Horno que utiliza energía
de microondas para cocinar alimentos
Percy Spencer, West Newton, para Raytheon Manufacturing Company, Newton,
Massachusetts
Presentada el 8 de octubre de 1945 y publicada como US 2495429
Raytheon era una pequeña empresa que al principio de la II Guerra
Mundial se dedicaba a la electrónica militar. Cuando los británicos
inventaron el magnetrón (dispositivo interno del radar) encontraron
dificultades para realizar mejoras. Raytheon consiguió que se les
invitara a unas charlas confidenciales con expertos británicos, y
Percy Spencer les comentó que sus métodos para realizar los
tubos eran «incómodos y poco prácticos». Les convenció
para que le dejaran llevarse uno a casa y durante el fin de semana se le
ocurrieron unas sugerencias para simplificar la fabricación y mejorar
su funcionamiento. Como resultado, a la empresa se le otorgó un pequeño
contrato y al finalizar la guerra ya producía el 80% de los magnetrones.
Un día de 1945, Spencer pasó por delante de un magnetrón
encendido y se dio cuenta de que la chocolatina que llevaba en su bolsillo
se había convertido en un revoltijo pegajoso. No sintió calor
y dedujo que las microondas del magnetrón la habían derretido.
Pidió que le trajeran una bolsa de palomitas y al ponerlas delante
del magnetrón éstas estallaron por todo el laboratorio. El
día siguiente puso delante del magnetrón una tetera con un
huevo crudo con un lado cortado; un colega impaciente miró por encima
del agujero justo en el momento en que el huevo estallaba y se le llenó
la cara de huevo. La cocción normal ocurre de afuera hacia adentro
(convección), pero en los hornos microondas el interior se cuece antes
que el exterior. Los hornos microondas trabajan agitando las moléculas
de agua en la comida y este movimiento es una señal normal del calor.
Debido a su manera de funcionar, más cantidad de comida significa
más tiempo para calentarse (hay más material para que el horno
trabaje) y el interior de la comida se cocina a la vez que el exterior.
La patente muestra la comida pasando por el horno, como indica el sistema
portador en el lado derecho del dibujo. La velocidad del movimiento determinaría
la duración de la cocción. Raytheon no había estado
involucrada en el mercado de consumo, pero decidió vender lo que al
principio llamaba su «Radarange». Los hornos microondas originales
medían 2 metros de altura y costaban 3.000 dólares. Se colocó
un prototipo en la cocina de uno de los directores de la compañía
y su cocinero, horrorizado por esa «magia negra», dimitió.
A ese precio tan elevado sólo se vendía a unidades de suministro
de comidas, hospitales, campamentos militares y otros lugares donde se cocinaba
a gran escala. En 1965, Raytheon compró la Amana Refrigeration Unit,
una empresa de Iowa, y en 1967 comenzó a vender modelos más
pequeños diseñados para caber en una superficie de trabajo,
con lo que las ventas empezaron a subir. Spencer, un hombre autodidacta de
Maine, diseñó más de 200 patentes.