En las máquinas modernas de rastrillar, automáticamente
se abren y cierran las mordazas, como también se invierten los manojos
de fibras.
En el espadado y rastrillado caen muchas fibras mezcladas con materias
leñosas.
Estos desperdicios, llamados estopas, se utilizan por procedimientos especiales,
de los que trataremos más adelante.
Las fibras de lino examinadas al microscopio se presentan en largos tubitos,
de extremos puntiagudos y con pequeñas grietas transversales, divididos
en trozos celulares que algunas veces parecen superpuestos. A lo largo de
la fibra se distingue en su centro una doble línea oscura que representa
el tubito central interior (fig. 4). El color de la fibra varía mucho,
dominando, sin embargo, los tonos claros, especialmente el rubio pálido,
amarillo y verde plateado. Las fibras sueltas tienen como término
medio 500 mm. de longitud ; menos de 300 mm. de largo no deben recomendarse.
La finura de estas fibras puede llevarse a gran extremo por medio de continuos
rastrillados, llegando hasta 0,045 a 0,225 mm. Para el grado de finura se
adopta la numeración empleada en los hilados y se aplica a la hilatura
de las fibras primitivas. Su resistencia es mayor que la del algodón,
pero su elasticidad es menor. Las buenas clases de lino tienen bastante
brillo.
De las semillas de las plantas de lino se obtiene el aceite de linaza,
el cual puede convertirse en aceite comestible, pero generalmente se emplea
para barnices y colores. Los residuos de la extracción de aceite de
las semillas se utilizan para cebo del ganado.
3. Cáñamo
Las fibras de cáñamo se obtienen de los tallos de la planta
de cáñamo designada por
Cannabis sativa. Hay plantas
masculinas y femeninas; las primeras alcanzan un desarrollo de 1,8 a 2,4
m de altura, las segundas son más pequeñas. Crece, mejor en
climas templados (España, Italia y Francia); sin embargo, también
se cultiva en regiones septentrionales (Rusia, Alemania y Austria). Este
cultivo se redujo mucho en Alemania, pues en el año 1878 se cullivaron
21.000 ha., reduciéndose a sólo 600 ha. en el año 1913,
habiéndose hecho esfuerzos inauditos para aumentar su cultivo durante
la guerra, llegando en 1917 a una superficie de cultivo de 3.000 ha.
Su recolección y elaboración es muy semejante a la del lino.
Su imagen microscópica (fig. 5) concuerda con la del lino, tanto
que es preciso ser un perfecto conocedor de estas fibras para poderlas distinguir.
En el pago de los derechos de aduanas, a menudo se han originado dificultades
por este motivo. El color del cáñamo es igual al del lino;
las fibras son más bastas, pero bastante más largas; son mucho
más resistentes, pero menos brillantes. A causa de su gran resistencia,
se emplea el cáñamo para telas de embalaje, velamen, cordeles,
cuerdas y cables.
4. Yute
Las fibras de yute proceden de los tallos de las plantas de yute (
Corchorus
capsularis). Crece en los países calientes de Asia, especialmente
en las Indias Inglesas (cuyo puerto de exportación es Calcuta), y
tiene una altura de 3 a 5 m.
El yute debe enriarse como se ha descrito para el lino, luego pueden separarse
con las manos las fibras de los tallos, que tienen unos 15 mm. de grueso.
Como la capa filamentosa es muy quebradiza, es preciso ablandarla y suavizarla
; esto se logra tratando las fibras por resquebrajado. Las fibras se rocían
con agua y se impregnan de sulfato, conservándolas varios días
en este estado. Las máquinas de resquebrajar se asemejan a las agramadoras
del lino. Las clases finas son tratadas como el lino, las más bastas,
como la estopa ; en las primeras se cortan los tallos en trozos de unos
75 cm de longitud y luego se procede al rastrillado. En otros casos no se
cortan los tallos ni se rastrillan, llevando los tallos resquebrajados a
las cardadoras de que se hablará más adelante.
El yute es muy resistente y se deja teñir en brillantes colores;
desgraciadamente resiste poco las inclemencias exteriores, pierde rápidamente
su resistencia, especialmente en estado húmedo.
5. Ramio y chinagras
El ramio (fig. 7) y el chinagras son dos nombres distintos de la misma
planta que pertenece a la familia de las ortigas. Este es oriundo de China
y del Sur de Asia, pero actualmente se cultiva también en Francia,
Hungría y, como vía de ensayo, en el Sur de Alemania.
La separación de las capas fibrosas de los tallos presenta graves
dificultades, por cuyo motivo resulta esta primera materia proporcionalmente
cara.
El ramio es muy apreciado por la gran resistencia de sus fibras y su acentuado
brillo. Se emplea como sustitutivo del lino en mantelerías y tiene
especial aplicación en tapicería.
6. Junco y Turba
Los juncos crecen en gran cantidad en las orillas de las corrientes de
agua (
Typha laetifolia o
angustifolia), sus hojas contienen
fibras en proporción del 20 % de su peso, pero son más bastas
que las fibras .procedentes de tallos, como ocurre con todas las extraídas
de hojas.
Las fibras de turba se encuentran en notable cantidad en las turberas y
terrenos cenagosos, procedentes de plantas transformadas en turba. Las fibras
utilizables en la hilatura proceden de las hojas del helióforo o lino
silvestre en turba. Las fibras separadas a mano se someten a un lavado, secado
y batido para separar de ellas las materias extrañas, tratándolas
después como la lana para su hilatura.
7. Celulosa de madera
La celulosa de madera no debe confundirse con la pasta o pulpa de madera.
Esta última se obtiene por el procedimiento seco, disgregando la
madera por frotamiento ; pero como las fibras no quedan sueltas completamente,
pues quedan unidas entre sí por la materia incrustante leñosa
de la madera, ésta se separa de las fibras por medio de la cocción
de aquellas partículas en soluciones químicas. Estas fibras
obtenidas tienen de 1 a 2 mm. de longitud, llegando raramente a 3 mm. La
madera más apropiada es el abeto y pino silvestre. Según el
producto químico empleado, se designa por celulosa sulfitada y celulosa
sódica.
8. Caucho
El caucho procede de la savia lechosa de diferentes árboles que
crecen en la zona tropical. Esta leche del caucho gotea al hacer incisiones
en la corteza de los troncos, siendo recogida y coagulada, tratándola
luego por un complicado procedimiento de purificación. Es preciso
destruir también sus propiedades aglutinantes, lo que se logra por
medio de la vaporización (vulcanizado). Por fin, el producto obtenido
(goma), cortado en hilos delgados, se utiliza como fibra textil.
B. FIBRAS TEXTILES DEL REINO ANIMAL
Las fibras textiles del reino animal forman dos grupos distintos : lanas
y sedas. En el primer grupo están comprendidas las más útiles:
la lana de oveja, pelo de cabra, camello y llama, y en menor importancia,
la crin de caballo, y pelo de reses, liebres, conejos, etc. Entre las sedas
deben distinguirse la seda verdadera, seda silvestre y seda marina.
1. Lana de ovejas
La mejor lana, la lana esquilada o natural, se obtiene de los cuerpos de
las ovejas vivas y sanas. Para su producción se crían diferentes
razas de ovejas. Otros elementos vitales suministran las ovejas, cuyas carnes
encuentran gran aplicación para la alimentación ; su lana
es utilizada también después de sacrificadas, pero resulta
de calidad inferior. Comercialmente se la designa por lana muerta. Al curtir
las pieles, se utiliza también la lana de las mismas, y se designa
por lana de piel; pero sólo puede utilizarse para hilados ordinarios
y tejidos de baja calidad, pues por el tratamiento de curtición queda
muy castigada. También hay la lana mortecina, o sea la que procede
de ovejas enfermizas que mueren, la que se cotiza a muy bajo precio.
Hay numerosas razas de ovejas, pero según las cualidades de la lana
pueden clasificarse en dos grupos :
a) Ovejas del país,
b) Ovejas del Norte.
Las ovejas del país tienen una lana corta y fuertemente rizada;
las ovejas del Norte tienen fibras más largas y menos rizadas ; por
esto se emplea la primera clase para tejidos corrientes y género
de punto, la segunda clase, conocida por estambre, después de peinada,
para tejidos finos. Las diferencias entre estas dos clases serán explicadas
más adelante. Sin embargo, actualmente las hilaturas modernas pueden
peinar e hilar lanas bastante cortas y rizadas.
Entre las ovejas del país debemos citar las ovejas alemanas, las
españolas merinos y las procedentes del cruzamiento de ovejas alemanas
con reproductores españoles. Estas ovejas cruzadas se han extendido,
no solamente en Europa, sino en América, Australia y África,
asegurando el consumo mundial de lana. Entre las razas españolas deben
citarse la electoral o merino sajona y la raza del Infantado o negretti.
Entre las ovejas del Norte podemos citar las ovejas inglesas, las holandesas
del bajo Elba y el Weser, las ovejas de los brezales de Lunenburg y la oveja
de Creta en Hungría.
Antes de efectuar el esquileo de la lana de las ovejas, se procede, generalmente,
a su lavado en un baño o por medio de mangueras. La lana esquilada
sin lavado previo, se llama lana sucia o grasosa. El esquilado se hace con
tijeras especiales que corresponden a las tijeras.ordinarias de tonsurar,
pero de mayores dimensiones o las modernas y prácticas máquinas
americanas de cortar pelo. La lana esquilada se divide en lana de morueco
procedente de los carneros y lana madre procedente de las ovejas, lana de
borregos de los animales de un año, lana de cordero procedente de
los corderos esquilados por vez primera y que en cada pelo tienen un rizo,
que no existe en las demás lanas. La lana esquilada de cada cabeza
se deja junta a ser posible, y es expedida a las fábricas en forma
de vellón. Allí debe precederse a la clasificación minuciosa
de la lana, pues las diferentes partes del vellón poseen distintas
cualidades. La mejor lana procede de la espalda, los costados del cuerpo,
el cuello y las piernas. Son de calidad inferior los pelos del pecho, parte
superior del cuello, de los brazales, cola, cabeza y pies (pelos cortos
y duros). Para fijar la calidad de la lana se tiene en cuenta las siguientes
características : color (se prefiere siempre la blanca), longitud
(hasta 100 mm. para lana corta y 300 mm. para lana peinada),
rizado (normal, poco pronunciado y muy rizado), brillo (en algunas clases
muy pronunciado), finura (ordinariamente en la lana de buena calidad en milésimas
de mm de espesor), regularidad, flexibilidad, ductibilidad, elasticidad
y resistencia. Examinada al microscopio, presenta un aspecto característico
que la hace reconocer inmediatamente: se ven las escamas que la forman,
ligeramente cónicas, superpuestas entre sí por sus bordes,
como las tejas (fig. 8, pág. 39).
La lana absorbe fácilmente la humedad, y según el grado de
humedad de la misma varía su peso entre grandes límites. Este
fenómeno se utiliza a menudo para realizar engaños al efectuarse
las compras, pues éstas se tratan por el peso. Por ello existen instituciones
especiales que determinan el peso real referido a un grado normal de humedad;
se llaman acondicionamientos, los cuales van a aplicarse a la seda, pues
también absorbe humedad fácilmente y es una primera materia
más cara que la lana. En estos Institutos se determina primero el
peso en seco, tomando para ello muestras de diferentes balas, que se calientan
hasta que ya no pierden peso alguno. El pesó en seco así obtenido,
se aumenta en 17 % para lana corta y en 18,25 % para la lana larga o peinada,
con objeto de fijar el peso de venta.
La calidad y cantidad de lana producida en Europa ha disminuido considerablemente.
En Alemania existían en 1860 unos 28.000.000 de carneros y en 1913
sólo había 5.500.000, importando lana de Australia, África
y América, donde la cría ha aumentado considerablemente.
2. Pelo de cabra
En primer lugar debe tratarse del pelo de cabra de Angora (véase
la imagen microscópica fig. 10) procedente de estas cabras que se crían
en Asia Menor ; actualmente también se cría esta raza en España,
Francia y Colonia del Cabo, y desde hace algún tiempo en el África
occidental alemana. Este pelo es liso, tiene un brillo magnífico y
es completamente blanco. Es muy apreciado para la fabricación de pelouche
e hilados de fantasía, muy empleados en la elaboración de telas
para trajes y abrigos.
Además de este pelo, debe citarse el pelo cachemir y del Tibet,
ambos muy semejantes por sus características, aunque el primero es
más fino. Se emplean raramente solos, mezclándolos generalmente
con otras fibras textiles. También se utiliza el pelo de las cabras
indígenas, pero siempre mezclado a otras fibras en hilados ordinarios.
3. Pelo de camello y vicuña
El pelo de los camellos y dromedarios tiene generalmente un color parduzco,
y se emplea para mantas y correas de transmisión.
El pelo de vicuña (imagen microscópica, fig. 11) procede
de América del Sur, conociéndose las siguientes clases : alpaca,
llama, guanaco y vicuña.
El pelo de alpaca se emplea en sustitución del pelo de camello.
4. Lana artificial o borra
La lana artificial no es una lana obtenida por medios o procedimientos
artificiales, como los ignorantes suponen ; no es más que el producto
del aprovechamiento de la lana natural procedente de trapos, retales, vestidos
usados, desechos y borras de las hilaturas y tejidos. Los trapos, después
de limpiados convenientemente, son triturados y deshilachados, quedando
libres las fibras de lana, y se procede a su hilado como la lana natural.
La lana artificial o regenerada es muy útil y apreciada, aunque
presenta algunos inconvenientes. Se aprecia mucho si procede de tejidos
no batanados, borras de hilatura, géneros de punto, ropa interior,
medias, etc., pues en éstos las fibras naturales han sufrido muy
poco. Se obtiene un producto inferior si la lana procede de tejidos batanados
o cardados, pues para deshilacharlos hay que tratarlos enérgicamente,
rompiéndose y maltratándose las fibras fácilmente.
La lana procedente de los primeros, de mejor calidad, se designa por «Shoddy»
y la de los segundos por «Mungo». Hay todavía otra clase
de lana procedente de trapos de media lana llamada «Extrakt»,
de la que es conveniente separar el algodón que contiene, lo que
se logra por el procedimiento químico de la carbonización
; para ello se tratan los trapos por una solución ligera de ácido
sulfúrico, cloruro de aluminio o cloruro de magnesio, introduciéndola
luego en una estufa calentada a 80-130° C, quedando destruido el algodón.
Por un batido se separan las cenizas y se neutraliza el ácido sulfúrico
por un álcali, luego se procede al lavado, escurrido y secado, quedando
dispuestos para el desfibrado.
Las necesidades, cada vez mayores, en fibras textiles han hecho aplicar
el procedimiento usado en la lana para utilizar la lana artificial o regenerada
a otras fibras; del algodón, lino, cáñamo y yute se
obtiene algodón artificial, lino, cáñamo y yute artificial.
5. Seda natural
Además de la seda natural o de morera, producida por el gusano de
seda (
Bombyx mori), hay la seda silvestre producida por el gusano
Tussah, que transformado en las llamadas mariposas de noche o falenas vive
en la India y China del Sur ; no reúne, las cualidades de la seda
natural y por esto no es tan apreciada (fig. 13). Junto a la seda silvestre
debe considerarse también la seda marina o biso, que procede de la
barba de la ostrapena que vive en el Mediterráneo, pero tiene escasa
aplicación.
El gusano de seda se alimenta de las hojas de la morera y se cría
en China, Japón, Italia, España y Sur de Francia. Desde hace
algunas decenas de años, en Hungría se ha introducido la cría
del gusano de seda con excelentes resultados. Los ensayos realizados para
introducir estos gusanos en los países del Norte, donde se adaptan
bien, no han dado resultado porqué las moreras sólo crecen
en climas templados. Como sustitutivo de las hojas de morera para la alimentación,
se ha pretendido emplear las hojas de escorzonera, pero estos ensayos no
han dado resultado satisfactorio. De los huevos puestos por las hembras en
el año anterior (1.300 a 1.400 pesan un gramo y son del tamaño
de la semilla de adormidera) salen los pequeños gusanos, empezando
en seguida a devorar y crecer rápidamente, llegando a los 30 días
a la longitud de 75 a 90 mm., que corresponde a su pleno desarrollo, mudando
la piel cuatro veces durante su crecimiento; entonces comienzan a segregar
seda. Primeramente producen hilos flojos, que sujetan a ramitas o escobillas;
luego forman alrededor de sí mismos una cápsula de longitud
uniforme, que tiene una forma ovalada, denominada capullo. La longitud del
hilo producido excede de 3.000 m., de los que sólo pueden utilizarse
unos 900 m. En el interior del capullo, el gusano se transforma en larva,
y de ésta se desarrolla la mariposa, que perforando las paredes del
capullo sale al exterior. Se acoplan entonces los machos y hembras, poniendo
éstas los huevos para el año próximo, muriendo después.
Los gusanos obtenidos con 100 gr. de huevos o semilla consumen, para su
completo crecimiento, 3.000 a 4.000 kilos de hojas de morera, produciendo
a lo sumo 80 a 120.000 capullos, pesando 150 a 200 kg. de los que se obtiene
10 a 15 kg. de buena seda.
Los gusanos pueden sufrir graves enfermedades que a veces destruyen toda
la cría, siendo la más peligrosa la tisis o febrina. Esta
enfermedad, una vez declarada, no tiene curación posible, conociéndose
únicamente medios preventivos. El profesor Pasteur estudió
el procedimiento de fumigar o pulverizar a las hembras después del
acoplamiento, examinándolas luego al microscopio, con el que pueden
distinguirse fácilmente los gérmenes de la enfermedad, destruyendo
entonces los huevos de las hembras enfermas.
Todos los capullos que han de utilizarse para la obtención de la
seda, se introducen en hornos de cocer pan o en hornos construidos especialmente,
hasta que los gusanos mueran.
Luego se escogen y clasifican cuidadosamente según su tamaño
y calidad, separando los capullos dobles (producidos por dos gusanos que
hilan juntos), los manchados o los incompletos, pues éstos no sirven
para el devanado. En el devanado se introducen los capullos en un recipiente
(
a fig. 2) lleno de agua caliente, donde son frotados y removidos
por medio de un cepillo
b o por varillas, disolviéndose la
materia aglutinante, y el cabo del hilo que forma el capullo queda sujeto
al cepillo. Se trasladan entonces los capullos a un segundo recipiente
c, sujetando los cabos de los hilos de varios capullos a un ganchillo.
Para el devanado se juntan varios hilos (3 a 20, según el grueso del
hilo que se desea producir) pasándolos por el ojete de cristal
d
y las poleas guías
e, f, g al guíahilos
h,
de donde ya unidos se arrollan sobre la devanadora
i que gira velozmente,
donde los hilos se devanan cruzándose, pudiendo pararse la devanadera
por medio del pedal
k al presentar el hilo obtenido alguna irregularidad.
Estos hilos deben pulirse luego y someterlos a una ligera torsión,
denominándose, ya terminados, hilo de seda cruda o en rama. En muchas
aplicaciones, estos hilos no pueden emplearse pues son demasiado débiles,
por lo que se procede al retorcido de varios hilos de seda en rama (torsión),
teniendo cuidado en seguir una dirección distinta de la torsión
empleada cuando se juntaron los hilos de capullos, para que éstos
no pierdan el torcido primero. Todos los desperdicios y los capullos que
no pudieron ser devanados se aprovechan sometiéndolos a otros procedimientos,
que describiremos en la parte destinada a Hilatura.