulsa la rueda de un molino. Atraviésanse fuertes trincheras con extractos casi verticales y se cruza por medio á Puente ds Alba, que tiene redondos palomares en torno á su caserío. Entre este pueblo y el inmediato de Peredilla, que se pasa sobre la carretera, está el límite del terreno cretáceo y empieza el devoniano, que contiene en estas cercanías notables calizas rojas con fósiles orthoceratites y goniatites.

La vega se angosta, y en la carretera se distinguen á la derecha una fuente y á la izquierda la iglesia del Buen Suceso, donde tiene lugar una célebre romería. Dice la tradición de estos pueblos, que en esta ermita vivió un santo solitario, y que cuando murió tocaron solas las campanas á rebato. Corresponde la ermita al pueblo de Las Huergas, que se deja más adelante á la derecha. Se cruza de nuevo el Bernesga, que pasa á la derecha en el término de Millar, y atravesando fuertes cortaduras y trincheras se llega en el kilómetro 33,500 al bonito valle de:


LA POLA DE GORDON: El pueblo de este nombre, extendido á lo largo de la carretera general y á la izquierda del rio, se destaca al pié de la colina de los Llanos, en medio de un lindo y accidentado paisaje. Tiene La Pola 480 habitantes; fue en lo antiguo capital del Concejo de Gordon y hoy lo es del ayuntamiento que forman los pueblos de Beberino, Bubia, Cabornera, Folledo, Geras, Huergas, La Vid, Ciñera, Llombera, Nocedo, Paradilla, Peradilla, Santa Lucía, Vega y Villasimpliz. Altas cumbres cierran el vallecito y entre ellas están: las de Fontañan al mediodía, con su aperitiva y celebrada fuente de Villojo sobre el valle, y la tradicional ermita de Tusinos en la opuesta vertiente; pico del castillo de Gordon que dominaba el antiguo camino de Luna; las sierras que dan hacia la afamada fuente mineral de Cabornera, hacia Geras y Buiza y al SE. el empinado Cueto de San Mateo, con la cueva de un antiguo ermitaño, y cuya cima sirve de reloj solar al valle. Desde la estación se pasa al pueblo por un puente de piedra cubierto con armadura y piso de madera, para entrar á la única calle que existe, que flanquea la carretera y que se compone de casas de un solo piso. En un extremo se alza la pobre iglesia y en el opuesto casi, la bonita casa del señor don Manuel Iglesias, á quien se debe el fomento y desarrollo de la industria minera carbonífera, que ha de enriquecer á esta  comarca.

Cójense en su campo regular cosecha de buen trigo, abundantes legumbres, lentejas de gran fama, y muchas patatas. La mayor parte de las huertas y sembrados se cercan en este país con unos fuertes vallados de ramas verdes cortadas de chopo, álamo y otros árboles, á cuyos cierres denominan sebes. Los sebes sirven desde lo antiguo como unidad de tiempo, para referirse á la duración de la vida, puesto que se dice por  aquí:
«Un sebe tres años,
un perro tres sebes,
un caballo tres perros
y un hombre, tres caballos.»
Celébranse todos los jueves del año, y especialmente desde Setiembre á Enero, concurridos mercados de ganado cabrío, lanar y de cerda. Muchos de sus habitantes se dedican al acarreo del vino y es notable en los pueblos de este ayuntamiento la industria de.la preparación de cecina de cabrón, que se destina á la alimentación de los obreros de la tierra de Campos. El ganado cabrío procede del Vierzo, Galicia y Portugal, y aquí se ceba y mata para el tráfico de sus carnes. También se adquieren y recojen numerosos carneros que se llevan á Zaragoza y Cataluña. Estos laboriosos montañeses se dedican además á la limpieza del lino, que compran en las riberas del Orbigo y llevan á vender á Asturias. A estas antiguas industrias ha venido á aumentar la de la cantería y minería. En las inmediaciones de La Pola, hay ricas canteras de mármoles rojos, negros puros, negros veteados, céreos, grises, cenicientos y de múltiples tintas, con incrustaciones y fósiles algunos de ellos, que se emplean ya en la construcción, ya en la fabricación de excelente cal, en grandes hornos que han surtido á las obras de la vía y que se lleva á provincias muy distantes. Entre estos mármoles los hay magníficos para pulimento, con fósiles crinoides, al pié de la montaña de San Mateo, calizas metamórficas coralíneas y curiosos fósiles goniatites característicos de la formación devoniana. Dentro de ella están los grandes manchones carboníferos de la zona de Ciñera y Santa Lucía, continuación de la de Matallana. Dos empresas distintas explotan estos ricos criaderos: el Sr. Iglesias, de La Pola, que beneficia las minas Emilia y Ramona y la Sociedad Rico Llamas y compañía, de León, que lo hace de las llamadas Bernesga, número 3 y Anita.

Este criadero de bulla está limitado al O. por el rio Bernesga y al E. por el Torio. Posee el Sr. Iglesias un coto minero de 500 hectáreas, que ocupan una zona de 5 kilómetros de longitud por uno de anchura, dentro del cual hay hasta ocho capas reconocidas de un expesor de 1,50 á 8 y 10 metros, con una inclinación de 45°. La explotación se hace sobre tres capas, con galería de dirección sobre las mismas y tajos sobrepuestos, dividido en pisos de unos 40 metros de altura, que se comunican entre sí. El arrastre, tanto por el interior como por el exterior, se hace en tranvía, de 0,60 de anchura. Para bajar los carbones de los pisos superiores hay tres planos inclinados automotores, que miden 320 y 150 metros, y al pié del primero están instalados los cribos y lavaderos, en que se separan y clasifican los carbones, para ser conducidos desde allí al cargadero de La Ciñera, que dista 3 kilómetros. Muy pronto se facilitará la conducción por medio de un tranvía que se está construyendo. Los carbones son semicrasos, de llama larga y dan un 50 por 100 de cribado. Producen hoy estos magníficos criaderos de 16 á 18.000 toneladas anuales, cuya mitad consumo la vía férrea que pasa por la comarca. Decidido el propietario de estas minas á desarrollar en grande la industria, estudia hoy el modo de instalar fábricas de cok y aglomerados para surtir, los mercados de Castilla, y utilizar los carbones menudos. El precio de cada tonelada de hulla en el apeadero de La Ciñera es de 16 pesetas.

Estas mismas capas explota también la Compañía Rico en los Puertos de Don Diego que tiene un tranvía de 3 kilómetros hasta el pueblo de Ciñera, desde donde se conduce en carros la hulla hasta la estación. En término de Santa Lucia está la mina Candelaria, del Sr. Fernandez, con una capa de hulla dé dos metros de expesor y á 5 kilómetros del  apeadero de  La  Vid.

Los manchones carboníferos vienen formando de E. á O. una línea de muchos kilómetros, desde el límite de la provincia de Santander por Orbó, Barruelo, Mudá, Vergaño y Guardo en la de Palencia, y por Valderrueda, Sabero, Matallana, Ciñera, La Magdalena, Valdesamario, Tremor y Arbas, en la de León, y constituyen una gran riqueza, beneficiada boy en parte y de grandes recursos para el  porvenir.

En las calizas blancas, grises y rojas, y entre las masas de areniscas y conglomerados del terreno devoniano, están encajados estos yacimientos de hulla de León, que arman, no en caliza carbonífera, sino en arcillas cayuelas y pizarras de diversos colores, y en resistentes areniscas de muy variada estructura. Abundan, como es natural, los fósiles carboníferos y entre ellos las sigilarías, neuropteris, productus, lepidondendros, colamites y variadísimas impresiones en los esquistos ó pizarras.

No dejan de ser curiosos los alrededores de la Pola, en las estrechas gargantas de rocas en que el rio, formando casi un círculo detrás del pueblo, corta la carretera, pasa por entre las montañas y hornos de marmol y es cruzado varias veces por los atrevidos puentes y túneles de la vía. Una antigua calzada, la general de Asturias, por donde tantas generaciones pasaron, tiene en el término de la derruida ermita de la Magdalena un puente vetusto, el del Tornero, y desde allí se avanza por Bebesino á las aguas magnésico-ferruginosas de Cabornera, muy concurridas, recomendadas para las dolencias del estómago vejiga y clorosis y que no tienen aun establecimiento ni instalación alguna.

Por entre el accidentado paisaje, saltando diez veces sobre el Bernesga, avanza la vía y se cruzan en el trayecto el túnel de la Magdalena, el primero de la cordillera, de 72 metros, abierto en mármol en una curiosa estratificación vertical, dispuesta en hojas de poco espesor y contra el que se apoya sobre el rio un horno de cal; un puente; el paso de nivel de la carretera; otro puente; otro; un pontón; el túnel de Santa Lucía de 71 metros; terribles derrumbaderos al frente, al otro lado del rio; un puente oblicuo y en curva; el pueblecito de Santa Lucia; otro puente oblicuo y en curva; el túnel de las Colgadas, en curva, de 112 metros; otro puente; un túnel; La Ciñera, antiguo barrio de La Vid., ampliado hoy con la población de mineros que ostenta en sus cercanías el color oscuro del suelo impregnado de carbón, los cargaderos, los almacenes y á lo lejos, en las faldas de la áspera cordillera, los planos inclinados, por donde desciende la hulla desde las bocas minas; y el lugar de La Vid, sobre el rio, con su cargadero de carbones.

El horizonte se estrecha y el cuadro se hace cada vez más abrupto. Aparecen fuertes trincheras de arenisca, con tintas de hierro oxidado; y la carretera se esconde entre gigantescas cortaduras de asombrosos peñascos dislocados, que parecen sepultarla y que constituyen un admirable conjunto. También la vía penetra en la masa de aquella titánica mole en el túnel de la Gotera de 205 metros, para pasar después dos veces el rio que se retuerce en las angosturas, y la carretera general sobre un pontón, afianzado en un terrible muro de sostenimiento, que á su vez se apoya en otro idéntico que baja desde la carretera hasta, el rio. De nuevo se cruza un enorme estribo de la cordillera en el túnel del Tuero, de 320 metros, en término de Villasimpliz, y un puente, y allí pueden el viajero curioso y el artista, si se dirijen por la carretera, admirar el fantástico, solitario y grandioso paisaje que las rocas suspendidas sobre el camino con sus enormes masas y destacándose en el cielo con sus aserradas siluetas, de estratos casi verticales forman en breve espacio por lo alto, mientras que á los pies, y entre imponente derrumbadero, corren las aguas del Bernesga, apareciendo y ocultándose entre los repliegues y revueltas de las montañas. Allí ni el clima, ni el suelo amparan á la agricultura y sólo es rica  la comarca por sus pastos.

Pasado el pueblo de Villasimpliz y el pequeño túnel de Lorentin, las angosturas de la cordillera se separan, el horizonte se dilata en un hermoso campo y se detiene el tren en  la estación de:


VILLAMANIN (45,900 k.) Es uno de los diez y nueve pueblos que componen el ayuntamiento de Rodiezno, en la región más septentrional de la provincia, y que son Arbás, Vegalomosa, Busdongo, Camplongo, Casares, Cubilllas, Fontun, Golpejar, Millaró, Pendilla, Poladura, Rodiezno, Tonin, Ventosilla, Viadangos y Barrio de la Tercia, San Martin de la Tercia, Velilla de la Tercia y Villanueva de la Tercia. Todos ellos, con los municipios limitrofes de Carménes y Valdelugueros, formarom el antiguo concejo de Argüellos ó de Las tres Tercias, á los que por los especiales servicios que en todo tiempo prestaron a la Corma, concedieron los reyes Católicos la gracia de Hidalguía, con la exención de levas, sorteos y milicias, cuyo privilegio tuvo su última confirmacion en 1815.

Villamanin tiene 146 habitantes y es una poblacion rica por sus almacenes de géneros y vinos de acarreo y por su industria especial de la salazon y cura de jamones. Lo será más aun, muy pronto,  por su industria minera. En efecto, así  como en la zona anterior de La Pola y Ciñera hemos visto los criaderos carboníferos, aquí el terreno devoniano ofrece en las grisáceas y compactas calizas de sus montañas, grandes manchas oscuras de caliza trasformada en oscura dolomía, que encierra ricos yacimientos de cobre y cobalto. Este país es minero desde la época romana, según lo atestiguan los frecuentes hallazgos de labores, utensilios y monedas; y las explotaciones que sé han llevado a cabo en Villamanin, Cármenes Barrio, Rodiezno y otros puntos.

En Villamanin hay una mina, Carolina, de hierro peroxidado rojo, con una capa de trece metros de espesor; en Pobladura está la mina Manifiesta, de hierro oxidado, encontrándose además, abundante almagre y muchas areniscas bien impregnadas en dicho metal. También cerca de Camplongo, á la vista de la vía, se hallan algunos yacimientos ferríferos y cerca de San Martin algunos regulares afloramientos de carbón.

Pero el laboreo minero importante es el del cobre y cobalto. Explótanse ambos en la afamada mina Profunda situada en término de Cármenes, á un kilómetro á la izquierda de la carretera de dicho pueblo y á seis al N. E. de Villamanin. Está la mina á una altura de 1.500 metros sobre el nivel del mar. Los antiguos trabajos se hallan completamente inutilizados y se conocen con el nombre de «Las cuevas.» Para poder determinar bien en la existencia de los criaderos, la actual empresa, al frente de la cual se encuentra en este punto el muy activo y entendido minero don Ruperto Sanz, practicó hace dos años un socavón de atravieso de cerca de 180 metros de longitud, en dirección S. á N. y á 100 metros más abajo de las antiguas labores, habiendo encontrado el mineral á los 90 metros, en fajas de dolomía de 22 metros de anchura. Desde esta línea atravesó la masa metalífera en diez direcciones distintas con otras tantas galerías. Además, en otra galería de 40 metros abrió dos pozos verticales á la principal, con objeto de reconocer en profundidad la masa mineralizada. A 70 metros más abajo del socavón primero se está perforando otro, que á los 245 llegará á la formación metalífera, y por último al O. y en dirección opuesta se abre otro para encontrarla también. De este modo, y con abundantes elementos, se está efectuando el ataque serio de los yacimientos. En todas las galerías hay tranvías que facilitan mucho el trasporte. Extráense de estos criaderos notables cantidades de cobre gris, de carbonatos verde y azul, de pirita y cobres abigarrado y rojo, de óxido negro de cobalto y de arseniato del mismo metal. Es muy variable la riqueza de estos minerales y su distribución irregular en la dolomía, habiendo cobres que dan un 30 por 100, cobaltos muy ricos y algo de cobre nativo. Los criaderos afectan la forma llamada stockwerk, y no aparecen en filones, sino en bolsadas de variada extensión. La geología, según sus diversas tendencias, explica la constitución de estos depósitos metalíferos en la caliza trasformada en dolomía, por la acción de las corrientes internas de agua, á gran temperatura y con gran cantidad de ácido carbónico en disolución, que elevaron y depositáron los metales. Contra esta hipótesis de la acción geisseriana ó hidrotermal, que tiene muchos partidarios, se presenta la novísima de la acción del eterno movimiento molecular ó electrotelúrico, en que se supone que vive nuestro planeta, y que por las combinaciones químicas y las corrientes eléctricas está sin cesar metamorfoseando la naturaleza de los componentes de la corteza terrestre y produciendo sus revoluciones endóyenas y sus constantes cambios. En apoyo de la primera teoría aparecen aun de manifiesto los manantiales calientes magnesianos, que existen en diversos puntos de esta cordillera, y entre otros el de Villanueva de la Tercia y el de las Caldas de Getiño, próximos á las minas. Desde hace dos años, en que empezaron las grandes labores en la Profunda, se han enviado á Inglaterra unas 400 toneladas de cobre escogido. Cerca de la boca del socavón principal se ha construido una casa de 40 metros de fachada, para alojamiento de empleados y operarios, y desde ella se ha abierto una carretera de dos kilómetros, que se une con el camino de Cármenes y que permite subir los carros hasta la mina. Es seguro que este gran criadero, hábilmente explotado como lo está, ha de producir pingües rendimientos y que se lograrán los deseos del Sr. Sanz, decidido hoy en cuanto la producción se normalice, á instalar una fábrica de beneficio y fundición de cobre, para no ser, en manera alguna, tributarios del extranjero.

Además de esta mina hay denunciadas otras en la misma zona dolomitica y entre ellas las llamadas Concha, Prolongada, Foral y Euscalduna en Cármenes; la Luna 6 y Margarita en Villanueva, la Estrella Polar, de cobre, cobalto y niquel en Rodiezno y la Adelina, de niquel, en los lejanos picos de Casares. Aún podrían apuntarse aquí otros veinte criaderos más, cuyo dato indicará al lector los numerosos que son los rastros y vestigios metalíferos, que salpican las rocas de esta curiosísima zona.

Tiene también importancia Villamanin por otra afamada industria, no tan árida y difícil, pero sí más sustanciosa, la de los jamones. En este pueblo se recojen, en efecto, miles de jamones que se compran en Asturias, Galicia y El Vierzo, donde el cerdo pulula por todas partes, y se salan y curan de un modo tan ingenioso y completo, que en las principales fondas de Madrid y de otras capitales son preferidos á los demás jamones de España. La mayor parte de las casas de Villamanin tienen grandes bodegas ó depósitos de cuyo techo penden en múltiples filas los jamones ya curados. Bodega hay, y á pocos pasos de la estación por cierto, en la que aparecen suspendidos del techo 2.000 jamones. Pesa cada uno por término medio 8 kilogramos, y se venden sueltos por encargo de confianza á 8 reales kilogramo.

Desde la estación se percibe el bonito panorama de la comarca de las Tercias: al frente, en la orilla de un riachuelo, está Rodiezno, capital del ayuntamiento; á la derecha sobre Villamanin, se alza la pelada y alta cumbre de Fontum; más allá de los altos del primer término se esconden San Martin y Pobladura, y al Poniente llaman la atención las tres piramidales rocas, que cierran el horizonte sobre Cubillas y Casares. En estos recios y dilatados montes pastan los grandes rebaños que vienen de Extremadura, durante la época del buen tiempo, que es bien corta, porque durante ocho meses del año cubre la nieve riscos y valles, haciendo sumamente, triste la vida y muy pobre el suelo de tan elevada  región.

Tres kilómetros más adelante, después de dejar á la derecha en una loma la ermita de la Asunción, punto de gran romería, se cruza la carretera de Asturias, en término de Congosta, y á poco el túnel de Villanueva, de 115 metros de longitud, próximo al pueblo de este nombre, que queda á la derecha del rio. Antes de llegar al viaducto está inmediata á la carretera la casa de Baños termales de Villanueva de la Tercia ó del Camino. Goza este notable manantial de gran fama en el país; el uso de sus aguas es ya antiguo y las curaciones que se le atribuyen son muy numerosas. Está situado dentro de un pobre edificio en la carretera, y brota con abundancia en aquel punto mismo, surtiendo de agua á dos pilas de piedra y perdiéndose constantemente su caudal en la corriente del inmediato rio  Bernesga.

La casita está al pié del viaducto y de las rocas, y ostenta en la losa que forma la parte superior de su puerta esta inscripción: «Se hizo en 1848.—Casa de baños termales. —Fuentes calientes de Don Roque Azevedo, cirujano en este ayuntamiento y observador de las virtudes medicinales de estas aguas, 20 años.» En el interior existen dos reducidas habitaciones, con una pobre pila de losas en cada una, en las que vierte el caño de agua del manantial. Su temperatura, tomada por el autor de este libro, es de 30°,8 centígrados. No se ha analizado seriamente su composición; pero sus principios mineralizantes deben ser los carbonatos de cal y la magnesia. Su temperatura es superior, por ejemplo, á las de Trillo, La Isabela, Liérganes y Solares é igual á las de Jaraba, Jaén, Cestona, Carballino y Urberuaga. Se aplican con especial virtud á los reumas artríticos y diatésicos, á las neuralgias, á la gota y á las afecciones gastro-intestinales. No solo no tiene clasificación oficial, sino que no hay método ni reglamentación alguna en su aprovechamiento. La instalación es muy mala y produce verdadera lástima el considerar que un manantial tan abundante y rico, situado al pié del ferro-carril, en una bellísima ribera rodeada de colosales rocas y que tiene todas las condiciones para ser un agradable punto de veraneo, esté en la situación y abandono en que se encuentra. Su dueño, que vive en Babia, es el cura de Pinos D. Manuel Alvarez, quien de seguro entrará en arreglo con cualquiera empresa de garantía que tenga el buen acuerdo de utilizar estas aguas para fundación de un establecimiento de salud. No solo brota el manantial caliente entre las rocas de los cimientos de la casa, sino que salta también en burbujas, cortando la anchura del Bernesga frente á este mismo punto.

Uno de los detalles deliciosos de este sitio es el magnífico viaducto de tres claros, de 12 metros cada uno, dos sobre el rio y uno sobre la carretera, por el que pasa la vía férrea; construido con magnífica cantería blanco-rojiza y de gran aspecto en su conjunto. Fue ejecutado por el contratista Sr. Pagola. Debe recomendarse á los touristas dibujantes, que buscan modelos admirables en la naturaleza, que se detengan al pié de este viaducto, situándose detrás de él en la carretera, y verán, por entre los arrogantes arcos que sostiene la vía, un magnífico cuadro, con abruptas rocas, el Bernesga al pié, los pueblecitos de las Tercias á lo lejos y el horizonte recortado por las variadas siluetas de azules picos. No hace falta más para completarlo sino que, en vez de la ruin casa de los baños, se alce en tal paisaje un bello edificio moderno, para que el todo sea entonces incomparable.

Marcha la vía sobre el rio entre los cortes de la mitad de la ladera, dejando allá abajo, en las sinuosidades del valle, á Camplongo; pásase el túnel de este nombre, de 50 metros; un kilómetro más adelante se cruza el del Acero, y á poco el tren se detiene, donde se ha detenido por espacio de quince años, para no pasar más adelante, casi en lo más alto de la colosal cordillera, en la estrecha garganta de Busdongo.



"Caminos de Hierro de León, Asturias y Galicia - De Palencia a Oviedo y Gijón, Langreo, Trubia y Caldas", Ricardo Becerro de Bengoa
Cronista de Vitoria, Catedrático de Física y Química, Académico correspondiente de la Historia, etc.
Palencia, 1884, Alonso y Z. Menendez, Editores, D. Sancho, 13.