Para clasificar verbos, existen diversos criterios, pero en este curso atenderemos sólo a dos: la conjugación y la significación.
Son los verbos que mantienen igual el lexema o raíz en todas sus formas y siguen las mismas desinencias que los verbos modelo de la conjugación a la que pertenecen.
Son aquéllos que muestran alteraciones en su conjugación respecto a los modelos de la conjugación regular. Pueden variar el lexema, las desinencias o ambos en cualquiera de sus tiempos o personas.
Los verbos defectivos son los que tienen una conjugación incompleta porque no se emplea alguna de sus formas. Es el caso de estos verbos: abolir, agredir, transgredir, atañer, balbucir, concernir y soler.
Los verbos que se refieren a hechos o cosas (acaecer, acontecer, ocurrir, suceder…) solo tienen formas de tercera persona del singular y del plural.
No se puede decir: *Yo acaezco o *nosotros ocurrimos
Los verbos unipersonales son los
que expresan fenómenos de la naturaleza (atardecer, amanecer…)
o
meteorológicos
(tronar, llover…).
Se conjugan sólo en:
No
se puede decir: *yo lluevo o *tú anocheces.
Son aquellos que no poseen un significado
pleno. Necesitan de un atributo para significar. El verbo sirve de
unión entre el sujeto y el atributo. El significado no radica
en el verbo, sino en el atributo.
Los verbos
atributivos son ser, estar y parecer.
Son los que poseen un significado pleno. Predican, dicen algo del sujeto. Ejemplos: Correr, nadar, tener, comer, dormir, vivir, etc.
Podemos decir que el verbo predicativo es todo aquel que no funciona como copulativo, es decir, todo aquel que no sea SER, ESTAR O PARECER.
Los verbos predicativos se dividen en transitivos, intransitivos y pronominales: