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WEB DE MÚSICA




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Eduard Punset entrevista al Dr. Mithen

http://www.rtve.es/tve/b/redes/frcontenido.htm

 

Professor Steven Mithen

Head of School
BA (Sheffield) MSc (York) PhD (Cambridge); FSA, FSA (Scot)
Professor in Archaeology
Contact:
s.j.mithen@reading.ac.uk

 

Eduard Punset:
En uno de tus libros, el maravilloso La prehistoria de la mente, decías algo que me hizo ver que por fin alguien me explicaba cuál es la diferencia de los primates con el resto de los homínidos... Porque decías que estaba relacionada no tanto con la fabricación de instrumentos, puesto que algunos animales también lo hacen, ni tampoco con el habla, puesto que hay otros que también se comunican muy bien, sino más bien con un cambio en el cerebro, con la capacidad de generar metáforas y analogías: esta especie de integración de diferentes dominios, de la que los seres humanos, aparentemente, ya eran capaces hace quizá 60.000 años. Y decías que este había sido el principio del arte, de las ciencias, de la religión.

Steven Mithen:

En los últimos 100 años se han propuesto diferentes ideas sobre lo que nos hace humanos: primero fue la capacidad de fabricar herramientas, luego fue la capacidad del lenguaje, luego la capacidad de tener relaciones sociales complejas; pero ahora sabemos que los monos, muchos pájaros y otros animales también tienen estas capacidades. Pero estoy seguro que un Neandertal no podía decir “mi hija es tan bonita como una flor”, porque esto querría decir el poder establecer un vínculo entre dos entidades diferentes, cosa que no eran capaces de hacer, o “Mi hijo es tan valiente como un león”. Estas dos metáforas son fundamentales en el desarrollo de la ciencia, el arte y la religión en nuestra sociedad: una vez que se posee la capacidad de crear metáforas, surgen muchos de estos dominios de actividad o formas de pensar, y se desarrollan a un ritmo increíble.


Eduard Punset:
Steve, ¿quiere esto decir que el Neandertal – como no tenía la capacidad de establecer estas relaciones de “mi hijo es tan valiente como un león”, como has dicho – tampoco podía hablar o cantar o componer música?

Steven Mithen:

No, creo que tenían una forma de lenguaje, pero no como el lenguaje que tenemos en la actualidad. Creo que los neandertales, para expresar sus emociones, para poder comunicarse sin un lenguaje como el nuestro, debían tener una gran musicalidad en la voz y también en los movimientos. Cuando digo música hablo de la danza, de los movimientos corporales, de la postura y la gestualización, que es tan importante como la vocalización.

Eduard Punset:
Lo que sugieres es que la música... Hay quien dice que la música es muy similar al lenguaje, pero tu vas más allá y dices que la música es una forma de lenguaje o era una forma de comunicación.

Steven Mithen:
Sí, creo que la música y el lenguaje tienen semejanzas y diferencias muy profundas. El lenguaje es fantástico para comunicar información: hablamos utilizando el lenguaje para contar lo que estamos pensando. La música también es fantástica para expresar las emociones y la forma en que nos sentimos, y para expresar los estados de ánimo. Y también para expresar compromiso, cuando tenemos un grupo de personas y queremos desarrollar una cierta sensación de cohesión: como los fans de un club de fútbol, que cantan todos juntos. Es decir que la música es una forma de cohesión social, además de expresar las emociones individuales. La música y el lenguaje son muy similares, y estoy seguro de que tuvieron un origen común, y provienen de una forma única de comunicación que tenía elementos musicales y lingüísticos. Si regresamos a los ancestros humanos, como los Australopithecus de hace 3 o 4 millones de años...

 

Eduard Punset:
¿Cómo Lucy?

 

Steven Mithen:
Sí, como Lucy.

 

Eduard Punset:
Vamos a imaginarnos... Dices que para que Lucy pudiera comunicarse con otros utilizaba una mezcla de lenguaje y de música.

Steven Mithen:
Sí, para poner un ejemplo. Lucy no es el caso, porque murió joven, pero sus padres debieron tener más hijos que tuvieron hijos, y seguro que a esos hijos les cantaban para calmarlos y hacerles sentirse bien.

Eduard Punset:
Hace 3 millones de años.

Steven Mithen:
Sí, desde luego. No estoy diciendo que cantaran usando palabras, sino variaciones de imágenes y de melodías.

Eduard Punset:
Lo que parece importante, trascendental, es el bipedismo. Es decir, que cuando se camina erecto, podemos liberar las manos para poder hacer, por ejemplo, este tipo de trabajo...

Steven Mithen:

Sí, por supuesto, mira esto: es una reproducción, pero es casi idéntica a un artefacto de la Era de Piedra; no del tipo de los que hacía Lucy, sino de dos millones de años más tarde: del Homo Ergaster, Homo Erecto, Homo Heidelberguense, Homo Neandertal...

Eduard Punset:
Aquellos que ya tenían las manos liberadas para poder hacer ...

Steven Mithen:

Sí, tenían las manos libres, pero también tenían muchas más cosas: porque para hacer una herramienta como esta es necesario tener una gran habilidad, no es fácil. si observamos la simetría de estos artefactos, tienen una estética preciosa, y además tienen un tacto maravilloso: es decir que estos homínidos tenían un cierto sentido estético, que no sólo se manifiesta en los artefactos de piedra, también a través de los cantos y de los movimientos y de la vida en general.

Eduard Punset:
Hablando de la estructura de la mente, ahora sabemos dónde está localizada el habla en el cerebro. ¿Hay también un lugar para la música?

Steven Mithen:
Hasta cierto punto sí. Cada vez sabemos más sobre los centros del lenguaje, como el área de Broca y la de Wernicke. También sabemos que el lenguaje necesita de unas redes neuronales que están muy extendidas en el cerebro. De la misma manera, la música también debe tener unos centros clave en el cerebro, y puede que estén en un área muy similar a la del lenguaje. Sabemos esto porque en la actualidad hay gente que por nacimiento, o por una enfermedad, han perdido el lenguaje, pero mantienen las habilidades musicales. Y existen niños que padecen autismo pero que son fantásticos para la música: partes de su cerebro se relacionan con la música, y pueden tocar instrumentos y leer partituras, y memorizar, y tienen una habilidades musicales fantásticas.

Eduard Punset:
¿Esto quiere decir que las áreas exactas no son las mismas?

Steven Mithen:
Sí claro.

Eduard Punset:

Es decir, que un niño puede perder el lenguaje por completo...

Steven Mithen:
Y los adultos también.

Eduard Punset:
Y también los adultos.

Steven Mithen:

Sí, hay muchos adultos que han sufrido por ejemplo una embolia, han perdido parte del cerebro, y sin embargo mantienen la habilidad musical. Y en ocasiones esta habilidad incluso aumenta. También tenemos otros que expresan cosas como “la música para mí es un sonido feo, no la aguanto”. Y es porque han perdido la apreciación del ritmo y la melodía.

Eduard Punset:
Pero no sabemos dónde está localizada. Hay quien dice que es muy general...

Steven Mithen:

Es muy difícil... creo que debe ser una red neuronal específica, pero probablemente está muy extendida por el cerebro. Se podría aislar la red de la música, pero no decir que se sabe dónde reside la música: esto sería incorrecto, sería regresar al siglo XIX y al uso de la frenología, para decir que la música está ahí, y el lenguaje ahí. Sabemos que el cerebro es mucho más complejo que eso.

Eduard Punset:
¿En qué forma te preocupas por las emociones en el estudio de la prehistoria del cerebro?

Steven Mithen:
Creo que... una vez más, los arqueólogos y los antropólogos no han tenido muy en cuenta las emociones.

Eduard Punset:
Igual que los neurocientíficos hasta fecha muy reciente.

Steven Mithen:

Y esto parte del punto de vista de los siglos XVIII y XIX, en los que la razón y la emoción están completamente contrapuestas. Ahora sabemos que la emoción resulta esencial para la inteligencia, y que no se puede ser un ser humano, con una buena inteligencia funcional, si se carece de habilidades emocionales. De manera que hoy, cada vez más, estamos intentando comprender la evolución que han seguido las emociones en el pasado.

Eduard Punset:
Steve, ¿somos más inteligentes que hace 60.000 años?

Steven Mithen:

Bueno, somos diferentes. Esta capacidad de relacionar, la capacidad para la metáfora, nos da un potencial formidable para las artes y las ciencias. Pero también supone una parte negativa de la vida humana: el ejemplo clásico que describo en el libro es el de las opiniones racistas. Si puedo empezar a pensar de otra persona que es tan bonita como una flor, o tan valiente como un león, también puedo empezar a pensar en él como un objeto al que puedo tratar como me de la gana, al que puedo darle patadas, porque le niego sensibilidad y sentimientos humanos. Y esta es la esencia de las opiniones racistas que hay en el mundo: el considerar a alguien de otra cultura o de otra raza como menos que humano. No creo que a los neandertales les ocurriera esto.

Eduard Punset:
Para ejercer el racismo probablemente se necesita tener poder, y para tenerlo hace falta haber inventado el poder político, lo que parece ser que no habían hecho los neandertales. Parece que esto llegó en un estadio posterior, con la sociedades agrícolas, como explicas en tu libro After the Ice: A Global Human History.

Steven Mithen:

Sí, creo que si observamos un largo periodo de tiempo de la cultura humana de los Australopitecos, hace 3 o 4 millones de años, y hasta nuestros días, podemos ver dos grandes transiciones. Una es el origen de la mente moderna, hace entre 60 y 150.000 años, es cuando se desarrolla esta capacidad para la metáfora y la creatividad. Y el otro cambio clave se produjo hace 10.000 años, con el origen de la agricultura. ¿Por qué no se inventó la agricultura antes? Bueno, probablemente por el periodo de glaciación: hasta hace 150.000 años el planeta se estaba enfriando y haciéndose cada vez más seco, y era difícil vivir en él. La gente sobrevivió, creó un arte maravilloso y todo tipo de cosas. Pero fue hace 10.000 años cuando hubo un gran estallido de calentamiento global, un cambio realmente substancial, muy importante, y trajo consigo un aumento importante de la población humana.

Eduard Punset:
Y de la producción.

Steven Mithen:

Sí, de la producción. Y entonces la gente empezó a trabajar en el campo. Es bastante complicado entender todos los pasos que se siguieron, pero sabemos que cuando se empezó a trabajar en el campo, se crearon excedentes, y esos excedentes proporcionaron la base del poder político: porque tenía que haber alguien que controlara el excedente y lo distribuyera entre los miembros de la comunidad. También daba poder el riego de las cosechas, porque alguien podía controlar el agua. Y también daba poder el comercio a que todo esto da lugar, para poder obtener nuevos tipos de materiales: ya sea para exhibir la riqueza, ya sea para adquirir piedras para construir herramientas agrícolas... Es decir que la agricultura proporciona todo tipo de poderes.

Eduard Punset:

Es lo que llamamos la modernidad.

Steven Mithen:
Sin duda, sin duda. Por lo tanto, no me parece sorprendente que a los seres humanos les llevara 6 millones de años llegar a la agricultura. Luego sólo llevó 2.000 o 3.000 años el pasar de los primeros poblados agricultores a las primeras civilizaciones, como la de Mesopotamia, que fue hace unos 5.000. Ahí tenemos las primeras ciudades: una impresionante explosión de la sociedad humana. Una vez que la agricultura aparece, tiene enormes implicaciones sociales, políticas y económicas: en menos de 10.000 años nos encontramos con que hemos pasado de esas primeras sociedades agrícolas, en el valle del Jordán, hasta estar aquí sentados en un museo fantástico, rodeados por esta maravillosa exhibición de ciencia, y hablando tranquilamente. Fue la agricultura la que nos proporcionó esta base formidable para el desarrollo intelectual.

 

 

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