Lengua Castellana y Literatura 2º ESO

EL TEXTO DESCRIPTIVO

Describir es fotografiar o pintar con palabras, esto es, describir es decir cómo es algo o alguien, señalar sus características, componentes, partes, etc. 

Sólo describiendo podemos comunicar a los demás lo que se ve, se hace y se siente de forma que el que lo escucha imagine todo ello como si lo viera. Mediante la descripción se pretende que el receptor del mensaje pueda imaginar el objeto de la descripción como si lo viera o lo conociera.


Se puede describir:


UN OBJETO

Una pluma estilográfica, también denominada estilográfica, estilógrafo, pluma fuente o simplemente pluma o estilo, es una herramienta de dibujo técnico y escritura, que contiene un depósito de tinta líquida compuesta principalmente de agua. La tinta se queda en este depósito gracias a la presión atmosférica hasta que es utilizada.

La tinta alimenta al plumín, la pieza metálica final, a través de un canal por la combinación de la gravedad y la capilaridad. Para rellenar el depósito hay varios métodos, incluyendo reemplazar el depósito por otro, rellenarlo con un cuentagotas o succionar la tinta desde un tintero.

www.wikipedia.es
UN ANIMAL

Los caracoles son moluscos pertenecientes a la clase de los gasterópodos y a la familia de los helícidos; poseen una concha dorsal externa muy visible, de formas y colores variados, arrollada en espiral, bien desarrollada y capaz de alojar todo el cuerpo del animal. Su cuerpo es blando y pegajoso y poseen tentáculos o antenas telescópicas.

En la cabeza se encuentran las antenas y en sus extremidades se encuentran los ojos que son sensibles a la luz y al tacto.

http://caracoldeoro.galeon.com/
UN LUGAR

(TOPOGRAFÍA)

Bernardino vivía con sus hermanas mayores, Engracia, Felicidad y Herminia, en “Los Lúpulos”, una casa grande, rodeada de tierras de labranza y de un hermoso jardín, con árboles viejos agrupados formando un diminuto bosque, en la parte lindante con el río. La finca se hallaba en las afueras del pueblo y, como nuestra casa, cerca de los grandes bosques comunales.

Ana María Matute, Bernardino, www.ciudadseva.com
UNA ÉPOCA o UN TIEMPO

(CRONOLOGÍA)

Era el mejor de los tiempos y también el peor; la época de la sensatez y de la tontería; era la época de las creencias y, de igual modo, de la incredulidad; era la estación de la Luz, y al mismo tiempo de la Oscuridad, era la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación; ante nosotros teníamos cuanto se pudiera apetecer, pero tampoco había nada; todos nos encaminábamos directamente al Cielo y, asimismo, seguíamos el camino opuesto.

En una palabra, aquella época era tan semejante a la actual que algunas de sus más ruidosas autoridades insistían en que fuese recibida, para bien o para mal, únicamente en el grado superlativo de la comparación.

Charles Dickens, Una historia de dos ciudades
UNA PERSONA

(PROSOPOGRAFÍA, ETOPEYA, RETRATO, AUTORRETRATO,  CARICATURA)

Bernardino era muy delgado, con la cabeza redonda y rubia. Iba peinado con un flequillo ralo, sobre sus ojos de color pardo, fijos y huecos, como si fueran de cristal. A pesar de vivir en el campo, estaba pálido, y también vestía de un modo un tanto insólito. Era muy callado, y casi siempre tenía un aire entre asombrado y receloso, que resultaba molesto. Acabábamos jugando por nuestra cuenta y prescindiendo de él, a pesar de comprender que eso era bastante incorrecto. 

Ana María Matute, Bernardino, www.ciudadseva.com
UNA SITUACIÓN

Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro Zen.  Al llegar se presenta a éste, contándole todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios. Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té. Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.

Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa. El maestro le responde con tranquilidad "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada"

La taza vacía, http://www.cuentoszen.com
UN PROCESO

Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento...

Julio Cortázar, Continuidad en los parques.
UNA SENSACIÓN, UNA IMPRESIÓN o UNA EMOCIÓN

Vaciaban sobre las mesas enormes sacos que palpitaban como seres vivientes, arrojando por sus bocas la rebullente masa de las anguilas contrayendo sus viscosos y negros anillos, enroscándose por la blancuzca tripa e irguiendo su puntiaguda cabeza de culebra. Junto a ellas caían, inanimados y blanduchos, los pescados de agua dulce, las tencas de insufrible hedor, con extraños reflejos metálicos semejantes a los de esas frutas tropicales de oscuro brillo que encierran el veneno de sus entrañas.

Vicente Blasco Ibáñez, Flor de Mayo.
UN ESTADO DE ÁNIMO

¡Oh! Me encontraba tranquilo, nada turbaba mi calma; allí podía pasar mi vida solo, siempre solo, rumiando en silencio el amargo pasto de mis ideas, sin locas esperanzas, sin necias ilusiones, con el espíritu lleno de serenidades grises, como un paisaje de otoño.

Pío Baroja, El reloj, www.ciudadseva.com








Inicio de páginaCuaderno de clase

Actividad 1

Aula ZCreative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License
Contenidos y diseño: Isabel Yagüe Clua
Valid CSSValid html 4.01Valid WAI 1.0 AAA

Desde enero de 2010:Contador de visitas Free counter and web stats