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«Las poblaciones humanas actuales se asemejan genéticamente
las unas a las otras, aún cuando tienen aspectos físicos muy diversos.
De hecho, la «carrocería» del cuerpo, el aspecto externo -color, forma,
dimensión-, todo cuanto está en contacto directo con el entorno, todo
eso es muy inestable y evolucionó rápidamente después de les primeras
migraciones. En cambio, el «motor», todo cuanto es interior, no cambia:
los doscientos once huesos que forman el esqueleto humano no han cambiado
mucho desde los primeros antepasados primates; aunque la presencia de
este gen o de aquel otro difiera algo según los pueblos, el material genético
de todos los seres humanos actuales continúa hecho a partir de mismo stock
ancestral común de la especie. Este patrimonio común nos viene de los
cinco o diez mil «reproductores» de la prehistoria. Con el paso del tiempo
ha aumentado hasta los seis mil millones de ejemplares actuales, ¡pero
es el mismo! Por su parte, si juntamos todos los genes actuales, encontramos
un patrimonio genético parecido al que se encuentra al este de la África,
en Oriente Próximo y en la península india.
«Hay personas que aún creen en la posibilidad de dividir la
humanidad en razas diferenciadas. Es imposible. Todas las clasificaciones
que se pueden inventar son arbitrarias a la fuerza. Decir que los humanos
no se pueden clasificar no significa que no tengan diferencias. Al contrario:
la diversidad de los humana es inmensa, extrema. Es desconcertante. Todos
juntos formamos una sola especie, todos tenemos el mismo repertorio de
genes, todos hemos salido de los mismos antepasados, todos hablamos lenguas
diferentes derivadas de una misma lengua. Y, como individuos, cada uno
de nosotros es único. En realidad, la especie humana está compuesta
de casos particulares. Todo el mundo es diferente a todo el mundo. Desde
nuestros primeros antepasados, ochenta mil millones de seres humanos se
han sucedido en la Tierra. Y, sin embargo, nunca ha habido nadie como
usted ni como yo en toda la historia del hombre. O sea que todos somos
diferentes. Y todos somos parientes...»
LANGANEY, André, CLOTTES, Jean; GUILAINE, Jean; SIMONNET, Dominique.
La historia más bella del hombre. Como la Tierra se hizo humana.
Barcelona: Anagrama, 19xx.
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