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Aparato 
 Morse
                      
                  
       
   
   
Aparatos antiguos. — 
     
   El primer telégrafo eléctrico fue el inventado por el médico 
 barcelonés Francisco Salva, quien, antes de la invención de 
 las pilas, logró telegrafiar un parte mediante las descargas de un 
 condensador.
     
   A este primer ensayo, siguió el de un aparato construido por Sömmerring, 
 en 1809, en el cual, por la acción de la corriente suministrada por 
 una batería, se descomponía el agua. Por cada letra del alfabeto 
 había una linea especial cuyo extremo, en el lado de recepción, 
 pasaba por el fondo de una vasija de vidrio llena de agua acidulada, en la
 que se desarrollaban burbujas de gas (pág. 63) y en el extremo correspondiente
 a la transmisión el circuito de la batería se cerraba por
la  línea. Este aparato no llegó a usarse en la práctica.
     
   En el año 1833 Gauss y Weber construyeron en Göttingen su
  telégrafo  electromagnético que fue empleado durante
algunos años en el cambio de noticias entre el observatorio y el gabinete
de Física.  Se fundaba en la desviación de la aguja magnética
por la acción  de la corriente eléctrica (pág. 79).
Como manantial de corriente  emplearon Gauss y Weber una magneto, y como
receptor un imán sobre  el que se arrollaba alambre; este imán
se suspendía de manera  que girase fácilmente, y sus desviaciones
a la derecha y a la izquierda,  debidamente agrupadas, constituían
el alfabeto.
   
     
En el telégrafo impresor indicado por Steinheil, 
 en 1837, se aprovechaban los movimientos de dos agujas magnéticas 
en cuyos extremos se fijaban dos pequeños depósitos, que contenían 
 tinta para la producción de letras permanentes encima de una tira 
de papel movida por un aparato de relojería. Según se hacía 
 girar el inducido de la magneto en un sentido o en el contrario, se desviaba 
 una u otra de las agujas magnéticas en la dirección del papel, 
 con lo que se inscribían en dos líneas puntos que se agrupaban 
 para formar letras.
     
   En Inglaterra, Cooke y Wheatstone inventaron el telégrafo de 
aguja.  El aparato consistía en un cuadro sobre el que se arrollaba 
alambre,  que contenía una aguja magnética giratoria alrededor 
de un eje horizontal y estaba colocado en una caja en cuya cara anterior se
movía  una aguja giratoria, conectada con la aguja magnética; 
debajo de la  aguja había un mango por medio del cual se podía 
conectar la  batería en uno o en otro sentido. El número y el
sentido de  las desviaciones de la aguja indicaban las diferentes letras.
     
   Un aparato anterior a éste, debido también a Cooke y Wheatstone, 
 estaba constituido por 5 agujas; este aparato representa el paso al telégrafo 
 de aguja, que no necesita de un alfabeto acordado. En este aparato las letras 
 están dispuestas en un campo de forma rectangular, encima o debajo 
 de las agujas y dispuestas de tal manera que con la desviación de 
dos agujas en sentido contrario indicaban sus extremos las letras que se quería
telegrafiar. Los mangos giratorios eran substituidos por pulsadores emisores.
     
   El telégrafo de aguja se ha utilizado hasta nuestros días. 
 Necesita una débil intensidad de corriente y es por consiguiente apto
 para ser empleado en cables de gran longitud en donde no es admisible el
empleo de grandes baterías. El galvanómetro de espejo de Thomson
que se usó en los cables transatlánticos no es otra cosa que
un telégrafo de aguja muy sensible.
     
   El primer telégrafo verdadero de aguja fue construido en 1839 por 
 Wheatstone. Su receptor consiste en un aparato de relojería con freno 
 electromagnético, que permite solamente el movimiento, paso a paso, 
 de la aguja sobre una serie de letras, cuando ambos extremos de la palanca 
 de dos brazos de la armadura son atraídos alternativamente por una 
 u otra bobina del electroimán. Como transmisor se emplea un disco 
metálico en cuya periferia alternan dientes conductores separados por
espacios aislantes. Unas escobillas ponen en comunicación de una manera
regular uno de los polos de la batería con una u otra de las dos líneas,
mientras que el otro polo de la batería está conectado con
la tercera línea.
     
   En Alemania se han perfeccionado los telégrafos de aguja, especialmente 
 por Siemens, quien reunió el transmisor y el receptor en un solo aparato,
 empleando para el movimiento de la aguja un electroimán con interrupción
 automática. Para la emisión de la corriente empleaba 30 pulsadores
 dispuestos alrededor del disco de letras. Un perfeccionamiento esencial
ideado  posteriormente por Siemens del telégrafo de aguja fue la introducción
 de la magneto (págs. 96 y 200).
     
   En el nuevo telégrafo de aguja de Wheatstone, denominado aparato
 ABC, se usa como transmisor una magneto cuyas corrientes provocan el movimiento, 
 paso a paso, hacia adelante, de la aguja, y al apretar los pulsadores pueden 
 ser interrumpidas.
     
   Los telégrafos químicos no necesitan instalación 
 alguna electromagnética; es suficiente que haya una escobilla metálica, 
 que esté en comunicación con la línea y se arrastre 
sobre la cinta de papel impregnado con ciertas sales metálicas; a través
del papel la corriente sigue su camino hacia tierra, haciéndose visible
en forma de una raya de color rojo en la cinta de papel.
     
   Tales aparatos, por ejemplo, los de Davy, Gintl y Stöhrer, trabajan 
 sin producir ruido y necesitan instalaciones especiales de llamada; por este
 motivo y por los inconvenientes inherentes al impregnado del papel no encontraron
 aceptación en la práctica.
     
   En un telégrafo químico más antiguo que inventó 
 Bain en 1846, se perforaban en una cinta de papel los signos que se tenían 
 que transmitir, lo cual se hacía después mecánicamente.
     
   Si el aparato telegráfico sirve para reproducir de una manera exacta 
 un escrito original, se denomina telégrafo copiador. Bakewell, 
 en Inglaterra, construyó, en 1847, un telégrafo copiador electroquímico 
 en el cual una escobilla de hierro recorría, siguiendo una hélice 
 de pequeño paso, un papel arrollado sobre un cilindro metálico 
 y preparado químicamente; sobre este papel aparecía el dibujo 
 blanco sobre fondo azul.
     
     
   Aparato Morse.—
     
   El aparato inventado, en 1835, por el pintor americano Morse, pertenece 
 al grupo de los telégrafos impresores electromagnéticos. La 
 transmisión tiene lugar por medio de signos convenidos, consistiendo 
 en puntos y rayas, producidos por atracciones de corta y larga duración 
 de la armadura de un electroimán. Por medio de un mecanismo inscriptor, 
 fijo a una palanca de la armadura, se hacen visibles los signos sobre una 
 cinta de papel que se mueve mediante un aparato de relojería. Los 
signos se emiten cerrando o abriendo el circuito mediante un manipulador. 
En el primer caso hay corriente en la línea durante el trabajo (corriente 
 intermitente); en el segundo caso hay siempre corriente en la línea, 
 y se interrumpe únicamente en la posición de trabajo (corriente 
 continua).
     
     
   Alfabeto Morse.—
     
   Los signos usados en la actualidad no son los indicados primitivamente 
por  el inventor, sino que han ido modificándose poco a poco y en el
sentido   de que las letras que aparecen en los telegramas con mas frecuencia,
se compongan  lo más sencillamente posible con los signos elementales
punto y raya.  La longitud de los signos elementales es la acordada en el
convenio internacional  de telefrafía.
     
     Distancia y longitud de los signos. Una raya es igual a tres
puntos.  La distancia entre los signos que constituyen una letra es igual
a un punto.  El espacio entre dos letras es igual a tres puntos. El espacio
entre dos palabras es igual a cinco puntos.
     
     
     Letras
     
     a   . ___
  ä   . ___ . ___
  á, â   . ___ ___ . ___
  b   ___ . . .
  c   ___ . ___ .
  ch   ___ ___ ___ ___
  d   ___ . .
    e   .
  é   . . ___ . .
  f   . . ___ . 
  g   ___ ___ .
  h   . . . .
  i   . . 
  j   . ___ ___ ___
  k   ___ . ___
  l   . ___ . .
  m   ___ ___
  n   ___ .
  ñ   ___ ___ . ___ ___
  o   ___ ___ ___
  ö   ___ ___ ___ .
    p   . ___ ___ .
  q   ___ ___ . ___
  r   . ___ . 
  s   . . .
  t   ___
  u   . . ___
  ü   . . ___ ___
  v   . . . ___
  w   . ___ ___
  x   ___ . . ___
  y   ___ . ___ ___
  z   ___ ___ . .
    
    
    Números
    
    1   . ___ ___ ___ ___
    2    . . ___ ___ ___
    3    . . . ___ ___
    4   . . . . ___
    5   . . . . . 
    6   ___ . . . .
    7   ___ ___ . . .
    8   ___ ___ ___ . .
    9   ___ ___ ___ ___ .
    0   ___ ___ ___ ___ ___
       
     
     
Números abreviados
   
   
     
         
  1   . ___ 
   2    . . ___
   3    . . . ___
   4   . . . . ___
   5   . . . . . 
   6   ___ . . . .
   7   ___ . . .
   8   ___ . .
   9   ___ .
   0   ___
      
          
    Signos ortográficos y otros
    
  Punto y seguido .   . .    . .    .
 . 
    Punto y aparte .    . ___ . ___ . .
    Punto y coma ;   ___ . ___ . ___ .
    Coma ,   . ___ . ___ . ___
    Dos puntos :   ___ ___ ___ . . .
    Signo de interrogación ?     . . ___ ___ 
. .
    Signo de admiración !    ___ ___ .
.    ___ ___
    Apóstrofe '   ___ ___ ___ ___ .
    Guión -   ___ . . . . ___
    Signo de fracción /   ___ . . ___ .
    Paréntesis ( )   ___ . ___ ___ . ___
    Comilla "   . ___ . . ___ .
    Subrallado __   . . ___ ___ . ___
    Igual =   ___ . . . ___
    Principio de transmisión   ___ . ___ . ___
    Enterado  . . . ___ . 
  Error   . . . . . . . . 
    Fin de transmisión   . ___ . ___ .
    Invitación a transmitir   ___ . ___
    Espera   . ___ . . .
    Fin de transmisión   . . . ___ . ___
    
  También se emplea el alfabeto Morse en otros sistemas, siempre que
 se pueda operar con dos signos elementales; por ejemplo, en el servicio
con  receptor acústico, aparato Wheatstone, ondulador, receptor de
sifón,  etc.
    
    
  Aparato inscriptor. 
    
  En cada aparato inscriptor hay que distinguir tres partes principales:
       
  
1.a    La parte mecánica o de relojería.
  2.a    La parte electromagnética y
  3.a    El mecanismo de inscripción.
    
  El aparato inscriptor empleado por la Administración de Telégrafos
 de Alemania y por otras administraciones es el que lleva la denominación
 de «receptor normal inscriptor de tinta» (fig. 165). El aparato
 descansa sobre una caja de madera provista de un cajón en donde se
 guarda el rollo de papel. A la derecha se ve la parte electromagnética
 (electroimán y armadura) con una parte de la palanca inscriptora
  
n;  la otra parte está dentro de la caja y llega hasta el
mecanismo inscriptor    
J que sale del depósito de tinta 
L
fijo a la parte  anterior de la caja, en la cual está contenido el
aparato de relojería.
    
  El aparato de relojería consiste en un engranaje,
 en el regulador de aletas y en el barrilete con el muelle. Tiene que conducir
 la cinta de papel y hacer girar un pequeño disco (disco de tinta
o  impresor) para que el borde esté siempre cubierto con tinta líquida.
    
  El engranaje y el regulador de aletas están encerrados en una caja
 de latón, cuya tapa 
D puede deslizarse hacia la izquierda
entre  ranuras. En el barrilete cilindrico 
F hay un muelle fuerte
que por  el giro del barrilete se distiende y suministra la fuerza necesaria
para accionar el engranaje.
    
 
  
   
  
  
  Fig. 165. - Aparato Morse.
   
   
      
  El regulador de aletas regula la marcha del engranaje.
    
  El engranaje hace girar el cilindro de arrastre 
P1 de 
la cinta de papel con tal rapidez (28 revoluciones por minuto) que el papel,
 si el cilindro 
P se apoya sobre el mismo, es arrastrado con la velocidad
 de 160 cm por minuto. Al mismo tiempo gira el pequeño disco 
J,
 parcialmente sumergido en la tinta contenida en 
L.
    
  El muelle mantiene al aparato en movimiento, después de habérsele
 dado cuerda completa, durante 23 minutos. El eje del regulador de aletas
(fig. 166) está colocado en la parte izquierda de la caja perpendicularmente
 a la cara inferior; el tornillo sin fin engrana con una de las ruedas. El
 eje 
ss lleva la aleta 
ww, que puede girar alrededor de otro
 eje proyectado en 
a. En la posición de reposo, el muelle en
 hélice 
f tira de la aleta, la cual queda en la posición
   
ww indicada en la figura; en movimiento, por la acción
 de la fuerza centrífuga la aleta pasa a ocupar la posición 
w1w1;
 indicada en la figura con puntos. Cuanto más rápidamente gira
 el eje tanto más se aleja la aleta de su posición correspondiente
 al reposo, y tanto mayor es la resistencia que opone el aire al movimiento
 de la aleta. El regulador de aletas regula la velocidad del aparato de tal
 manera, que el número de revoluciones se mantiene en 3.000 por minuto.
    
 
  
   
  
  
  Fig. 166. — Regulador de aletas.
   
   
      
  Contra el borde del disco t del regulador de
 aletas, se apoya un muelle de lámina fijo en la cara interior de
la  pared delantera y que frena el aparato. Si se pone la palanca de detención
   a (figura 165) en la posición de la izquierda, un vastago
 fijo en la palanca separa el muelle de lámina del disco y el aparato
 de relojería se pone en movimiento.
    
  En el barrilete F (fig. 165) está encerrado un muelle de
lámina  de acero de 3,3 m de longitud, 34 mm de anchura y 0,5 mm de
espesor. El barrilete  tiene un eje cilindrico, hueco, que puede girar fácilmente.
Uno de  los extremos del muelle de lámina de acero está fijo
a la superficie  exterior del eje hueco, y el otro extremo del muelle a la
superficie interior  del barrilete. La figura 167 representa la base posterior
del barrilete vista  desde la caja. El barrilete está enfilado por
el eje hueco en el eje    X1 del aparato de relojería;
dos tornillos que  penetran hasta el interior del eje hueco pasan sobre un
pequeño aplanamiento  del eje X1 y acoplan,
después de un pequeño  giro, el eje hueco con el eje macizo.
Merced a un diente de retención    C que sujeta el barrilete
en uno de los sentidos del movimiento,  el muelle durante su desarrollo hace
girar el eje X1.  Para que al dar cuerda no pueda
ser tendido de una manera excesiva el muelle,  hay en la parte anterior del
barrilete una pequeña rueda dentada Q  (rueda de registro;
fig. 168). Los dientes de dicha rueda, excepto  uno, están redondeados
de modo que puedan adaptarse a la superficie    q. El extremo anterior
  q del eje del barrilete, en forma de anillo lleva un dedo que a
cada revolución del barrilete mueve la ruedecita Q hacia adelante
del espacio correspondiente a un diente.  Si finalmente llega el diente lleno
de Q (no redondeado en su superficie  exterior, el cual se ve en la
figura a la derecha de la flecha), ya no puede  girar más el barrilete.
    
  El barrilete solamente se puede quitar en el caso de que el muelle se haya
 distendido completamente. Si el muelle está tendido todavía,
 se desarrolla al quitar el barrilete y puede romperse fácilmente;
por esto se tiene que dejar marchar antes el aparato soltando el freno o
efectuar la distensión del muelle levantando el fiador.
    
  
   
  
  
  Fig. 167. — Barrilete; vista posterior.     Fig. 168.— Barrilete;
 vista anterior.
   
   
      
  El rollo de papel se coloca encima de un disco ligero
   S (figura 169) en cuyo centro hay un cilindro de madera H;
 el conjunto gira fácilmente sobre una punta de acero. El papel es
guiado en el lado derecho por un rodillo de madera R y después
de sufrir una desviación de 90° pasa por el vastago T,
colocado a la izquierda, y por una ranura m (fig. 165) practicada
en la parte superior de la caja de madera, y va a la guía del papel
del aparato. Por un pequeño cristal colocado en la parte superior
de la caja se puede observar cuándo se acaba el rollo de papel. Al
salir el papel de la ranura m es guiado entre el tintero L
y el vastago j1 por el rodillo r (fig. 165) para
entrar después entre el vastago j2 y el árbol
de acero giratorio i; después rodea la cinta de papel
el cilindro de arrastre   P1 y es apretada contra la parte
superior de éste por el cilindro P, que se puede desplazar
hacia la izquierda venciendo la resistencia de un muelle. La cinta de papel
se desliza después sobre la superficie N.
   
    La parte electromagnética 
del aparato consta del electroimán y de la armadura.
   
 El núcleo del electroimán y la armadura del mismo son huecos 
y están hendidos en el sentido de su longitud para disminuir las corrientes 
parásitas; los dos núcleos están sujetos en la parte 
horizontal de una escuadra de hierro, la cual está sujeta con tornillos 
a la parte inferior de la cara U del aparato. En la parte superior 
de cada núcleo de hierro hay una pieza polar de hierro dulce; entre 
las dos piezas polares media un espacio de 1 cm. Una sección del electroimán 
es la representada en la figura 46. La armadura está fijada en el anillo
de la palanca de impresión n mediante un tornillito.
   
 
 
 
  
 
 Fig. 169. — Caja para el rollo de papel.
 
 
   
  Las dos bobinas del electroimán 
E (fig. 
165) son de alambre de cobre aislado con seda, de 0,2 mm de diámetro. 
El alambre está arrollado sobre un cilindro de papel y comprendido 
entre discos de madera colocados en la parte superior y en la inferior. Las 
bobinas tienen unas 6.500 espiras y una resistencia de 300 
    y están enfiladas en los núcleos de hierro. Una
capa de piel barnizada protege las bobinas ya colocadas. Los extremos de
las bobinas del electroimán van a dos bornes (fig. 169) a los cuales
están conectados los alambres de conexión. Las dos bobinas
del electroimán están conectadas en serie entre sí.
En las líneas largas para el servicio con corriente continua las dos
bobinas del electroimán son conectadas en derivación, mientras
la distancia de las estaciones no exceda por término medio de 25 Km.
Con este fin los extremos de las dos bobinas están unidos a cuatro
bornes de latón (fig. 170); si se unen entre sí el segundo
y tercer borne las bobinas quedan conectadas en serie; si se unen 
1 con
  
2 y 
3 con 
4, quedan en paralelo.
   
 
 
 
 
  
 
 Fig. 170. — Conmutador para las bobinas del electroimán.
 
 
   
  La cara U (fig. 165) de la caja está 
sujeta a una barra de hierro que termina en la parte superior por la tuerca 
  w; al girar esta varia la distancia de las piezas polares a la armadura.
   
 El muelle antagonista que ejerce un efecto contrario a la acción
del electroimán, es un muelle en hélice colocado en el interior 
de un tubo de latón; al hacer girar la tuerca f se tiende o 
afloja el muelle, por lo cual la palanca de impresión es apretada más
o menos contra el tope u (parte superior de la columna S).
El segundo tope b limita el movimiento de la armadura hacia abajo.
   
 La columna S que lleva los dos topes para limitar los movimientos 
de la palanca de impresión, es reemplazada—en otros tipos—por dos columnas,
separadas entre sí y aisladas con ebonita; cada una de ellas lleva
uno de los topes. Este tipo de aparato se emplea como traslator en líneas
largas para transmitir reforzadas las señales de una sección
de la línea a la otra (págs. 236 y 237 y figura 363).
   
   El mecanismo de inscripción 
consta de la palanca de impresión, de la rueda impresora y del depósito 
de tinta. La palanca de impresión que lleva la armadura está 
representada en las figuras 171 y 172, vista lateralmente y desde arriba. 
  
   
 
 
 
  
 
 
 
Fig. 171. — Palanca de impresión (vista 
de lado).
 
 
   
  El anillo que sujeta el cilindro K, entra, al
ser atraída la armadura, en el espacio comprendido entre las dos piezas
polares de los núcleos. La palanca de impresión consta de dos
partes unidas por la articulación q. El eje de la articulación 
está alojado por un extremo en H4 y por el otro extremo
en una escuadra q1 sujeta a H4, por
medio de tornillos, de manera que H4 puede oscilar 
a un lado y a otro alrededor de q. En el extremo de la palanca F2 
hay un pequeño vastago t1 que se encuentra sobre 
el extremo de H4. Otro segundo vastago t2 
  colocado en la parte anterior de la caja del aparato encuentra a la 
parte inferior de la palanca H4.
   
 El extremo doblado y elástico de la palanca F2 
se une al extremo cortado en escuadra de la palanca H1 
por medio del tornillo s. Si se saca un poco el tornillo s haciéndolo
girar, el vastago t1 se apoya contra la palanca H4
la cual ahora descansa por el intermedio de q y se apoya contra t1
por su propio peso; por consiguiente H4 repite los
movimientos de F2 del mismo modo que si ambas palancas
estuviesen unidas rígidamente.
   
 
 
 
  
 
 
 
Fig. 172.—Palanca de impresión (vista 
desde arriba).
 
 
   
  El extremo más alejado de H4 
doblado en forma de gancho, coge el eje b de la rueda impresora J 
(fig. 172) uno de cuyos extremos está alojado en la cara posterior 
de la caja de latón y el otro extremo pasa libremente a través 
de la cara anterior de la caja y descansa en el gancho de la palanca H4, 
cuyos movimientos tiene que seguir forzosamente. La palanca está ajustada 
para el funcionamiento con corriente intermitente. Si la rueda impresora 
no toca la cinta de papel al funcionar el aparato, hay que bajar el tope inferior
de la palanca de impresión.
   
 En cambio, si se aprieta el tornillo s haciéndolo girar hacia 
la derecha, desciende la palanca H4, pudiendo llegar 
hasta apoyarse sobre el vastago t2  y separándose 
entonces del vastago t1, tal como se ve en la figura 
171, Si en este caso es atraída la armadura del electroimán, 
el extremo de H4 desciende, ya que el vastago t2 
es él ahora el eje de rotación. Si la armadura se levanta, el
extremo de H4 sube y la rueda impresora J se
pone en contacto con  la cinta  de papel. Entonces la palanca está
ajustada para el funcionamiento con corriente continua.
   
 Si la rueda impresora no alcanza todavía al papel, se levanta el
tope superior de la armadura.
   
 El ajuste del tornillo s se debe hacer con mucho cuidado, porque
la palanca se desarticula fácilmente.
   
 El depósito de tinta L se fija a la parte anterior de la caja 
por medio del tornillo s4 (fig. 165); y se puede separar 
fácilmente del aparato.
   
 Detrás de la rueda impresora, que está semisumergida en el 
depósito de tinta, hay enfilado en el mismo eje un pequeño disco
de borde entallado, cuyo fin es el de impedir que penetre tinta en el aparato
de relojería.
   
 El empleo del receptor impresor de tinta ha disminuido mucho como consecuencia 
de la introducción del receptor acústico, empleándose 
actualmente en el servicio de líneas que funcionan con corriente continua.
   
   
 Conservación y limpieza de los aparatos. — 
   
   Hay que poner el mayor cuidado en el manejo de los aparatos, 
para conservarlos en estado de limpieza y en condiciones de trabajar.
   
 Todos los días por la mañana, antes de empezar el servicio, 
se quita el polvo acumulado encima de los aparatos y se prueba si está 
en condiciones de prestar servicio, actuando sobre el manipulador. Si aparece 
algún defecto hay que repararlo en seguida. Se debe observar la marcha 
del aparato de relojería, y si es defectuosa se pone aceite en los 
ejes, así como en el tornillo sin fin del eje del regulador de velocidad.
   
 La limpieza del aparato se hace con pincel para quitar el polvo, con trapos 
y papel secante.
   
 La tinta no ha de ser demasiado espesa, pues de lo contrario la impresión 
se interrumpiría. La tinta contenida en el depósito hay que 
renovarla con frecuencia, y al echar tinta nueva se tiene que agitar antes 
de echarla. El depósito de tinta se limpia lavándolo con un 
poco de petróleo.
   
 Durante la noche se tapan los aparatos con las tapas o cajas correspondientes. 
Especialmente en las estaciones que prestan servicio nocturno, se deben tapar 
los aparatos que queden en reposo, pues si no, se cubren fácilmente 
de polvo.
   
   
   Desmontaje del aparato. — 
   
 Los aparatos deben desmontarse y limpiarse por completo una vez al año; 
esta operación deben hacerla empleados prácticos y durante el
tiempo que el servicio permita que se desconecte el aparato.
   
 En las estaciones pequeñas, en las cuales no hay ningún empleado 
que esté al corriente de este trabajo, lo hace el capataz de telégrafos 
aprovechando las ocasiones de ejecutar reparaciones en las líneas.
   
   
   Receptor acústico
   
 El receptor acústico ha reemplazado en todas las líneas de 
una importancia a los receptores impresores. Con su empleo, no solamente se
gana en la velocidad de la recepción, sino también en la seguridad
de la misma. La experiencia enseña que se cometen muchos más
errores leyendo en la cinta de papel que recibiendo a oído.
   
   
   Receptor acústico neutro.—
   
 El receptor acústico representado en la figura 173 es un aparato
receptor electromagnético, que por el golpe dado por la armadura al
moverse, permite recibir las señales a oído. 
   
 
 
 
  
 
 
 
Fig. 173. — Receptor acústico.
 
 
   
  La columna S, que tiene la forma de puente, 
lleva solamente el tope superior s1; el tope inferior s2 
está fijo a la palanca de la armadura H y toca, al descender 
ésta, al puente. Con esta construcción se produce un sonido 
elevado y además una variación en el tono de los dos sonidos 
producidos al bajar y al levantarse la palanca de la armadura, lo cual facilita 
la percepción de los signos. Se refuerza el sonido producido por el 
choque de la palanca, gracias a la forma en que se sujeta el sostén 
  B de la misma, el cual está doblado en forma de estribo y 
unido a una placa de latón P; ésta a su vez está 
unida a una tabla delgada y provista de tres pies metálicos, con lo 
cual queda entre ellas un espacio estrecho.
   
 Para hacer que el eje de la palanca de la armadura tenga gran movilidad, 
se aguzan sus extremos y se sostienen por tornillos de mandril cónico 
que atraviesan las piernas del sostén y sirven al mismo tiempo de eje
de rotación de un estribo horizontal que lleva las bobinas del electroimán;
este estribo es apretado por un muelle en hélice, colocado en una
pieza doblemente acodada, contra un tornillo almohadillado por medio del
cual se regula la distancia entre los polos del electroimán y la armadura.
   
 La armadura consiste en una barra rectangular de hierro, empotrada en el 
brazo de mayor longitud de la palanca de la armadura, cuyo brazo más 
corto lleva el muelle antagonista colocado dentro de un cilindro corto de 
latón; por medio de este muelle se puede regular la armadura como la
de los impresores de tinta.
   
   
   Receptor acústico polarizado. — 
   
 El receptor acústico neutro reacciona fácilmente, cuando está 
conectado a líneas largas aéreas y a cables, por las corrientes 
de retroceso (pág, 123); en el servicio con corriente continua no se
le puede emplear tal como está. En ambos casos se necesitan conexiones 
especiales y aparatos suplementarios. Solamente polarizando el núcleo 
del electroimán del receptor acústico se logra obtener un aparato 
adecuado para toda clase de servicio, y así es como se construye actualmente.
   
 
 
 
  
 
 Fig. 174. Sistema magnético del receptor acústico 
polarizado.
 
 
   
  El sistema magnético consta del imán 
de acero (fig. 174), del electroimán y de la armadura. El flujo de 
fuerza magnético que entra por el polo Sur, se bifurca en las dos piernas
del electroimán, pasa a la armadura y desde la parte media de ésta
pasa al polo Norte. Las bobinas del electroimán tienen 5.600 espiras
cada una, de alambre de cobre de 0,15 mm de diámetro, aislado con
seda (300 

 ). Los núcleos están cortados en el sentido longitudinal,
y en la parte superior están tapados con un trozo de latón.
El eje de la armadura tiene aguzados sus extremos y está sostenido
por tornillos, uno de los cuales está alojado en el imán de
acero y el otro en un caballete de latón.
   
 Cuando se hace el servicio con corriente intermitente se tiende el muelle 
antagonista; la corriente entra por un borne y su sentido es tal que debilita 
la imanación de la bobina de la izquierda y refuerza la imanación 
de la bobina de la derecha del electroimán. Por consiguiente, la palanca 
que prolonga la armadura baja hacia la derecha. Los topes se han de ajustar 
de tal manera, que bajo la acción de la corriente la distancia entre 
polo y armadura de la izquierda sea de 0,6 mm, la de la derecha 0,3 mm, y 
la distancia entre la palanca de prolongación de la armadura y el tope
superior 0,3 mm; el muelle antagonista debe estar tendido de manera que el
aparato reaccione bien para una corriente de 13 mA de intensidad. Entonces
trabaja sin cambio de ajuste, aun cuando la intensidad de la corriente varíe
entre 2 y 40mA.
   
 Cuando el servicio se hace con corriente continua se distiende el muelle 
antagonista. La corriente entra por un borne, de manera que el sentido de 
la corriente es cabalmente contrario al que tiene cuando se emplea corriente 
intermitente; refuerza por consiguiente la imanación de la bobina de
la izquierda y debilita la de la bobina de la derecha, y la armadura se inclina
hacia la izquierda. Si se interrumpe la corriente, predomina el peso de la
palanca de prolongación y se inclina la palanca hacia la derecha; el
movimiento se refuerza por la acción del electroimán, en cuanto
la armadura rebasa la posición horizontal. El ajuste del aparato se
hace de manera que reaccione bien aun cuando haya todavía una corriente 
de 4 a 5 mA de intensidad (pág. 52); en este caso trabaja sin cambio 
de ajuste con una corriente de servicio de 10 hasta 40 mA. Aun con una corriente 
restante de 10 mA de intensidad, se puede encontrar un buen ajuste.
   
 En la figura 175 se representa el receptor acústico polarizado. En 
la figura aparecen algunas partes suplementarias que se utilizan cuando el 
receptor acústico se emplea en derivación; con la conexión 
corriente se puede prescindir de ellas. Estas partes suplementarias son: una
pequeña resistencia hecha con alambre entre los bornes; en la parte
media de la figura en la parte anterior hay dos pequeños tornillos 
de presión, colocados, uno en el soporte del caballete de la armadura, 
otro a la derecha en un ángulo de la placa de latón; una pieza 
aislante de marfil colocada en la palanca de prolongación de la armadura 
en el punto donde toca al tope superior; otra pieza aislante, de hoja de mica,
para el soporte del caballete del muelle antagonista; otra pieza aislante 
para el sistema magnético, placa de ebonita; punta de platino y placa 
de la misma substancia en el punto de contacto del tope inferior.
   
   
 
 
 
 
  
 
 
 
Fig. 175. — Receptor acústico polarizado.
 
 
   
  Las dos bobinas del electroimán pueden conectarse 
en serie o en paralelo como en el receptor normal de tinta. Se recomienda 
intercalar el receptor acústico en serie en la línea cuando 
se emplea el servicio con corriente continua, pues se disminuye la resistencia, 
lo cual permite en líneas largas con cable alcanzar mayor velocidad 
en la transmisión, y se intercala en derivación cuando las líneas
son de bastante longitud, en cable, conectando las bobinas del electroimán
en serie.
   
   
   Caja de resonancia. — 
   
 El sonido producido por el receptor acústico al funcionar, se refuerza 
para que pueda ser oído con claridad por el funcionario encargado de
la recepción; para ello se coloca el receptor acústico en una
caja de resonancia de madera en  forma de  bóveda.  
En  su  forma  primitiva tiene un pie de latón vacío, 
encima del cual puede girar; este pie sirve para la entrada de las líneas. 
La caja de resonancia moderna es móvil en el sentido de la altura y
el pie es también móvil en sentido horizontal; los conductores 
van al aparato libremente. Para establecer las comunicaciones entre el receptor
 acústico y los bornes de línea, se emplean cordones de canutillo 
de 70 cm de longitud, o cordones especiales que permiten sacar el aparato 
de la caja de resonancia sin soltar las conexiones.
   
   
   Manipulador
   
 Objeto del manipulador. — 
   
 Para producir los signos telegráficos del aparato Morse o del receptor 
acústico, se precisa un aparato que permita emitir corrientes de diferente 
duración en la línea y que se sigan en sucesión rápida.
   
 Para la producción de un punto se necesita una corriente de corta 
duración, ya que la armadura del aparato de la estación corresponsal 
debe ser atraída solamente durante un breve intervalo por el electroimán 
y el disco impresor ha de tocar casi instantáneamente la cinta de papel.
Para la producción de una raya es necesaria una corriente de mayor
duración. Como la transmisión rápida es una condición 
esencial del servicio telegráfico, el aparato con el cual se transmiten 
los signos tiene que ser fácil y rápidamente movible, para que
las rayas y puntos aparezcan en sucesión rápida y regular.
   
 Los aparatos que emiten esos signos toman el nombre de manipuladores.
   
   El manipulador Morse (fig. 
176) consta de la peana, de la palanca T del manipulador, del caballete 
que sostiene el eje de rotación (cuerpo D), del tope V 
de transmisión y del tope N de reposo. En la peana hay tres 
placas de latón que llevan su correspondiente tornillo de presión 
  K. El caballete o soporte del eje de rotación b, de 
acero, lleva dos tornillos q sobre puntas. Un tornillo r, no 
visible en la figura, sirve para apretar o aflojar el tornillo q.
   
 Con el eje está conectada una fuerte palanca de latón (palanca 
de transmisión) T. En unos mandrilados de la palanca hay los 
tornillos u1 y v que pueden fijarse con las contratuercas 
  u y v1.
   
 El tornillo de cabeza u1 es cuadrado en su parte
inferior, que está unida a un fuerte muelle de acero en hélice,
  F. Este muelle en hélice penetra en un agujero hecho en la
peana y está unido fijamente por su extremo a aquélla (en la
fig. 176 se ha hecho visible la unión por haber quitado madera de
la peana). El muelle   F actúa sobre el brazo izquierdo de
la palanca y aprieta el contacto n contra la pequeña placa
  c. Ambos contactos son de platino. Apretando el tornillo u1
se puede aumentar la presión.
   
 La hembra del tornillo v la lleva la misma palanca T; el tornillo 
termina en su parte inferior en una espiga de acero que establece el contacto 
con una segunda espiga, también de acero, empotrada en la placa a. 
El extremo de la derecha de la palanca está cubierto con un estuche 
de ebonita g, con el fin de evitar que la mano toque al metal y se 
reciban descargas eléctricas, sensibles en ciertas circunstancias.
   
 
 
 
 
 Fig. 176. —  Manipulador Morse.
  
 
   
  La palanca con el eje de rotación debe ser movible
fácilmente. Si se aprieta la palanca hacia abajo actuando sobre el
mango de ebonita g, se establece el contacto entre v y la espiga
  a de la placa V, mientras que n se aleja de la espiga
de la placa N. Si se suelta la palanca, dura el contacto entre v
y a algo más, porque la pieza elástica sigue un poco
a la palanca; igualmente al apretar la palanca hacia abajo sigue el contacto
con n algo más todavía. Como consecuencia de dicha disposición
se disminuye el ruido durante la transmisión. El movimiento de los
contactos elásticos está limitado inferiormente por medio de
espigas.
   
 El conservar limpios los contactos es de mucha importancia para un buen
servicio. Se frotan los contactos con papel esmerilado muy fino introduciendo
un trozo de dicho papel entre aquéllos y tirando de él después 
de haber actuado sobre el manipulador con la mano. En general es suficiente 
el empleo del papel ordinario. El empleo de la lima para los contactos solamente 
se permite cuando por un largo uso se han formado grandes desigualdades en 
las superficies; un uso demasiado frecuente de la lima desgasta los contactos 
en poco tiempo.
   
   
   Servicio con corriente intermitente.—
   
 La línea telegráfica está conectada a la placa D, 
uno de los polos de la batería se conecta a la placa V de transmisión 
y el otro va a tierra; el aparato receptor se conecta a la placa de contacto 
de reposo y por el otro extremo a tierra. Al bajar la palanca se establece 
comunicación eléctrica entre la palanca T y la batería, 
por la placa V, los contactos a y v que se tocan con 
la placa D y la línea; por consiguiente se emite por la línea 
una corriente que va a la estación corresponsal. Si se suelta la palanca 
vuelve ésta a su posición de reposo, y por la separación 
de la espiga de contacto v y la espiga de contacto a de la placa
  V queda desconectada la batería de la línea. Si se
establece el contacto entre v y a durante un instante, la duración
de la corriente es muy pequeña; si se establece el contacto durante
un intervalo mayor, se emite una corriente de mayor duración. De esta
manera se emiten corrientes de duración corta o larga, que son las
que producen en el aparato de la estación receptora puntos y rayas.
   
 El aparato receptor de la estación transmisora no es influenciado 
por la corriente emitida, ya que siempre queda separado cuando se intercala 
la batería por la maniobra del manipulador.
   
   
 Servicio con corriente continua.—
   
 La línea telegráfica (en estaciones intermedias) se conecta 
a la placa D; el aparato receptor se conecta a la placa de reposo. 
La batería se intercala entre la línea y la placa D; 
el segundo borne del aparato se conecta o con tierra o con el extremo de la
otra sección de la línea. Cuando el manipulador está 
en la posición de reposo circula la corriente por la línea; 
cuando el manipulador está en la posición de trabajo queda interrumpida
la corriente. Si se baja el manipulador durante un tiempo muy corto la duración
de la interrupción es breve. Los signos se producen por las interrupciones
de la corriente. El aparato receptor de la misma estación es recorrido
por la corriente.
   
   El manipulador fónico 
(fig. 177) permite realizar un trabajo más rápido y por consiguiente 
su construcción es más ligera que la del manipulador Morse. 
La palanca móvil es de plancha de acero recortada por estampación 
en prensa; las puntas de alojamiento son cementadas. También los tornillos 
de alojamiento sujetos a la placa central son de acero. El extremo anterior 
de la palanca está curvado hacia abajo. El mango del manipulador es 
de ebonita; el extremo anterior del manipulador está cubierto con una
capa de goma endurecida de 1,5 mm de espesor; el tornillo sujetador del mango
está aislado de la palanca del manipulador.
   
 
 
 
 
 Fig. 177. — Manipulador fónico.
  
 
   
  Un pequeño muelle en hélice protege contra
el contacto entre la placa central y el cuerpo del manipulador. El muelle
que rompe el contacto de trabajo está colocado delante y obra hacia
arriba. El contacto de reposo es regulable, el de trabajo es fijo. En todo
lo demás el manipulador fónico es igual al manipulador Morse.
   
    
    
          
        
               
                        
  
          
                      
                               
  "Telegrafía y telefonía; 
guía para los empleados de telégrafos y teléfonos"  
Prof. Dr. Carlos Strecker, Consejero de correos y telégrafos de Alemania
   Traducido de la 6ª edición alemana por Manuel Alvarez 
Castrillón, oficial de telégrafos y licenciado en ciencias
            Gustavo Gili Editor, Barcelona, 1923