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Primer fragmento seleccionado:
«Quizá el más famoso de estos experimentos fue el que Coca-Cola hizo
en 1998, cuando organizó un concurso entre varias escuelas que debían
proponer estrategias para distribuir cupones de la bebida entre los alumnos.
El colegio que propusiera la mejor ganaría 500 dólares. El colegio de
secundaria Greenbriar de Evans, Georgia, se tomó el certamen muy en serio,
y organizó el Día oficial de la Coca-Cola a finales de marzo, durante
el cual todos los alumnos debían acudir a clase con camisetas de Coca-Cola,
se hacían una fotografía en una formación que dibujaba la palabra Coca-cola,
asistían a conferencias ofrecidas por ejecutivos de Coca-Cola y durante
sus clases aprendían sobre todo lo existente y que fuera negro y con burbujas.
Aquello parecía el paraíso de la marca, hasta que la directora advirtió
que un tal Mike Cameron, de diecinueve años, llevaba puesta una camiseta
con el logo de Pepsi en un censurable acto de provocación. Fue suspendido
de inmediato por semejante delito. «Sé que puede parecer mal: "Un
escolar es castigado por llevar una camiseta de Pepsi en el Día de la
Coca-Cola"», explicó la directora, Gloria Hamilton. «Hubiera resultado
aceptable de estar sólo entre nosotros, pero se hallaba presente el presidente
regional de Coca-Cola y algunas personas habían venido en avión desde
Atlanta para hacernos el honor de hablar en nombre de nuestros promotores.
Los estudiantes sabían que teníamos invitados»."»
Segon fragmento seleccionado:
«Durante mucho tiempo Phil Knight, el presidente de Níke, ha sido
el héroe de las facultades de ciencias empresariales. Prestigiosos medios
académicos, como The Harvard Business Review, han elogiado sus
innovadoras técnicas de marketing, su comprensión del fenómeno de la marca
y su empleo precoz de la externalización. Incontables estudiantes de masters
de marketing y comunicación han estudiado la fórmula de Nike, consistente
en «marcas sí, productos no». De modo que cuando en mayo de 1997 se invitó
a Phil Knight a hablar en la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad
de Stanford -donde se había graduado-, se esperaba que la visita fuera
uno de los tantos éxitos de Nike. En lugar de ello, Knight fue recibido
por una manifestación de protesta, y cuando se acercó al micrófono los
estudiantes le gritaron: «¡Fuera de ahí! ¡Paga un salario decente a tus
obreros!». La luna de miel de Níke terminó dolorosamente.
Nada demuestra mejor la creciente desconfianza
hacia la cultura de las marcas que el movimiento internacional contra
Nike, la campaña más conocida y tenaz de su especie. Los escándalos de
los talleres de trabajo esclavo de Nike han sido tema de más de 1.500
notas periodísticas y de columnas de opinión. Sus fábricas asiáticas han
sido exploradas por las cámaras de casi todas las grandes emisoras de
televisión, desde la CBS hasta la emisora deportiva de Disney, la ESPN.
Por sí eso fuera poco, Nike fue objeto de una serie de víñetas de Doonesbury
y pasto del documental de Michael Moore The Big One. Como resultado,
muchas personas del departamento de relaciones públicas de la empresa
deben ocuparse día y noche de la controversia de los talleres -respondiendo
a quejas, reuniéndose con grupos de distintas localidades y escribiendo
las respuestas de Nike-, y la empresa ha creado un nuevo puesto ejecutivo:
el vicepresidente de responsabilidad corporativa. Nike ha recibido cientos
de miles de cartas de protesta, afrontado manifestaciones grandes y pequeñas
y es blanco de una docena de páginas de crítica en Internet.»
KLEIN, Naomi. No Logo. El poder de las marcas. Barcelona:
Paidós, 2001. (Págs. 127-128 y pág. 422)
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