Objetivos de un texto

Sin duda, la respuesta espontánea a la cuestión acerca de qué pretendemos conseguir cuando escribimos un texto es transmitir información. Ahora bien, dicha respuesta carece de precisión, probablemente a causa de la espontaneidad. En efecto, si pensamos en los textos (escritos u orales) que mantenemos a lo largo de un día, nos daríamos cuenta que con la mayoría de ellos no pretendemos transmitir información: no sólo nos referimos a esas vacías conversaciones del ascensor o esas aprendidas palabras para cuando llegamos a la oficina, imprescindibles para mantener las buenas relaciones sociales, sino también a aquellos discursos orales o escritos cuyo objetivo principal es ofrecer al lector información desconocida por éste... si es que, por suerte, la vida es gris, no es sólo blanca ni tampoco sólo negra...

Empecemos, no obstante, por el principio. Con un texto podemos perseguir diversas finalidades. Podemos, por ejemplo,

• pedir algo al destinatario, este es el caso de una solicitud de trabajo, entre otras cosas;
• advertir al lector de algo, como en una carta al Ayuntamiento advirtiendo del peligro de derrumbamiento de un edificio en mal estado;
• felicitar al receptor del mensaje, en felicitaciones de cualquier tipo;
• invitar a alguien (a una fiesta, a una cena, a cualquier acto social), etc., etc.

Ahora bien, no podemos perder de vista que incluso los textos cuyo objetivo es informar a sus lectores sobre algo también tiene otros intereses, es decir, se proponen algo más que simplemente informar. Pongamos un ejemplo: una noticia acerca de una reunión en Bruselas de los gobiernos nacionales que componen la UE, aparecida en cualquier medio de comunicación, transmite información acerca del día, el motivo, los asistentes, etc. a dicha reunión; a quien lo escribe, no obstante, no le basta con que el lector tenga esta información, sino que, por cuestiones sin duda partidistas, puede pretender además ensalzar o descalificar la elección del sujeto elegido por el Gobierno de su país para representarlo en la reunión europea, o valorar negativamente su intervención, u opinar sobre el motivo de la reunión, o incluso, valorar la apuesta europea, etc.

De hecho, los textos del mundo real, incluso los que se marcan objetivos informativos, satisfacen diversas funciones comunicativas; es más, lo difícil es encontrar un texto puro, esto es, con un único objetivo.

A continuación proponemos una serie de ejercicios con el fin de analizar las ideas hasta aquí expuestas. Para ello, hemos elegido textos aparecidos en la prensa y ejercicios que aparecen en algunos manuales publicados y que, por diversas razones, nos parecen adecuados para el objetivo que nos hemos fijado en esta parte inicial del tema.

Ejercicios sobre objetivos de un texto