Búsqueda de libertad e independencia


  

Hay preguntas a las cuales sólo con valor nos podemos encararnos; pero, al mismo tiempo, su planteamiento ya es gratificante y acerca al corazón de la existencia. Así son las preguntas que Josep Muñoz Redon trata en El libro de les preguntas desconcertantes. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la libertad? ¿Qué es el amor? ¿Qué es la filosofía? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué es la felicidad? … son algunas de estas preguntas desconcertantes. Una narración, una historia o una fábula encabeza la respuesta a cada una de las preguntas.

El siguiente fragmento del libro forma parte de la respuesta a la pregunta: ¿Qué se la libertad? En las tragedias griegas —se recuerda— el héroe se enfrenta con su destino, pero éste acaba siempre imponiéndose. Hoy no compartimos este pesimismo; las personas, pese a los nuestros condicionantes biológicos y sociales, podemos adquirir ámbitos de libertad.

El libro de les preguntas desconcertantes


 
  

     Los primeros humanos estaban absolutamente identificados con el mundo natural, pero a medida que fueron adquiriendo conciencia de sus posibilidades, se quisieron desligar. El individuo permanece, en una primera etapa, fuertemente atado al mundo natural y social y va saliendo progresivamente. [...]

En la historia de la vida de un individuo se identifica el mismo proceso. El nacimiento supone, en cierto modo, abandonar una dependencia absoluta con respecto a la madre, para adquirir una de relativa. La evolución, la educación, la maduración, no comporta otra cosa que continuar dicho proceso que se inicia en el momento del alumbramiento. Cuanto más crece el niño, más desarrolla la búsqueda constante de libertad e independencia. Mientras el individuo no es capaz de cortar el cordón umbilical que le liga con su familia, sus amigos o, incluso, con una clase social determinada, no es capaz de experimentar una libertad real. La existencia humana comienza, pues, cuando se supera esta determinación primordial, ya sea biológica o psicológica o social para alcanzar la libertad.

El mito bíblico de la expulsión del hombre del paraíso nos ofrece un relato especialmente sugerente en este sentido. El mito identifica el comienzo de la historia de la humanidad con un acto de elección. El hombre y la mujer viven en una especie de paraíso original: no tienen que trabajar, no sufren, no se pelean. Sólo han de vigilar de no comer, por prohibición divina, los frutos de un árbol frutero que hay justo en medio del jardín del Edén. Como es de suponer, llevados por las ganas de hacer aquello que no debemos hacer —que identifican nuestra especie— acaban comiéndose la fruta. Un acto de libertad que significa la rebelión contra la autoridad de Dios y que es castigado duramente. Actuar contra los mandamientos de la autoridad, cometer un pecado, es, pero, el primer acto que identifica esencialmente la mujer y el hombre -en este sentido tal vez sería interesante recordar el papel protagonista que tiene Eva a la hora de tomar esta decisión. Un acto de desobediencia civil que, como tantas veces posteriormente, significará el comienzo de una historia, una nación, un nuevo mito, una vida... La misma dirección que emprendió Prometeo cuando robó el fuego a los Dioses y que supuso, implícitamente, un alejamiento de la naturaleza para acercarse a la cultura, la sociabilidad y la libertad.

MUÑOZ REDON, Josep. El libro de les preguntas desconcertantes. Barcelona: Empúries, 1999.



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